Capítulo 20

162 31 2
                                    

—Jhonny, Jacob Vayan a jugar a su habitación—. Dice Tony cuando enciende el televisor de nuevo. Ambos niños levantan el juego de mesa y lo llevan consigo.

El grito de Steve viene poco después. Anthony finge ante sus hijos que está fastidiado, pero realmente está un poco nervioso. Sube el volumen del televisor, ocultando el ruido de pasos en el corredor, pero de pronto Steve entra en el salón hecho una furia y no importa que tanto suba el volumen; ya es imposible ocultar el ruido de los reclamos de su futuro ex esposo.

—¿Cómo pudiste? ¡Esto es una traición, eres mío!—. Dice Steve. Está tan furioso que se queda ahí murmurando frases inconexas.

—Estoy fallado, Steve—. Dice Tony con total tranquilidad. A su lado puede sentir a sus dos hijos mayores tensándose —. En el último celo quedó claro que no puedo darte más hijos y tú los deseas.

Un Omega solo puede solicitar un divorcio cuando no puede cumplir las necesidades de su Alfa. Matt lleva meses trabajando en la forma de encontrar la forma en que Tony deje a Steve, y la encontró finalmente cuando Rogers decidió cambiar las pastillas de Tony.

—No puedes dejarme Anthony, eres mío, eres mi Omega—. Steve se agacha para poder tomarlo por los brazos con fuerza, sacudiéndolo. Tony solo lo mira a los ojos.

—Es lo mejor para los dos. Por el arreglo matrimonial que crearon mis padres tu tendrás todo lo que era tuyo antes del matrimonio y yo tendré lo mío. Lo que compraste en este tiempo es tuyo—. Su voz lo hace sonar como si fuera un buen trato, pero Tony está consiente de que perder Stark Industries es un golpe duro para Steve.

Steve grita un rato más, Tony es lo suficientemente astuto para aparentar no perder la calma aunque quiere golpearlo. Harley se levanta y se va, Tobey le sigue, pero Andrew se queda en su lugar.

Andrew se parece a Tony; no es de seguir reglas establecidas, hace las propias y establece sus propios límites que no rompe a menos que sea una situación límite a la que se esté enfrentando. Stark agradece presencia de su hijo ahí, porque si él está aguantando tan bien escuchar ideas en las que sabe que difiere, entonces él también puede.

Espera gritos, espera reclamos, espera chantajes e incluso amenazas. Lo que no espera son golpes, y mucho menos espera que cuando Steve está perdiendo los estribos y levanta un brazo en actitud amenazante, Andrew suelte un puñetazo.

—¿QUÉ ESTAS HACIENDO?—. Grita Steve, y Tony se pone de pie finalmente.

—NO VOY A DEJAR QUE LO TRATES ASÍ.

—Andrew, puedo defenderme solo—. Asegura el Omega, pero su hijo no parece escucharlo.

—Es mi Omega y está actuando como un estúpido—. Tony realmente se pregunta si Steve no se da cuenta de que más le vale quedarse callado, pues diga lo que diga la situación no va a cambiar.

—El único estúpido eres tú—. Reclama Andrew.

Harley y Tobey aparecen por el pasillo, mirando atentos la escena y decidiendo que hacer.

—Es suficiente. Largo Steve—. Dice Tony, interponiendose en esa discusión.

—Tú no puedes…

—DIJE QUE TE LARGUES—. Esta furioso, y eso se nota. No sabe que hay en él diferente al resto de las veces que han discutido, pero Steve lo mira sorprendido, como si lo viera por primera vez.

—No voy a firmar nada—. Dice, pero se va. Sale de la casa furioso.

—Tiene que firmar—. Dice Tobey apenas su padre se ha ido —. Estuve investigando. Si un Omega sabe que no puede cumplir sus espectativas y hay otros Alfas que puedan cuidarlo, se otorga el divorcio de forma inmediata.

—Además—. Complementa Andrew—. No existe la obligación de que se trate de un Alfa que esté interesando de forma romántica en ese Omega. El papel de “Alfa de la familia” lo puede asumir un familiar, y eso incluye hijos.

Andrew y Tobey chocan sus puños. Saben que para fines prácticos ellos no van a cuidar a nadie, pero cumplen los requisitos legales.


Cuando todo vuelve a la calma y encienden el televisor, Hank y Matt estan debatiendo con los secretarios. Afirman que la “Histeria Omega” no se va a terminar hasta que se consiga un cambio. Tienen un pliego petitorio inmenso, pero por el momento la atención se centra en la educación.


La Histeria Omega dura tres días.  Los manifestantes no abandonan las calles hasta que el secretario de educación y de salud anuncian que trabajarán en conjunto para que las escuelas sean seguras y ningún Omega tenga que dejar de estudiar después del primer celo.

Casi todos los Omegas celebran, incluso hay un gran número de Alfas, sobre todo los más jóvenes, que celebran la decisión. Pero eso no deja de lado que muchos Alfas, incluso Omegas tradicionalistas, argumente que es una decisión lamentable que sólo altera el orden social establecido.

Entre esos Alfas está James Howlett.

—No creas que vas a regresar—. Dice mirando a Peter, que está sentado junto a él, son teniendo entre sus brazos a Daken.

Peter mira la pantalla del televisor, están hablando sobre lo que ocurrió el primer día. Es extraño, porque lo que pasa a continuación el chico lo toma como una señal.

—… tono agresivo de los manifestantes. No podemos olvidarnos de la piedra que fue lanzada contra los cristales del Palacio de Justicia ni la agresión que sufrió un policía a manos de los manifestantes—. Dice el comentarista y entonces muestran la filmación de los hechos.

Peter reconoce a su padre, podría reconocer a Charles en donde fuera y no necesita nada más que ver su postura para saber que es él aún debajo de la capucha y envuelto en esa ropa negra que no usa cotidianamente. En la escena se muestra el intento de su arresto y como Wade interviene. El chico ya está lo suficientemente conmovido por los hechos, pero entonces muestran lo que Charles había estado escribiendo con aerosol rojo sobre las paredes blancas.

Por Peter.

Peter siente una emoción extraña en el estómago.

Por Peter.

Es como si el mundo a su alrededor dejara de existir.

Por Peter.

Siente las extremidades pesadas, deja de ser consiente del peso del bebé entre sus brazos.

Por Peter.

Su padre casi fue detenido.

Por Peter.

Por escribir su nombre en una pared.

Por Peter.

Porque es lo que les queda.

Por Peter.

Porque están enojados y es la única forma de conseguir atención.

Por Peter.
Por Peter.
Por Peter.

Algo revive en él, es como si ese fuego que se había apagado a base de miedo volviera a encenderse. Es epifánico, porque ahora sabe que es una víctima, pero que es fuerte, que no está solo.

Se ríe. Se ríe tanto y tan fuerte que su Alfa lo mira como si se hubiera vuelto loco.

—Me importa un carajo lo que pienses, Logan. El siguiente ciclo escolar voy a estar de nuevo en la escuela.


—Papá, estoy listo—. Dice David asomándose en la puerta de la biblioteca.

Charles marca una página en el cuento de Rivas Mercado que ha estado leyendo y se pone de pie.

—¿Tienes lo necesario?

El chico asiente y sonríe apenas. Charles puede notar que está nervioso. Toma una de las dos maletas y lo acompaña hacia una puerta lateral.

Afuera hay un taxi esperando. Dentro espera el novio de David.

—¿Estas seguro de lo que estas haciendo?—. Pregunta Charles. Está angustiado, porque su hijo es bastante joven y quiere evitarle hacer algo de lo que se arrepienta después.

—No—. Dice David, pero la sonrisa no se borra de su rostro—. Tengo miedo, papá. Pero si quiero ser libre esta es la opción.

Charles suspira. Tiene razón, la única forma que tiene su hijo de decidir sobre si es estando bien lejos de Erik, sabe que él ya a comenzado a buscarle esposo, y por esa razón está apoyando completamente la decisión de David de irse ahora, justo después de su primer celo que, casualmente, llegó justo el día en que comenzó la Historia Omega.

—Si las cosas no resultan como esperas puedes regresar—.Dice Charles y entonces se despide con un abrazo de su hijo.

—Dile a Padre que no me dejó otra opción.

David se despide con la mano.

Charles lo ve alejarse y se siente tranquilo, más en control de lo que nunca ha estado.


—¿Dónde está David?—. Pregunta Erik a la hora de la cena.
—Salió, regresa más tarde—. Responde Charles.

El resto de sus hijos se miran entre sí, el pequeño Kurt se ríe cubriendo su boca con sus manos.

Pasan un par de horas y Erik empieza a preocuparse. Es tarde, no son horas para que un Omega decente esté afuera.

—¿Dónde está David?—. Pregunta de nuevo.
—Tranquilo Erik, yo sé dónde está—. Responde Charles y pasa una página del libro que ha estado leyendo.

Pará la media noche Erik parece estar a punto de volverse loco. No deja de mirar por la ventana, camina de un lado a otro paseándose por los alrededores de la puesta principal, esperando a que en cualquier momento su hijo regrese.

—¿Dónde está David?—. Pregunta de nuevo.
Charles decide qué ha tenido suficiente.
—Lejos. Se fue esta tarde con su novio. No va a volver—. Quiere evitarlo, pero está sonriendo, y esa sonrisa se ensancha al ver palidecer a Erik —. Me pidió decirte que no le dejaste otra opción.

Erik no lo entiende, él solo comento un error, pero ha hecho todo bien con sus hijos. Los ha educado como marcan las costumbres, no ha exigido más que lo que se espera de un buen Omega ante la sociedad.
Sus ojos buscan la mirada de su esposo, quiere una explicación, entender por qué ha ayudado a David a defraudar lo de esta forma. Pero en los ojos de su esposo no encuentra nada de lo que ha visto en esos 16 años juntos. Son un par de témpanos de hielo en los que sólo reluce una capa de ira ardiente.
Para Erik es tan extraño notar ese cambio radical en su esposo que se siente mareado, su estómago está revuelto.
En algún lugar de la casa suena un teléfono.
—¿Por qué, Charles? ¿Tú por qué me odias?
Charles va a responder, tiene un discurso preparado ya en la punta de la lengua, pero Alex aparece entonces.
—Llamaron del hospital. Es Peter.






---------
Nos estamos acercando al final, amixes.

Omegas contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora