Capítulo 4

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Anthony acompañó a Parker hasta su casa. Ahora podían caminar por la calle sin necesidad de ser acompañados por un Alfa, cuando Tony era adolescente eso era imposible.

—¿Estas bien con lo de Beck?—. Preguntó Tony.

—No—. Peter parecía a punto de llorar, pero era fuerte y se contuvo.

Caminaron en silencio por un momento. Peter pensando en cómo se lo diría a Wade, Tony recordando el arreglo de su propio matrimonio. Quería decir algo más, como que al final las cosas no tenían por qué ir mal. Sí, puede que Steve le prohibiera seguir  una educación en casa tanto a él como a Harley, puede que recibiera una paliza por parte de su padre el día que decidió probar con medicamentos contraindicados para Omegas por producir esterilidad cuando decidió que con dos hijos tenía suficiente, puede que por las noches aún recordara a Strange y lo que era estar entre sus brazos... No podía dejar al chico así, no sintiéndose solo y perdido.

—Hay alguien más—. Murmuró el chico, en apenas un susurro—.Se llama Wade, también es Omega. Es el chico que siempre me hace compañía, no quiero dejarlo.

Anthony se detuvo y Peter también lo hizo. Su mente trabajando a mil por hora, buscando como ayudar al chico al menos de manera provisoria, antes de idear un plan y hacer que las cosas cambiaran de una vez por todas.

—Si eso es lo que te preocupa, o tienes por qué dejarlo, Peter.

El chico lo miró asombrado, sin entender cómo podía hacer que eso funcionara.

—Sólo tienes que decirle a tu prometido que quieres seguir teniéndolo como Omega de compañía para que te ayude en lo que requieras. Será difícil para los dos, pero será provisional. Te prometo, Peter, que Charles y yo no vamos a dejar que el otro Peter y tú pasen por lo que nosotros hemos pasado.

Peter lo abrazó, eternamente agradecido de al menos brindar un rayo de luna en su noche oscura.


—Tranquilo Babyboy, todo va a estar bien—. Wade trataba de seguir fuerte, de no mostrar lo mucho que le dolía ver al chico que amaba tan roto, trataba de no pensar que nunca podrían ser felices juntos—. El señor Stark ya te dio una solución, vamos a poder seguir juntos.

—¿Me vas a seguir queriendo?—. Preguntó Peter limpiando las lágrimas que surcaban sus mejillas.

—¿Es eso lo que te preocupa? ¡Carajo Pete! ¿Cómo se supone que deje de quererte a ti y a ese monumental culo que cargas?—. Peter sonrió y Wade le limpio una lagrima con su pulgar —. No voy a dejar de amarte sin importar lo que pase, Peter. Va a ser difícil, pero vamos a estar bien. A demás tus amigos ancianos y ricachones dijeron que tenían un plan.

—Estan planeando una revolución, Wade. Eso no se hace de la noche a la mañana y muchas veces ni siquiera sale bien. Somos cuatro Omegas y ya—.Recargó su cabeza en el hombro de su pareja. Se moría de ganas por besarlo, pero estando en su habitación le parecía peligroso. Cuanto anciaba haberse encontrado en el diminuto apartamento de Wade y poderse amar con libertad.

—Pueden no ser sólo cuatro—. Wade alejó un poco a Peter para poder mirar su rostro. Él, con todo ese pasado en medio de un mundo pobre y aún más cerrado y opresivo, conocía a muchos Omegas que en la confidencia de una platica entre iguales habían manifestado su hartazgo —. Pete, necesito que hables con esos amigos tuyos, si están hablando en serio entonces podemos reunirnos los que pensamos igual y quizá...

—Joven Parker.
Un sirviente llamó a la puerta y de inmediato se separaron a una distancia más prudente.
—Su tío me ha pedido informarle que el señor Beck está aquí para conocerlo.

Quentin Beck era un Alfa apuesto, tenía un agradable aroma a cedro y algo cercano al copal, su plática era amena e interesante. A Peter no le pareció tan aberrante, al menos tenía mejor humor que el esposo de su amigo.

Estaba ahí para afinar detalles sobre su matrimonio. La fecha se había fijado para el mes siguiente y había una ceremonia y una fiesta que planear, a demás había que afinar detalles sobre su mudanza al hogar de Quentin.

—Sí me lo permite, señor Beck, quisiera pedirle un único favor—. Dijo Peter en un tono de voz neutral, tratando de parecer casual respecto al tema.

—Sí está en mis manos lo cumpliré.

—Quisiera que Wade, mi Omega de compañía, viniera con nosotros. Lo considero un amigo y su compañía me hará falta cuando usted tenga que ausentarse—. Peter esperaba que se ausentara todo el tiempo, que esa vida de CEO de alguna compañía importante en la tecnología lo mantuviera bien lejos de él.

—Wilson es una buena compañía para Peter—. Aseguró Ben—. Es educado, aunque un poco bruto. Aprendió artes marciales en algún momento de su vida, y aunque es Omega podría al menos tratar de defender a Peter aunque no sea ni la mitad de fuerte que un Alfa.

Wade podía ganarle en una pelea al tío Ben sin problema alguno, incluso a Quentin, pero Peter no dijo nada.

—No veo el inconveniente. Son Omegas a final de cuentas, no es como si pudieras engañarme con él o algo así.

Ambos Alfas rieron por la broma, Peter río porque era justamente eso lo que iba a hacer.


Omegas contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora