Cuando llego a casa, agradezco a mi hermano por llevarme, él sólo asiente con la cabeza y somnoliento se va directo a su habitación, cerrando la puerta detrás de sí. Me tiro en la cama pero no por eso significa que me duermo al instante. No puedo dejar de agradecerle el gran esfuerzo que hizo por mí el día de hoy. Verla dormida y tan en paz es una imagen que no creí ver en ella alguna vez.
Tenía que concentrarme para terminar los ejercicios y dejarla dormir lo antes posible, de no ser así, creo que la hubiera mirado por un largo rato y yo ni me daría cuenta.
Alimento a mis gatos cibernéticos. Pronto parecerá zoológico mi celular y por un lado, lo agradezco. Mis papás tuvieran la casa infestada y es algo que ellos han evitado desde un principio.
Por otro lado, no dejo de pensar en Jossie. Y no porque me tenga suspirando sobre las nubes, e ahí el problema. Que en los últimos tres días no siento que estoy con la rubia de la cual me enamoré cuando hicimos un proyecto de escuela juntos. Creo que después de todo, el noviazgo siempre va a ser la mejor parte para conocer a una persona y no adelantándonos al matrimonio como muchos lo hacen. Por eso existe tanto divorcio.
Algo me dice que debo desahogarme con Riley. Después de todo, Ethan estará en desacuerdo si se lo llego a comentar y me hará dejarle de hablar a Riley otra vez. Al ver el su Visto en el mensaje, rápidamente toco el icono del teléfono para llamarle. Ella tarda en contestar pero finalmente lo hace.
—Eres increíble —sonrío.
—Yo sé que soy increíble.
—No me refiero a ese sentido de Increíble. Tuve que correr a encerrarme en mi armario donde nadie pudiera escucharme —escucho ruidos desde donde está.
En lo que habla, me encargo de buscar los auriculares blancos para convertir la llamada en manos libres. Estoy seguro que esta llamada hará que mi brazo se termine acalambrando.
—¿Y no puedes contestar sentada o acostada en tu cama y ya? —sigo rebuscando entre los cajones de mi escritorio.
—No —se limita a contestar.
—¿O es que te da pena que sepan que hablas conmigo? —le doy un toque de diversión al asunto.
Cuando encuentro los audífonos en el segundo cajón de la derecha, los coloco tanto en mis oídos como en la entrada del celular, la voz de Riley se aclara un poco más.
—Aparte —contesta—. Pero la habitación de mi madre está casi a mi lado, y si sabe que estoy en una llamada a estas horas, me matará.
—No si sabe que es conmigo —me acuesto finalmente sobre mi cama.
—No porque ella... ¡ese no es el punto! ¿A qué venía todo esto? —habla. Pero es casi en un susurro.
Cundo pronuncia esas palabras, mi sonrisa se convierte en una mueca. No pensé que la llamada tomara ese camino tan rápido.
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Riley, ¿me prestas tu cargador? (VERSIÓN LARGA)
Teen FictionHayden, un chico guapo, carismático y algo popular, es partícipe de un castigo que le imponen sus padres quitándole el celular y por ende su cargador. Él, adicto al aparato, se ve obligado a conseguir un nuevo celular y un nuevo cargador... Cuyo ca...