Tanto tío Jace como Chris se habían rehusado tajantemente a recurrir a la policía, a pesar de que fuese, en mi opinión, la única opción que teníamos.
—Calvin es un boxeador ilegal, Kida. —había argumentado la chica. —Es buscado por la policía. Ir con ellos sería como entregárselos en bandeja.
—Vale, ¿y si les decimos que te están amenazando? ¿No podrían hacer algo con respecto a eso?
—¿Y decirles que? ¿"Hola, soy la representante de la Sombra y unos tipos con dinero me están amenazando"? Si, creo que también paso en esa, Ricachona.
Habían pasado tres días desde que Chris se había aparecido por casa y se estaba quedando con nosotros, ocupando la mitad de mi cama, compartiendo mi baño y saqueando mi refrigerador a su antojo. Mamá, a diferencia de mis hermanos, estaba por volverse loca.
Aquel lunes J y Chris se habían aliado para salir a buscar información sobre el paradero de Cal. Si bien en un principio habían chocado bastante, más que nada por el tremendo odio que la chica sentía por mi tío, habían terminado por pactar en que lo mejor sería evitar las discusiones hasta dar con Olsen. Dado que yo tenía clases, estuve obligada a asistir al instituto, ya que Liam había arruinado mi magnífica actuación de enferma.
—¿Te sientes muy mal, cariño? —había preguntado mamá al pasarse por mi habitación durante la mañana, metiendo el termómetro en mi boca para medir la temperatura antes de que yo alcanzara a responder. Me limité a asentir con la cabeza, poniendo cara de perrito mojado. —Mi pobre pequeña. De seguro que esa chica que has traído te ha contagiado con alguna cosa...
—Yo le apuesto a que es por Tyler.
Mi rubiecillo hermano mediano estaba apoyado contra el umbral de mi cuarto, haciendo que las dos volteáramos a verlo. De veras que, por un segundo, pensé en cómo sería poner mis manos alrededor de su garganta y asfixiarlo. ¡Maldito! Mamá enseguida se giró a mirarme interrogativa.
—¿Qué ha pasado con Tyler?
—¿Qué? ¡Nada! —espeté, escupiendo el termómetro antes de ponerme de pie. —¿Sabes, mamá? Creo que ya me siento mejor. Ahora debo ir a ducharme, sino Ollie me dejará tirada otra vez.
Apuré a entrar al baño antes de que alcanzara a decirme algo, odiando a mi hermano como nunca antes lo había hecho. Y es que las cosas con Tyler... Bueno, no había vuelto a hablar con él desde el partido. No porque no me hubiese escrito, llamado, o lo que sea, pero... ¿Cómo iba a pensar en eso si Calvin estaba desaparecido? Aquel anhelado beso que nos habíamos dado había pasado a segundo plano, pues mi cabeza se consumía de la angustia al pensar que a Olsen podía haberle ocurrido algo.
Pero al llegar al instituto supe que estaría condenada a dejar de pensar en el moreno durante el día. Sentía las miradas fijas en mí, los murmullos a mis espaldas, la envidia de las otras chicas de Southern. Definitivamente los del equipo de futbol habían hecho un buen trabajo esparciendo la noticia.
—Hola, Kida.
Una vocecilla apagada y nerviosa llamó mi atención cuando me dirigía hacia el tercer módulo, después de haber aguantado ya las primeras horas de clase entre los nervios de toparme con Ty y la ansiedad de la desaparición de Cal.
—Daph. —tragué duro al ver a aquella quien había sido mi amiga de pie a mis espaldas, los pulgares encajados tras las correas de su mochila. Llevaba tiempo sin saber de ella. —Hola, ¿qué tal estás?
—Sobreviviendo, como todos. —se encogió de hombros sin dejar de mirarme, una expresión triste en el rostro. —Me he enterado de lo de Tyler. —y no pudo evitar contener una sonrisa que le iluminó el rostro, haciéndome sonreír a mí también. —¿Por qué no me has contado? Lo he oído de Úrsula Kerrigan esta mañana y no he podido creérmelo.
![](https://img.wattpad.com/cover/138913694-288-k85215.jpg)
ESTÁS LEYENDO
The Bubblegum Bitch
Teen Fiction¡Cuidado! No te metas con la Reina del Chicle. Es una zorra y no dudará en destruirte. No la mires tampoco. Te hará añicos con solo pensarlo. No te cruces en su camino. Tiene una misión que cumplir, y no está dispuesta a fallar. No digas que no...