(Secuela de Mi Alfa, Mi Mate. Si no la has leído y quieres entender mejor primero ve a esa, aunque no es necesario)
Me detengo delante de mi oficina, en la que había acordado un encuentro con mi mano derecha, el cuál tenía que informarme de algo.
Abrí la puerta sin ningún tipo de cuidado y me adentré en la habitación, cerrándola a mi espalda.
—Más te vale que sea importante, estaba ocupado. —espeté sin tan siquiera mirarlo dirigiéndome a mi silla.
Una vez sentado, le dediqué una pequeña mirada, entrecerrando los ojos.
Se encontraba algo tenso, con sus brazos estirados hacia abajo, con las manos unidas a la altura de sus caderas.—He preferido avisarle en persona, ya que hay rumores por haber visto a un grupo de lobos desconocidos rondando muy cerca.
Cojo una de mis botellas de whisky y me sirvo tres dedos en un vaso, que después dirijo hasta mi boca.
Rodeo el borde del recipiente con mi dedo índice.—¿Qué crees que puede significar esto? —lo miro a través de mis pestañas, sin alzar la cabeza.
Se aclara la garganta, claramente está preocupado.
—Sinceramente, no tengo ni puta idea, pero esto no me gusta un pelo.
Tomo otro trago de whisky, me incorporo en mi silla y lo miro.
—Pon más vigilancia alrededor de la aldea, no quiero que esos lobos causen problemas. Si alguno de ellos intenta entrar sin pedir permiso, matadlos. —digo firmemente, Andrew asiente.
—Como digas Alfa. —masculló sacando su móvil y avisando a las personas pertinentes. Él ya sabe a qué tipo de lobos quiero en esta situación.
No sé que mierda hacen en mi manada, y mucho menos por qué la están vigilando y acechando, pero no voy a permitir que un grupo de lobos suponga ningún problema, hasta que piense bien que voy a hacer no quiero que pasen al territorio.
Si saben los que les conviene no intentaran entrar, y mucho menos hacerle algo a mi gente.
Me quedo solo en el despacho, con la mirada perdida, meditando sobre el tema.
La puerta se abre de golpe, no me hace falta mirar para saber de quién se trata.—¿Estás loco? —ruedo los ojos, sabiendo la charla que me esperaba.
—No, papá, no estoy loco. Simplemente busco lo mejor para la manada. —termino el contenido de mi vaso de un sorbo y lo enfrento.
—¿Qué es eso de que se va a matar a cualquiera que intente entrar? Eso no es lo que yo te he inculcado, Nico.
—Hago mi deber como Alfa de esta manada, y es lo mejor.
Veo como cruza sus brazos, mirandome de forma inquisitoria
—No hagas que me arrepienta de haberte dejado un tiempo como Alfa y vuelva a ocupar yo mismo el puesto.
Esa amenaza creó en mí una furia inesperada.—Tu ya has estado al mando de la manada, ya has tenido tu maldita oportunidad de gobernar y hacer lo que quisieras. Ahora, por si no te has dado cuenta, ya soy bastante mayor como para poder hacerlo yo, y es mi turno.
—Te he dejado al mando a ver como te desenvolvías, quiero asegurarme de que la manada estará en buenas manos antes de retirarme por completo.
Me pellizco el puente de la nariz.—¿Mamá está al corriente de esto? —lo miro— Has dejado la manada para pasar más tiempo con ella, y no creo que le haga mucha gracia el hecho de que intentes seguir controlandolo todo desde las sombras
—Sabes tan bien como yo que tu madre tampoco estaría deacuerdo con esta decisión.
—¿Y qué me sugieres? ¿Que los deje entrar como si nada? ¿Robar comida tal vez? ¿Que maten a cualquiera de la manada? Te recuerdo que tanto mamá como Jade pueden estar en peligro, y, como creo que compartirás, esa no es una opción.
Lo obsevo y veo como su mandíbula se tensa en cuanto las nombro. Sabe que tengo razón, aunque crea que mis medidas son excesivas.—No estoy diciendo que esa no sea una opción, pero Nico, esa debe ser la última de las opciones. ¿Qué te cuesta reunirte con el que más poder de ellos tenga y ver que es lo que quieren? Puede que solo sean unos exiliados que buscan una nueva manada.
—O puede que hayan venido a destruirnos. —replico sin ocultar mi desconfianza.
—Si fuese así, ¿Por qué merodear tanto alrededor de la manada? Se han dejado ver, si quisieran atacar podrían haber espiado sin ser vistos y haberlo hecho directamente.
Tengo que reconocer que el viejo tiene razón.—¿Y si es parte del plan? Tal vez quieren que bajemos la guardia y confiemos en ellos para después atacar.
—No seas tan desconfiado Nico.
—¿Prefieres poner la vida de la manada, de mamá y Jade en peligro por confiar en gente que no conoces? Permíteme que me preocupe más por mi familia y la manada en lugar de montar una fiesta de bienvenida a unos extraños, darles todas las comodidades, mi confianza, la oportunidad de destruirnos en cualquier momento. —lo miro seriamente.
—Al menos deberías darles una oportunidad de ver que es lo que quieren. —ruedo los ojos— Te recuerdo que sigo teniendo autoridad aquí, te lo estoy proponiendo por las buenas, sabes que con una sola llamada a Andrew lo que dices no se cumplirá. —se acerca a mí— Nico, sabes tan bien como yo que haría cualquiera cosa por la manada, son como mi familia, ¿De verdad crees que quiero que les pase algo? Si vienen a hacer algo yo mismo los mataré con mis propias manos, pero se merecen el beneficio de la duda.
Oprimo mis labios y mi mandíbula, sabiendo que en realidad no tengo opción, él sigue siendo el Alfa.
Doy un pequeño golpe en la mesa con mi puño.
—Está bien. —Murmullo entre dientes
—Me alegra que al final hayas entrado en razón. —alega, abandonando la habitación segundos después.
Cierro los ojos, intentando serenar mi mente. Al fin y al cabo él tiene razón, me estaba dejando llevar por mi desconfianza.
Xx.
Hola a todos, y bienvenidos al primer capítulo de esta historia, que para aquellos que no lo sepan es la 2° parte de Mi Alfa, Mi Mate.
Espero que os guste, y que le deis una oportunidad. Como muchos sabréis llevo varios años sin subir nada y espero poder cumplir con esta historia como lo hice con su 1° parte.
Voy a estar pendiente de vuestros comentarios, porque tengo muchas ganas de saber qué pensáis, podéis comentar lo que queráis (sin faltar el respeto a nadie, por favor). Y si queréis aportar alguna idea o lo que sea serán bienvenidas.
Un beso y espero que disfrutéis.
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La sombra del Alfa |Mamm2|
LobisomemSecuela de Mi alfa, mi mate. Todo estaba muy tranquilo en la manada, demasiado. Pero las cosas cambian, y de un día para otro puedes sentir que se te viene el mundo encima. Ser el Alfa de una manada no parecía tan complicado, hasta que te encuentras...