G: Gimnasio

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Estas últimas semanas había subido de peso, sabe que es su culpa por estar comiendo más de lo normal. Y bueno, tampoco es como si estuviera rechazando los platillos que todos los días Charmy le ofrece, es imposible decir que no a esa expresión alegre y llena de cariño. Yuno se ha vuelto blando y lo sabe. No puede rechazar las comidas de Charmy y es por eso que ha aceptado la propuesta de Asta.

Ahí se encuentra, en su primer día en el gimnasio, dándolo todo.

Da gusto verse bien, aunque nunca ha tenido que esforzarse mucho para ello, él nació siendo bendecido con un cuerpo sano y una mente sana, con una apariencia atrayente y bonita para muchos a pesar de su nulo cuidado. Por culpa de su apariencia llama mucho la atención y eso es algo que Yuno detesta. Es triste porque al final esas personas hacen que te disguste tu propia apariencia.

—Vamos, Yuno, recién comenzamos —dice Asta trotando en un mismo lugar mientras se burla de su amigo que apenas puede seguir su ritmo.

Yuno apoya sus manos en su rodilla y recupera el aliento. Esto es sólo un calentamiento ya que después deben ir al gimnasio. Este es su primer día así que es normal sentirse morir, con el tiempo su cuerpo se acostumbrara. Se levanta y sigue el entrenamiento.

Esto es un cambio para bien, es por su salud y por las deliciosas comidas que quiere seguir probando.

Por la noche apenas pudo darse un baño antes de caer muerto en la cama.

—Odio el gimnasio —comenta al sentarse en el banco del patio. A su lado, Asta ríe mientras abre su caja de almuerzo, su nana es increíble siempre prepara deliciosas y nutritivas comidas.

—Eso dices ahora ya verás que con el tiempo te encantará y estarás fuerte como yo —Asta hace poses con los brazos como muestra de sus músculos, pero no se ve mucho por el uniforme.

—Lo odio.

—¿Y tu almuerzo? Yuno... no me digas que esperas la comida de Charmy —Asta no obtiene respuesta ni una mirada, pero esa indiferencia es un claro sí—. Hermano, su comida te hará mal, ella trae demasiado para una sola persona y suele ser puras calorías. Deberías decirle que pare o a este paso te volverás una bola redonda de grasa. He ir al gimnasio no ayudará.

—Cállate, Asta —Yuno mira con seriedad a su amigo, no parece enojado, pero lo está—. No te atrevas a decir eso frente a ella. Si acepto su comida es mi problema.

Asta y Yuno mantienen miradas por unos segundos hasta que el de grises cabellos asiente.

—Entiendo, no quieres rechazarla porque eso podría lastimarla. Aunque pienso que no deberías hacer esto, ocultarlo sólo la hará sentir peor cuando se entere que estuvo perjudicando tu salud todo este tiempo —explica antes de dar un bocado a su sándwich.

El chico de negros cabellos sólo puede mirar asombrado a su amigo, nunca creyó que podría ser así de observador. En eso llega Charmy con una caja roja de almuerzo como es lo habitual.

—Esta vez llego un poco tarde —dice ella entregando la comida que con tanto amor hizo para su príncipe.

—Está bien, gracias —sonríe Yuno, acepta la caja y ve como ella parece flotar en una nube de corazones y estrellas. Adorable.

—Bueno, adiós —se despide queriendo alejarse, pero una mano tomando la suya se lo impide. Charmy y Yuno miran sorprendidos ese gesto, ninguno de los dos se esperaba eso. Un poco tímido Yuno aprieta el agarre y se anima a ver los ojos verdes de la muchacha.

—Tengo algo que decirte —por el ambiente creado parecería que fuera a haber una confesión, pero ambos saben que no es así—. Comencé a ir al gimnasio.

—¿Sí? Eso es genial —felicita ella sintiendo sus mejillas arder tan sólo por ese agarre en su mano.

—Y yo... la comida.

—¿Qué tiene?

Asta interrumpe ese lento intercambio.

—Yuno quiere decir que si puedes hacer platillos saludables, le encanta tu comida y no quiere dejar de comerla.

Asta lo dice como si nada, mientras, Yuno siente que su corazón va a estallar, baja la mirada y suelta la mano de Charmy, no quiere que ella sienta su cuerpo temblar o vea sus mejillas sonrojadas.

—La comida, claro. Puedo hacer platillos sanos y deliciosos —sonríe ella viendo algo en su celular que la hace exaltarse del susto—. Debo irme ahora, los veo luego.

Y con una expresión de preocupación total ella corre hacia dentro del instituto. Por otro lado, los dos chicos quedan en silencio unos segundos.

—Te voy a matar, Asta.

—¿Acaso dije una mentira?

—Idiota.


Esponjosa dulzura | Yuno x Charmy |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora