Tres semanas habían pasado desde la última vez que se habían visto frente a frente. Todos los días se veían a través de Skype. Robert estaba mucho mejor y al parecer estaba funcionando ese tratamiento experimental al que se estaba sometiendo. A Gabriel se lo escuchaba mucho mejor desde que su padre comenzó a mejorar.
Una tarde mientras hablaban los novios, apareció la madre de Gabriel en la habitación. Una mujer pelirroja como el fuego, con los ojos verdes más claros que los de el joven y una sonrisa sutil.
-Oh, hola Emilia, soy Sara, un gusto poder conocerte.
-Hola señora, el gusto es mío. Espero que se encuentre bien.- dijo Emilia muy educada.
-Por favor, nada de señora,- rió la mujer- espero poder encontrarnos pronto. Gabriel siempre está hablando de ti, dice que te extraña muchísimo.
-Yo también ya quiero poder conocerlos, estoy tramitando mi pasaporte así que puede ser que pronto nos veamos. Y yo también lo extraño mucho, mucho.
-Bueno Emilia, los dejo seguir hablando solos. Saludos.- dijo la mujer alejándose de allí.
-Adiós Sara.- dijo ella viendo como la mujer que iba para luego volver su conversación con Gabriel- Por dios, eres el calco de tu madre. Es hermosa.
-Eso quiere decir que yo también soy hermoso.- respondió él riendo- Probablemente en unos días esté viajando de vuelta. Mañana los doctores de papá tendrán una junta y verán cómo proseguir.
-¡Qué buena noticia! Espero que todo siga saliendo bien como hasta ahora. Si necesitas quedarte ahí más tiempo ni siquiera lo dudes. Quédate ahí el tiempo necesario. No vuelvas apurado por mí, yo siempre te voy a esperar.
-Espero no tener que esperar más por verte. Tengo que irme Emilia. Mañana sabremos más noticias. Te amo bonita.
-Te amo Gabi, adiós.
-Adiós.
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Luego de dos días, en la facultad les dieron la fecha exacta que comenzaría las prácticas, el curso que les tocaba y la escuela donde las realizarían. Emilia estaría en un segundo grado, en una escuela del Estado que quedaba a unas cuantas cuadras de la facultad. Comenzaría en una semana así que debía empezar a prepararse.
Al inicio solo observaría el trabajo de los alumnos en el aula con su maestro habitual. Era lo que había esperado durante mucho tiempo así que podía sentir la emoción. Al volver a su casa entró corriendo a buscar a sus padres para contarles sobre las prácticas. Al entrar en el comedor se encontró con su mamá y papá cenando en la mesa junto a Gabriel. Emilia dejó caer su bolso y saltó para abrazar a su novio. Él la recibió en el aire y la hizo girar en sus brazos. Las lágrimas corrían por los rostros de los jóvenes novios.
-¿Qué haces acá? ¿Por qué no me avisaste que volvías hoy? Decía ella aún en los brazos de Gabriel.
-Hola ¿no? .- reía él mirándola a los ojos.- Quería que fuera una sorpresa.- respondió mientras le daba un beso en los labios a Emilia.
-Tonto, me preocupaste porque no contestabas mis llamadas.
-Perdón, perdón, perdón. Te extrañé tanto bonita.
El padre de Emilia carraspeó para llamar la atención de ambos. Ellos se rieron y tuvieron que separarse, se habían dejado llevar por la emoción. Continuaron con la cena y conversaron sobre las buenas noticias de Gabriel y las novedades de Emilia.
La mamá de la joven estaba tan contenta porque nunca había visto tan feliz a su hija. Sabía que gran parte de eso era la presencia de su novio en la vida de ella, que era tan plana y común. Ahora tenía con quien compartir su vida, sus penas y alegrías.
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Luego de unas horas Emilia y Gabriel salieron a dar un paseo nocturno por un parque de la ciudad. Era de noche y el frío se hacía notar pero ellos necesitaban tiempo a solas para ponerse al día. Era miércoles y eso significaba que Emilia no estudiaba al otro día y Gabriel recién se reincorporaría la próxima semana. Además la chica tenía que presentarse en la escuela que le habían indicado para comenzar las observaciones de sus prácticas.
Compartieron una caminata por el parque, había puestos de comida y bebidas. Una feria se había instalado allí pero ya estaban por cerrar debido a la hora. Casi no se veía gente. La pareja caminaba tomada de la mano mientras hablaban y reían.
-Mamá y papá quieren conocerte ya.- dijo él animado.
-Pronto... en dos meses comienza el receso de invierno, podemos ir durante esas dos semanas.- propuso Emilia contenta, ella también se moría por ir a Estados Unidos para conocer a la familia de Gabriel.
-Mi hermana no podía creer que tengo novia.- rió Gabi mirando a la chica.-Y menos podía creer que fuera tan hermosa.
-Ahhh... eso no te lo creo.- respondió ella divertida.- Es invento tuyo.
-¿No me crees? De verdad ella dijo eso, y yo le creo.
-Ya ya... vamos a tu casa por favor.- dijo ella mirándolo a los ojos y metiendo una mano debajo de la ropa de Gabriel, tocando sus abdominales.- Te extrañé mucho.
-Vamos ya mismo.- dijo el con urgencia mientras la cargaba en su hombro como a una bolsa.
Ambos reían mucho, era muy cierto que se extrañaban. Emilia sentía que no lo había visto hacía años.
-Tengo un regalo para vos en mi casa, no podía dártelo donde estaban tus padres.
-¿Qué puede ser que mis padres no lo puedan ver? – dijo ella mientras subía al auto.
-Ya vas a ver, espero que te guste.- respondió Gabriel con una sonrisa.
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Enséñame a amar
RomanceLa vida era muy monótona para Emilia, pero como dicen por ahí... lo mejor tarda en llegar. Así es como comienza una nueva etapa que es digna de compartir. ------------------------------------------------------------------ Esta historia está ubicada...