Emilia y Lorena pasaron las dos primeras horas dentro del aula, escuchando atentamente a su profesora. La mujer les explicaba que en el año que cursan se realizaban las prácticas docentes. Las mismas duraban tres meses y ellas debían planificar sus clases, observar el curso que les tocara y dar clases. Era lo que más esperaban desde que habían incursionado en su carrera y ya se veía muy pronto. Estaban en el mes de marzo y las prácticas comenzarían en abril. Solo quedaba un mes para que comenzaran y los nervios las comían vivas.
-Espero que me toque un curso pequeño. No creo tener paciencia para más de veinte niños.- Decía preocupada Lorena mientras se tomaban un recreo en la vereda del instituto.
El edificio tenía una escalinata de mármol en el frente. Las chicas solían salir en sus recreos a sentarse allí, con el mate en mano y alguna fruta o galletitas. Emilia amaba tomar mates en las tardes junto a su amiga. Lorena había crecido en Uruguay y vivía tomando mates. De ser por ella estaría dentro del aula tomando pero eso a algunos profesores les disgustaba.
-Emilia no sé qué es lo que estás esperando para contarme lo que te pasó en las rodillas.
-Bueno... nada grave. Estaba llegando tarde por culpa del bus que se tardó. Tuve que correr para no llegar más tarde de lo que venía. Por mirar el reloj mientras apuraba el paso me choqué con un chico que venía por la vereda.
-¡No lo puedo creer! - decía Lorena mientras se echaba a reír a carcajadas.
-Bueno, no es para tanto. ¿nunca te chocaste con alguien? - refutaba Emilia seria.
-La verdad no, jeje.
-Cuando me caí, quedé de rodillas en el piso. El chico me ayudó a levantarme. Pasé mucha vergüenza como para que vengas y te rías en mi cara.
Emilia miró la hora y el recreo estaba terminando. Ambas se levantaron y volvieron al aula para continuar con sus clases. La experiencia de Emilia les había echo olvidar el hecho de que dentro de un mes estarían en las escuelas trabajando.
Llegadas las 9 de la noche las chicas terminaban sus clases. Por estar en cuarto año la carga horaria en la facultad era menor a la de los demás años, porque había parte de las horas que tendrían que utilizarlas en las prácticas.
-Es un alivio salir antes este año.- Decía Emilia mientras bajaba la escalinata del edificio.
-Sí, tenés razón... mañana nos vemos amiga. Cuidate esas rodillas, quizás luego las utilices. -Decía Lorena con una voz pícara mientras le guiñaba un ojo a su compañera.
-Lore cerrá la boca, por favor. Adiós, nos vemos mañana.
Se despidieron con un beso y un abrazo como era común en Argentina.
Emilia se dirigía a la parada del bus mientras se colocaba los auriculares y se disponía a escuchar música. Mientras esperaba allí sintió que alguien tocó su hombro en la noche.
Pensó lo peor por un segundo. Ya se daba por asaltada. Estaba sola en ese lugar y no pasaba ni siquiera un auto. Se quitó un auricular del oído y se volteó lentamente. Para su sorpresa era el chico pelirrojo con el que se había chocado llegando a la facultad. La miraba apoyado en la pared de la parada. Emilia sintió el alivio recorrer su cuerpo, relajó los hombros y largó un suspiro.
-Ah... eras vos. Hola de nuevo.
-Hola, ¿como están tus rodillas? hoy quise preguntarte pero saliste corriendo prácticamente.
-Estoy bien, no me pasó nada. Disculpame por salir tan rápido, es que ya estaba llegando tarde a la facu. -dijo Emilia sintiendo sus mejillas tornarse coloradas.
-Ah bueno, me alegro entonces... ¿esperas el bus? está oscuro y no hay nadie por acá... si no te molesta puedo esperar junto a vos. Es peligroso que estés acá sola.
-No te hagas problema... no es la primera vez que espero a este horario.
-Me voy a quedar más tranquilo si espero junto a vos. Si te pasara algo me sentiría muy culpable. -respondió el joven rascándose la nuca.
-Bueno, como quieras... ¿cómo te llamas?
-Gabriel,vivo acá cerca, volvía de la casa de un amigo y te ví de casualidad. ¿Estudias en la facultad de educación?
-Sí... yo soy Emilia. -Justo en ese momento la joven vio que le bus se estaba acercando.- Allá viene mi bus, me tengo que ir... gracias por acompañarme y perdón por lo de hoy.
-Bueno... espero volver a verte Emi. Adiós -se despidió Gabriel con un movimiento de mano y una sonrisa en su rostro.
Emilia se subió al bus, pagó su boleto y se sentó. Miró por la ventanilla y vio a Gabriel parado con las manos en los bolsillos mirándola desde la vereda. Lo saludó con la mano y él le respondió de la misma manera. El bus comenzó a moverse y rápidamente lo perdió de vista. Volvió a ponerse los auriculares. Sonaba "Presiento" de Morat... apoyó su cabeza en la ventada y suspiró.
Había sido un largo día y solo quería bañarse y dormir. Al llegar sus padres no estaban, sólo su perrita Lola la esperaba durmiendo en su cama. Se dispuso a bañarse y enfundarse en el pijama. Miró un capítulo de la serie que seguía y se dispuso a dormir. Antes de apagar todo, buscó su celular para ponerlo a cargar. Tenía una notificación en Instagram. Era él. Gabriel la había empezado a seguir. Ella pensó..."bueno, es solo Instagram". Lo siguió también y miró un par de fotos, pero el sueño le estaba ganando. Cerró la aplicación y se fue a la cama. Rápidamente se durmió con Lola en los pies de la cama.
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Enséñame a amar
RomansaLa vida era muy monótona para Emilia, pero como dicen por ahí... lo mejor tarda en llegar. Así es como comienza una nueva etapa que es digna de compartir. ------------------------------------------------------------------ Esta historia está ubicada...