B: Bebida

836 99 10
                                    

Ata sus negros y rizados cabellos antes de comenzar con el maratón de educación física. Ella realmente odia correr o practicar cualquier cosa que lleve un esfuerzo físico, sobre todo en época de calor, prefiere quedarse bajo la sombra de un árbol y tomar una sabrosa sandía. Babea complacida con sólo el mero pensamiento.

El evento da comienzo, dan inicio con el maratón, la pequeña Charmy cae exhausta en la segunda ronda quedando en último lugar. Su equipo grita bromas sobre su "gran" logro, es un intercambio divertido y ella sonríe mientras se acerca.

Terminan ambas carreras, las de chicas y chicos, entonces es libre para ir por unas bebidas. Sonríe al ver que sólo queda un refresco de manzana, su favorita. Pide y cuando la recoge se da cuenta de la persona parada a su lado, al levantar la vista es segada por la luz del sol y apenas logra ver una cabellera negra.

—Demasiada luz —se queja volteando el rostro al lado contrario de la persona. Se aleja y está por abrir su bebida cuando nota que el extraño aún está ahí parado viéndola o, mejor dicho, viendo su bebida. Enseguida entiende, así que hace entrega del refresco. Sabe que hizo lo correcto cuando el chico tiene esa sutil expresión de agradecimiento cuando acepta la bebida.

Yuno, no suele hacer uso de su belleza para conseguir algo, pero es consciente de su apariencia y sería un desperdicio no aprovecharse de vez en cuando, lo mejor es que funcionó sin que tuviera que decir nada. Está un poco decepcionado de las chicas, ninguna parece ver más allá del aspecto físico. Él está por agradecer la bebida cuando esa pequeña mujer da media vuelta y se aleja, Yuno parpadea sorprendido, ella ni siquiera parecía interesada en obtener algo a cambio. Entonces ve como una de sus habituales acosadoras encara a la mujer por su "astucia al hablar con él". Que tontería. Yuno va a intervenir cuando de nuevo es gratamente sorprendido.

Charmy escucha el reclamo sin entender nada, por eso saca la conclusión más acertada según ella.

—Entiendo —dice con seriedad—, quedarse sin tu bebida favorita es terrible, pero es peor ser egoísta y no compartir con los más necesitados.

"Yo sería ese necesitado" piensa Yuno sintiéndose un poco ofendido.

Charmy palmea el brazo de la anonadada chica en forma de consuelo y luego sigue su camino.

Al día siguiente, la pequeña y alegre Charmy encuentra la misma bebida, nueva, con una nota pegada a un lado.

"Gracias por ceder la última bebida ayer. Atte: Yuno."

Charmy sonríe, sintiéndose aún mejor consigo misma, guarda la nota y la bebida. Ella no se pregunta cómo es que el chico sabe cuál es su salón o dónde se sienta, ella es así de despistada y despreocupada.


Esponjosa dulzura | Yuno x Charmy |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora