Al llegar a casa apenas tenía energía para moverme siquiera. Y eso que era recién el primer día de clases. Es por ello que decidí dejar la tarea de Química para más tarde, y concentrarme en hacer una maratón de Friends para relajarme. Tras cinco capítulos consecutivos, donde la única pausa que había hecho había sido para ir a buscar más comida, el iPhone vibró a mi lado.
TyTheGuy: ¿Y? ¿Qué tal el primer día? Estuviste tan rodeada de chicos que preferí no ir a interferir.
Atlantis: Como cualquier primer día de clases. ¿El tuyo? Me contaron que Ashley Ashcroft y tú lo pasaron bastante bien en los camarines durante el primer periodo.
No pude evitar temblar al escribir lo último. Joder. Había pasado todo el día oyendo sobre ese rumor... Tenía más que claro que éramos sólo amigos, sí, pero algo muy dentro de mí deseaba con todas sus fuerzas que fuera solo eso: un rumor.
TyTheGuy: Hace yoga. No sabes lo bueno que estuvo.
Diablos. Apreté los párpados mientras respiraba profundo. Maldita Ashley y malditas sus posiciones de yoga.
Atlantis: Ahorra los detalles, Plymouth. No quiero saber si hicieron el gato o el perro en las duchas.
TyTheGuy: De hecho, fue en los casilleros...
Atlantis: Vale, esa es mi señal.
Bloqué el teléfono y abracé mis rodillas, con la esperanza de que algunos capítulos de mi serie favorita me animaran nuevamente.
El primer día de clases no había sido malo, sin contar el tema que acababa de hablar con Tyler. Las clases eran las mismas, los profesores también, los alumnos de siempre... Excepto yo, que de un momento a otro había saltado a la popularidad.
Becca Ashcroft, hermana de Ashley y líder del grupo de porristas, me invitó a almorzar con ella, cosa que rechacé con obviedad. Esa malévola villana me había molestado por ser la Normalucha Kida, la Nerd Kida, la Fofa Kida durante años. ¿Y ahora que había "mejorado" tenía el descaro de querer ser mi amiga?
Eso sí, al almuerzo tampoco me senté con Daphne ni Leah, sino que me dirigí a la mesa a la que nadie osaba acercarse por temor a recibir una paliza.
El único par de chicos que se sentaba en esa esquina de la cafetería charlaba mientras jugaban con lo que Southern osaba llamar alimento. O, mejor dicho, el chico flacucho, de pelo castaño hasta los ojos y dientes torcidos le mostraba al otro, que lanzaba un pastoso intento de arroz hacia la pared usando la cuchara como catapulta, un vídeo en su computadora.
— ¿Me puedo sentar? —dije dejando mi bandeja sobre la mesa y mi mochila en el suelo. El flacucho me miró impactado, como si nunca hubiese visto a una mujer en su vida, y luego se escondió tras la pantalla de su computadora.
—La verdad es que no, pero ya lo has hecho de todos modos. —respondió el otro. El de la camiseta negra con el logotipo de Queensryche estampado en el centro. — ¿Qué te trae por este sector de la cafetería, sweetie pie? ¿Necesitas una lima para las uñas? Pues ándate a joder a las perri-leaders y déjanos en paz.
—Vaya, Calvin Olsen, sabía sobre tu fama de rudo insensible, pero no creí que fuera un caso tan extremo. — le respondí, pegándole un mordisco a mi manzana. Su amigo rio. — Tú eres Adam Parker, ¿no?
El flacucho se atragantó con la comida, sin poder creer que supiera su nombre. Alzó la cabeza, mirándome interrogante con sus enormes ojos de barro.
—Me gusta mantenerme informada. —le dediqué una sonrisa antes de volver a mirar a Calvin, que no despegaba sus ojos entrecerrados de mí, intentando adivinar que hacía yo hablando con ellos. Si tan sólo supiera... —En fin, me pasaba para invitarlos a la fiesta de principio de curso. Es la casa de los Eyelesbarrow el viernes a las 22:00. Los estaré esperando con unos cuantos tragos.
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The Bubblegum Bitch
Teen Fiction¡Cuidado! No te metas con la Reina del Chicle. Es una zorra y no dudará en destruirte. No la mires tampoco. Te hará añicos con solo pensarlo. No te cruces en su camino. Tiene una misión que cumplir, y no está dispuesta a fallar. No digas que no...