Capítulo 15

139 31 0
                                    

Peter Lenhsherr no había tenido las cosas fáciles desde hace poco más de un año, cuando se había casado con Logan. Sin embargo sintió que el mundo se le terminaba un miércoles a media tarde. Debía tener entonces poco más de cinco meses de embarazo, trataba de pasar los días sin pensar en esa cosa que crecía dentro de él. Hacía su vida tan normal como le era posible, y cada que alguien le recordaba su condición, forzaba una sonrisa.
Hacia de cuenta que no era verdad que su cuerpo estaba cambiando, engendrando una vida que el no deseaba cargar. Y entonces sucedió. El movimiento primero fue casi imperceptible, y el trató de hacer como que se trataba de cualquier otra cosa, pero el movimiento se repitió, y tuvo que aceptar que eso que estaba sintiendo era su hijo. El producto de las violaciones, lo que valía más que él, porque fue su presencia lo que hizo que las palizas se detuvieran y le permitieran regresar temporalmente junto a su padre. Y se sintió asqueado, deseó más que nunca haber sido valiente y tomar las pastillas que le entregó Loki.

Corrió en busca de su padre, pero la puerta cerrada con llave y el fuerte olor de sus padres llenando todo el pasillo le recordó el estúpido celo que les llegaba a los Omegas cada 6 meses. Odiaba esos días, sentirse necesitado, sudoroso y sucio. Quizá lo único bueno que salía del embarazo era poder ahorrarse la horrible y dolorosa sensación del celo.

Quiso llamar a Parker o a Tony, pero los Omegas que pasaban demasiado tiempo juntos tendían a sincronizarse, así que ninguno estaba en condiciones de atender su llamada. Casi sonrió cuando un sirviente en el hogar de Parker le respondió que estaba "ocupado con su esposo" Peter seguramente estaría junto a Wade ahora mismo, y si a Quentin le había llegado el celo, entonces estaría enredado con Jack. Peter le había explicado una vez que durante el celo, su necesidad era por otro Omega, que sí un Alfa trataba de acercarse, incluso podía ponerse enfermo de lo desagradable que le resultaba su olor.

Un poco resignado a que tendría que esperar un par de días sintiendo a esa cosa removerse en su interior, decidió llamar a Loki. Seguramente estaría en iguales condiciones que el resto, pero no perdía nada con intentarlo.

—Hola Peter ¿Estas bien?—. Escuchar su calmada voz al otro lado de la línea le tranquilizó, pero al mismo tiempo le pareció bastante extraño.

—¿Por qué no estas en celo?—. Preguntó realmente extrañado.

—Tengo problemas hormonales desde hace años, Peter. No he entrado en celo desde hace años ¿Estas bien?—. Volvió a preguntar.

Pasaron al teléfono horas. Loki escuchaba al chico, trataba de entender su situación y buscaba la forma de ayudarlo, aunque no podía hacer mucho más que tranquilizarlo y recordarle que eso era temporal, que había pasado ya más de la mitad del tiempo, que encontrarían la forma de que no tuviera que encargarse de un niño que no había deseado y que conservaba por miedo.

****

—Papá, no me siento bien—. Murmuró Harley, recargandose en la puerta de la biblioteca.

Tony, aún cansado por el celo que había terminado hace apenas un par de días. Había sido horrible tener que pasarlo con Steven, pero al menos había logrado que el Alfa se calmara un poco y quitara esa estúpida vigilancia que, como fuera, el siempre había logrado burlar. Levantó la vista del libro sobre física que Hank le había prestado y miró con detenimiento a su hijo. Había en el habiente un ligero olor a caramelo.

—¿Te duele algo?—. Preguntó acercándose a su hijo.

—No, pero siento el cuerpo demasiado caliente, mi estómago se siente raro.

Y entonces Tony entendió de dónde provenía el olor y lo que estaba pasando con su hijo. Mandó a Tobey y Andrew a conseguir supresores y les pidió mantenerse lejos de la habitación de Harley. Mientras tanto, él acompañó a su hijo a su habitación.

Cuando Steven regresó a su casa esa noche Harley estaba casi inconscientemente a causa del efecto de los fuertes supresores que le habían sido administrados. Era la única forma de ayudarlo a pasar ese primer celo sin demasiado dolor, los supresores sabes administrados semanalmente, ayudarían igual en su siguiente celo.

—Esto es perfecto—. Dijo Steve con una sonrisa auténtica, como si su hijo no estuviera sufriendo ahora mismo—. Podré cerrar el trato con Osborn ahora. No podrá negarse si nuestros hijos van a casarse.

Tony pudo sentir sobre él las miradas de Jacob, Johnny, Tobey y Andrew. Seguramente esperaban que se negara, que empezaran una discusión como últimamente pasaba tan a menudo. Pero para sorpresa de sus hijos, Anthony sonrió.

—Seguro Steve. Hablaré con Harley cuando el celo pase.

Y Steve solo asintió, feliz de que su Omega recordará su lugar.

Anthony solo podía recordar a su hijo besando al chico Osborn. Hablaría con él, y si Harley no estaba listo para el matrimonio, Steve podía ir se a la mierda. Tony se llevaría a sus hijos y se iría Dios sabe a dónde, porque no pensaba pasar un celo más junto a Steven.

Omegas contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora