Parte 17

2 0 0
                                    

Cuando estaban llegando a la casa de Gabriel Emilia miró con ojos pervertidos a su novio. Estaban parados en el semáforo y en la calle no había nadie. Ella estiró su brazo y tocó a su novio en la entre pierna, estaba duro. Ella aprovechó la soledad de la calle para continuar acariciándolo hasta que se desabrochó el cinturón de seguridad para sacar el pene de Gabriel de dentro del pantalón para masturbarlo mientras iban en el camino.

-Oh... espera Emilia, ya estamos llegando, me- me vas a hacer chocar el a-auto.- dijo con voz entrecortada. Ella lo miró bajando la intensidad de las caricias pero sin soltarlo del todo.

Cuando llegaron entraron muy rápido a la casa mientras se besaban desesperadamente. El la llevaba alzada, tomándola por el trasero mientras ella le desprendía los botones de la camisa. Llegaron a la cama y Emilia estaba prácticamente desnuda esperando a que su novio se quitara los zapatos para poder sacarse los pantalones. Por la urgencia que sentía, la chica comenzó a tocarse sola, tenía su mano sobre su vagina y trazaba círculos. Cuando él volvió a la cama la observó, ella estaba con los ojos cerrados disfrutando de sí misma.

-¿Te tocaste cuando yo no estuve? – preguntó el mientras acercaba su boca al cuello de la chica.

-Mmm... s-sí, claro. Pensaba en vos.- dijo abriendo los ojos. Dejó de tocarse para buscar con su mano el miembro de su novio pero él la detuvo.

-No, sigue, quiero verte hacerlo.- dijo él serio mientras comenzaba a tocarse él mismo.

Ella continuó con lo suyo, movía una mano sobre su clítoris y con la otras se acariciaba los senos. Luego bajó esa mano a la vagina y comenzó a introducir un dedo. De vez en cuando le dedicaba miradas a su chico. Él la observaba muy concentrado mientras se masturbaba. La chica estaba por llegar al climax así que él se acercó rápidamente para tomarla y penetrarla como un loco. Ella gimió fuertemente, aguantó poco hasta que se dejó llevar por el orgasmo que recorría todo su cuerpo. Él de igual modo salió del interior de ella y acabó fuera porque no tenía puesto un preservativo.

Descansaron unos minutos en la cama, ella estaba aun sintiendo pequeños espasmos en su cuerpo. Él tenía la respiración agitada.

-Perdimos el estado.- rió él al ver que los dos estaban en las mismas condiciones

-Tendremos que ponernos en forma de nuevo.- respondió ella.- ¿Qué tenías para darme?

-Ah... casi olvido eso. En seguida lo traigo. –Dijo mientras se levantaba para buscarlo en una valija que estaba en la habitación. Volvió con una bolsa rosa que parecía contener unas cajas dentro.- Son varias cosas que espero que podamos usar juntos.

La chica comenzó a sacar cajas pequeñas de color blanco. Eran disfraces sexuales, conjuntos sexys de encaje y por ultimo sacó una caja alargada. Era un vibrador a control remoto.

-¿Entraste a un sex shop para comprarme todo esto?- preguntó ella un poco divertida.

-Mi hermana es dueña de varios sex shops en Seattle, cuando le mostré quien eras me dio todo esto, ese de ahí.- señaló el vibrador- es un regalo de parte de ella.

-Que vergüenza... ¿cómo voy a mirar a tu hermana después de estos regalos?.

-Ella está acostumbrada a todo esto, no la incomodan este tipo de cosas. –respondió riendo Gabriel.- Cuando quieras podemos probar el regalito especial...

-No sé cómo se usa, no viene con instrucciones..- dijo ella mirando la caja.

-Bueno... es porque cada uno lo usa como prefiere. Puedo ayudarte o puedes aprender sola. Veo que cuando no estoy te conviertes en autodidacta.

-Es diferente... Vas a tener que enseñarme, amor.- dijo ella con cara de cachorrito.

-Con gusto, hermosa.

Continuaron con lo suyo. Tuvieron sexo hasta altas horas de la noche. Al día siguiente despertaron cerca del medio día. Salieron a comer juntos a un restaurante nuevo. Gabriel estaba tan contento de estar junto a su novia que había olvidado los momentos tristes que había vivido hacía un mes atrás.

.......................................................

Era domingo y Emilia estaba hecha un manojo de nervios. Estaba hablando con Lorena por teléfono. Ese día comenzaban las prácticas.

-¿Lore vos ya tenés todo listo para mañana?.- preguntaba curiosa y preocupada con su amiga.

-Emilia solamente tenés que tener la chaquetilla blanca y una libreta. Nada más. No sé qué te preocupa tanto...- contestó  Lorena.

-No sé... estoy muy nerviosa.

-No es nada, cuando estés ahí los nervios van a desaparecer. Te cuento algo para que te olvides un poco de las prácticas.

-Sospecho de algo. ¿Es sobre Leo?

-Sí, ¿cómo sabes? es más ¿qué sabes?

-Habla de una vez.

-Estoy saliendo con Leo hace unas semanas. No quise contarte porque yo no soy muy constante con mis relaciones, pero esta vez es diferente. Siento algo más fuerte.

-Estoy muy feliz por ustedes amiga, mucho más por vos. No sabía nada en realidad pero sospechaba que estaban saliendo porque estaban juntos todo el tiempo y también estabas un poco distraída. Yo creo que estaba igual cuando empecé a salir con Gabriel. –admitió Emilia, realmente se ponía muy feliz por su amiga, sabía que de alguna forma Lorena maduraría con esta relación.

.......................................................

Esa noche Lorena cenó en su casa con sus padres y Gabriel. Como siempre el chico llevaba algún presente para los padres de su novia. Esta vez Gabriel ayudó a cocinar. Hicieron pastas, la especialidad del pelirrojo. Emilia lo miraba desde la mesa del comedor. Ella ya lo sentía totalmente parte de su familia. No concebía su vida sin ese chico en ella.

Gabriela miraba asombrada las dotes culinarias del chico. Lo escuchaba hablar sobre las especias y tomaba notas mentales. Compartían secretos y reían. Gabriela le recordaba a su propia madre, Gabriel extrañaba asu familia nuevamente, así es que reafirmaba que volvería a visitarlos en las vacaciones de invierno junto a su novia.

Luego de la cena Gabriel comenzó a despedirse para irse de la casa de Emilia, quería que ella descansara bien para el día que le esperaba. Iba a ser muy importante para ella y no quería interferir en eso. Sin embargo su novia lo invitó a quedarse esa noche a dormir. Después de pensar un poco aceptó y se fue junto a Emi a su habitación.

Ella le pidió que esperara mientras se daba un baño. Gabriel se acostó en la cama y recordó que había dejado un par de camisetas en el vestidor de su novia así que se dirigió allí para sacar una.

Cuando encontró lo que buscaba también vio los regalos eróticos que le había dado en su vuelta de Estados Unidos. Por un segundo pensó en utilizarlos esa noche pero en seguida quitó esa idea de su cabeza. Quería que tuvieran una noche de sueño reconfortante. Se cambió la camisa por la remera y se quitó los jeans que llevaba puestos. Salió de allí con sus bóxers y una camiseta blanca. Emilia ya estaba sentada en la cama secándose el cabello y lo miró salir del vestidor.

-Me gusta tu pijama.- dijo ella con una sonrisa.

-Me pongo la camiseta por si tus padres nos ven.- dijo él pellizcando el dobladillo de la misma.

-Me gusta cuando dormimos desnudos.

-Sí, pero es mejor que esta noche duermas y descanses bien.

-¿Seguro? No me molestaría...

-No Emi, esta noche solo dormiremos. Ya tendremos más noches. – dijo él acercándose para darle un tierno beso en la mejilla.- ¿Estas nerviosa?

-Muchísimo. No sé si voy a poder dormir esta noche.

-Sí que podrás. Mañana te va a ir de maravilla. Ya verás amor.

-Bueno, intentemos dormir... ya que no quieres nada más. –dijo ella mientras abría las sábanas para dormir. Se acurrucaron juntos y antes de dormir se dieron un beso largo.-Buenas noches amor.

-Buenas noches Emi. Te amo.

-Te amo. 

Enséñame a amarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora