Hayden, un chico guapo, carismático y algo popular, es partícipe de un castigo que le imponen sus padres quitándole el celular y por ende su cargador.
Él, adicto al aparato, se ve obligado a conseguir un nuevo celular y un nuevo cargador...
Cuyo ca...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hayden y yo hemos llevado los estudios y el tiempo juntos de la mejor manera. Aunque me duela admitirlo, pasar tanto rato los dos no es tan malo como lo pensaba y tampoco es muy fastidioso como lo ha sido otros días. A excepción de la biblioteca, claro. Colmó mi paciencia pero es por obvias razones sin justificación. Tenía ganas de arrancarle cada cabello de su cabeza, zafárselo uno por uno hasta dejarlo pelón.
Con el plazo del día se me fueron bajando los humos y con ayuda de Libby me fui calmando hasta quedar mejor. Después de la tutoría con Hayden del día de hoy, llevándola normal salvo porque mi mamá lo conoció por primera vez, nos dio hamburguesas y refresco y Pearl jugó un rato con él, lo demás quedó igual.
Al día siguiente en la escuela estaba por contarle a Hayden el tema que veríamos hoy para que se preparara mentalmente. Al verlo de pie con Ethan en la entrada, me fui acercando a él, quien al verme salió casi corriendo de su lugar con las manos en su nuca.
—¿Pasa algo? —pregunto a Ethan. Él sostiene la mirada pero termina negando con la cabeza sin soltar palabra.
Intento adentrarme en el pasillo principal que poco a poco se abarrota de chicos y chicas. Entre todo el tumulto, logró encontrándolo por la tercera puerta de lado derecho. A paso rápido trotó a él, siento que se trata de un juego, cuando me igualo a su paso, me mira de reojo.
—Hayden, deja de jugar —digo en tono divertido—. Te iba a platicar sobre los temas de hoy.
—Riley —alarga—, no creo que sea buen momento, ¿hablamos después?
Antes de darle mi respuesta, ya ha dado la vuelta en dirección contraria para meterse a otro pasillo más y consigo perderlo entre más gente. Con el ceño fruncido voy a clase de matemáticas sin entender porqué hayden huyó de esa manera y fue a otros lugares cuando la clase la tendemos juntos. Metiéndome al salón y sentándome cerca de Ethan y Libby, llega una de los prefectos de grupos. Nos avisan que como alumnos de penúltimo año junto al último, seremos encargados de el festival de verano.
—¿Puedo pasar? —interrumpe Hayden a la prefecta quien después de un mini sermón, lo deja entrar y él pasa a sentarse cerca de Jossie.
El verlo sentarse ahí me es raro. No hace mucho Ethan nos contaba a mi amiga y a mí lo incómodo que se ha sentido Hayden cerca de su novia y las pocas veces sin mencionar muchas, que lo ha bateado por estar hablando y ayudando a sus conocidas. Libby nos manda una mirada extraña pero me encojo de brazos. Es su novia, tiene que estar con ella.
—Como decía, el evento de verano se acerca, y necesitaré a muchas personas creativas ayudándome con él —la prefecta echa una mirada rápida a todo el grupo, quedando sobre Jossie—. Snavely, ¿te gustaría ayudarnos con los preparativos?
—Encantada prefecta —sonríe con una mano en el pecho.
—Anderson —menciona a mi amiga—. Tú también, serás de mucha ayuda.
