Capítulo 14

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Charles acostumbraba despertar temprano. No era algo que disfrutara pues no era una persona de mañanas y nunca era muy él antes de la primera taza de té del día. Sin embargo, había terminado por acostumbrarse a  despertar siempre un par de minutos antes que la alarma programada a las siete de la mañana, ya que en sus primeros años de matrimonio esa había sido una de las exigencias de Erik.
Después fue gustó propio, pues a pesar de contar con la ayuda de los empleados domésticos, le gustaba ayudar a sus hijos a prepararse para la escuela, y después del desayuno, ir a ocuparse de sus propios estudios.

Pero esa mañana ni siquiera fue la alarma lo que le despertó, fue el ruido del televisor y los gruñidos de indignación de Erik. Se había acostado hasta pasadas las 3 y la última hora de su día había sido intensa, así que al abrir los ojos tardó varios minutos sentado en la cama sin entender nada, sabía que Erik le estaba hablando, que estaba refiriéndole sus quejas por algo, pero no terminaba de entender por qué.

—... Revoltosos que no entienden que los costos de limpieza van a salir del erario público.

Algo hizo clic en la mente de Charles y terminó de despertar del todo.

—¿Qué ocurrió?—. Preguntó con fingida inocencia.

—Un grupo de Omegas histéricos vandalizó la ciudad.

Charles casi se echa a reír ante lo de histéricos, pero se contuvo para no dar explicaciones sobre la medicina de hace siglos. En su lugar solo mantuvo su vista fija en la pantalla que mostraba imágenes de las pintas que él mismo había hecho en contra de Logan. La nota concluyó con un video captado desde una cámara de seguridad en los que podía ver a ambos Peter y Loki lanzar globos de pintura.

—Los Alfas de esos Omegas deben de ser unos idiotas, pusilánimes incapaces de tomar su lugar.

Esta vez Charles no pudo evitar reír. Se levantó de la cama, y como nunca hacía se acercó a dejar un beso en la mejilla de su esposo.

—Menos mal tu no eres un idiota ni un pusilánime—. Y Erik no notó la burla en sus palabras.

*****

—Lección número uno—. Dijo Wade tomando a Quentin por un brazo y usando su fuerza para hacerlo caer—. No subestimen a su oponente.

—Estaba distraído—. Se excusó Quentin poniéndose de pie.

—Eso no es cierto y lo sabes—. Contradijo Jack acercándose a su pareja y pasando una mano por su cintura—. Wade tiene mejor técnica que tú y quizá también es mejor que la mía.

Wade sonrió y estaba a punto de decir algo ingenioso, pero fue interrumpido por Peter Lenhsherr.

—Wade pelea de maravilla, pero ahora ¿podrías enseñarnos algo?

Él, Parker, Loki, Tony, Harley, David, Charles, Hank e incluso Matt estaban ahí. Quizá no era la mejor idea organizar una clase de lucha el día siguiente de cometer un acto de legítima protesta por la madrugada, pero todos consideraron más que necesario adquirir esos conocimientos a la brevedad. No pensaban pelear a puño limpio con la policía, pero siempre era mejor saber defenderse.

—Les voy a enseñar a todos, pero tú, niño embarazado, vas a quedarte haciendo ejercicios junto a Quentin. Descuida, si él puede hacerlos tú vas a ser jodidamente mejor.

Lenhsherr no pareció muy contento, pero se resignó a permanecer al margen mientras los demás entrenaban.

—Peter—. Lo llamó Loki al final del entrenamiento.
Wade aún peleaba intentando derribar a Matt, que a pesar de ser ciego era por mucho el mejor peleador. Incluso mejor que Wade, pues su padre Alfa - el único al que había conocido- había sido boxeador y se había encargado de enseñarle todo lo que sabía.
—Sí vienes a decirme que es mejor para el bebé que no venga a estas clases, no quiero escucharlo.

Omegas contra el mundoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora