Capítulo 25: Justin Bieber, filete de pollo

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Fue molesto, sí. ¿Qué? Despertar con el sol dándote en los ojos directamente. Ni la delgada cobija de dinosaurio que me dio Riley anoche es suficiente para taparme de ello. En una vuelta para quedar acostado sobre mi lado derecho, porque el izquierdo ya no lo siento, caigo como un saco de papas al suelo de madera. El golpe fue fuerte que despertó a Riley, haciéndola levantar con el cabello esponjado y marcas rojas en una de sus mejillas.

—¿Qué sucede? —pregunta estando sentada en la cama.

—Que yo me despierto así todos los días —suelto con sarcasmo, algo que no entiende a la primera sino hasta que le tiendo mi brazo para ser ayudado a levantarme.

Riley pone sus pies descalzos muy cerca de mi cara, pero camina en dirección a mi mano donde la toma, jalándola lo suficientemente fuerte para quedar sentado en el mismo suelo. Ella se deja caer de nuevo sobre la cama y bosteza.

—Son vacaciones —aclara con su boca abierta—, deberíamos estar levantándonos a las diez de la mañana —mira el reloj de su mesita pequeña—, no a las ocho.

—Perdón, ¿sí? Yo no le digo a mi cuerpo que no se caiga. El lugar donde dormí es muy pequeño —hago movimientos para acostumbrar el hombro que sufrió el impacto.

Llega un silencio entre los dos que está muy lejos de ser incómodo. Riley pone su cara contra el cojín que dejó cerca, soy yo quien decide romper ese mutismo.

—Debería irme ya —es mi turno de bostezar.

—¿Por qué tan pronto? —pregunta a duras penas.

Pongo mis dos manos sobre el suelo para impulsarme y ponerme de pie, de paso, aprovecho para estirar mis brazos y piernas con el cuello girándolo de un lado a otro. No quisiera lastimar los sentimientos de nadie, pero no ha sido de las mejores noches que he pasado. Para disimularlo, vuelvo a acostarme en el alféizar.

—Buena noche que he pasado —miento con una sonrisa.

—Mientes —alzo mis cejas—. Te quedaste mucho tiempo parado antes de realizar la acción y mentir. Es obvio.

—Claro que no —manoteo—. Tú eres la mentirosa ¿por qué habría de mentir?

—A juzgar por lo que ha pasado, eres malo pretendiendo ofender —abre sus ojos en mi dirección mientras mantiene la mejilla puesta en el mismo cojín—. Toda la noche estuviste moviéndote y te caíste un par de veces. Desde luego no estás acostumbrado a eso.

—Entonces dormiré contigo la próxima vez —pongo mis brazos por detrás de mi cabeza. La ventana comienza a tener una vista increíble para ser mañana. Ya hay niños corriendo en bicicletas y el sol alumbra el cielo despejado.

—No habrá próxima.

En unas horas más, ya tenia a Ethan conmigo en su auto, había prometido pasar por mí para llevar a cabo nuestro desayuno en su casa. He llamado a casa para avisarle a mamá y evitar su preocupación. Mi pijama no es ningún defecto o problema para llegar a su casa de esta manera. No sé si mi amigo quiso hacerme sentir mejor llevando puesta su camisa blanca sin mangas y pantalones rojos a juego.

—Debiste haberme contado que venías a dormir con Libby —suelta como regaño. Me alzo de hombros.

—En realidad tampoco tenía pensado ir con ella —contesto—, pero le debía una después de lo que le hice.

—¿Puedes contarme los detalles? Besos, abrazos, caricias... —juguetea con pestañeos.

—Para nada —bufo—, me acabo de disculpar con ella y no pensaba volver a hacer lo mismo.

"Stay" de Justin Bieber suena de fondo mientras Ethan mantiene la seriedad con su enfoque en el camino. No me he resistido al verso principal, así que comienzo a cantarlo en voz baja pero no tanto para que mi amigo pueda oírme hacerlo.

Riley, ¿me prestas tu cargador? (VERSIÓN LARGA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora