No sé cuántas horas habían pasado, o si en realidad habían sido minutos.
La cabeza me daba vueltas. Maldita planta, gracias a ella estoy en esta situación.
Aunque tampoco me puedo quejar, al abrir los ojos lo primero que ví fue a una chica con un cuerpo bastante llamativo durmiendo a mi lado.
Lástima que no recuerde mucho.
Dirijo mi vista hacia la ventana, puede que todavía sea de noche. ¿Seguirá la fiesta? Siento que me la he perdido por completo.
Desconozco la cantidad de alcohol que habré ingerido esta madrugada, pero algo me dice que no son pocas.
Me levanto y miro a través del tragaluz, pero por desgracia ya era de día.
Recojo mi ropa, que estaba esparcida por el suelo y me la coloco lo mejor que puedo.
Dios, el dolor de cabeza va a terminar conmigo, y eso que me acabo de despertar.
Salgo de la casa de la chica y me dirijo a la mía, solo espero no haber perdido la receta del remedio contra la resaca producida por la ingesta de la planta.
Nada más entrar me encuentro a Jade tirada en el sofá, con una postura bastante cómica, así que decido sacarle una foto antes de que se despierte.
Debe de tener una resaca horrible, así que decido hacerle otro zumo contra ella. Me acerco y la despierto meciéndola con ayuda de mi pie. Ella se despierta somnolienta y me mira con sus ojos entrecerrados.
—¿Ni siquiera has tenido fuerzas para subir hasta tu habitación? —inquiero intentando no echarme a reír —Eso te pasa por beber.
Jade me fulmina con la mirada y no puedo evitar sonreír. Está peor que yo.
—Toma —le extiendo el vaso— ,te he preparado algo para aliviar la resaca.
Lo coge desconfiada y lo huele.
—Venga ya, ni que lo hubiese envenenado. —menciono mientras le doy un gran sorbo, sintiendo como el malestar se disipa un poco.
—Nunca se sabe —se encoje de hombros mientras lo prueba— .Esto está malísimo —se queja con una mueca de asco.
—Tú verás si prefieres eso o el dolor.
Me alejo de allí, tengo que prepararme para las reuniones que tengo esta mañana, una de ellas con Adriano.
Ni siquiera sé que temas debería tratar con él. Como odio estas cosas
Después de una buena ducha y vestirme ya estoy listo para las reuniones, pero como aún me queda un rato decido desayunar en el despacho e ir planeando mis encuentros con Andrew.—¿Habéis encontrado al guardaespaldas de Jade? —le consulto mientras empiezo mi desayuno.
Él asiente.
—¿Va a asistir a nuestra reunión?
—Como quiera, si quiere yo mismo puedo decirle que queda destituido como escolta de la señorita Jade.
Niego.
—Quiero saber sus motivos, puede que fuese por algo importante, aunque debería haber avisado antes.
—¿Sabes qué le vas a decir a Adriano?
Niego de nuevo.
—No sé como tratar el tema, ni siquiera me agradan, ¿Qué se supone que debo decirles? —susurro molesto, pellizcando el puente de mi nariz.
—En eso puedo ayudarte. —La voz de mi padre resuena en la habitación mientras hace una fragante entrada.
Se nota que él no se lo pasó demasiado bien anoche.
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La sombra del Alfa |Mamm2|
WerewolfSecuela de Mi alfa, mi mate. Todo estaba muy tranquilo en la manada, demasiado. Pero las cosas cambian, y de un día para otro puedes sentir que se te viene el mundo encima. Ser el Alfa de una manada no parecía tan complicado, hasta que te encuentras...