Con un largo abrigo blanco, pantimedias, jeans negros y botas de igual color se siente un muñeco de nieve andante, hasta tiene un gorro de lana blanco. Suspira cansada y llena su boca con bollos dulces, Vanessa la hizo salir de casa para una sección de comprar por Navidad. Ha llegado hace una semana, vio a Yuno hace dos días, todavía tiene todo un mes de vacaciones en casa y aún siente que se queda sin tiempo. Ha pensado en confesarse. Es tonto, lo sabe, no ganará nada, pero tampoco tiene nada que perder. Será como sacarse un peso de encima. Podría hasta cerrar un ciclo de su vida, ese dulce amor adolescente. Además, Yuno es menor de edad estaría mal salir con él. Puede amarlo, pero no tocarlo.
Vuelve a suspirar y observa el gran árbol de Navidad, luces parpadean e iluminan todo el parque. Es hermoso. Se sienta en la banca y espera a su hermana, que ha ido a casa en un viaje rápido en auto para dejar las bolsas de compras así podrán ir a un restaurante y disfrutar de una cena sin molestia extra.
Yuno baja del taxi y camina hacia el centro de la plaza, directo al árbol de Navidad. Su corazón palpita con rapidez emocionado por lo que está a punto de hacer. Apenas recibió un mensaje de Vanessa, hace media hora, y no pudo pasar la oportunidad. Ha pensado mucho en ello y cree estar listo. Puede hacerlo, o intenta convencerse de ello. Esta tan nervioso que podría vomitar. Entonces la ve, su corazón se hincha de emoción y su estómago se revuelve con nerviosismo. Ella está preciosa de blanco y negro, esponjosa con ese gran abrigo que parece un vestido. Sus ojos verdes se encuentran con los suyos, sorprendida se pone de pie quedando ambos de frente y a media metro de distancia.
—Hola —ella sonríe contenta.
Yuno aguanta la respiración de pura emoción. Su campera marrón y gruesas botas se sienten demasiado abrigadas, su cuerpo está caliente por el subidón de emociones y su corazón se siente como si corriera un maratón. Cierra los ojos y toma coraje antes de abrirlos y casi gritar:
—¡Te amo!
—¿Bollos?
Ambos quedan congelados, cada uno por razones diferentes. Yuno se vuelve rojo de vergüenza, si antes sentía calor ahora está hirviendo. Charmy sigue mirando con sorpresa al hombre frente a ella, parpadea y cierra la boca al tiempo que su ofrecida caja de bollos es aceptada.
—Gracias —murmura Yuno con la cabeza baja y las mejillas rojas. Como siempre, no puede rechazar una comida de ella.
—¿Qué? ¿¡Qué!? —Charmy recién procesa la reciente confesión, su grito llama la atención de la gente por unos segundos. Ella no puede creerlo, lleva ambas manos al pecho asustada de que su corazón salga volando de alegría. Sonríe y luego ríe súper feliz. Lleva ambas manos a sus rojas mejillas y observa al guapo príncipe dar un mordisco al esponjoso bollo de canela. Él pretende total calma, cosa inútil cuando ella lo abraza sin parar de reír como una niña. Para este punto Yuno sabe que tomó la decisión correcta.
—Dilo de nuevo —pide Charmy sintiendo que flota mientras rodea con sus brazos la cintura de Yuno y apoya la barbilla contra su pecho.
—Te amo.
Toda la nieve parece derretirse a su alrededor volviéndose cálido y colorido como la primavera. Quizás son los efectos de las luces parpadeantes, pero ante los ojos de Yuno, ella parece brillar.
—Mi príncipe, elegante, amable, guapo, alto y enamorado de mí. Estoy tan feliz que podría comer hasta morir —ella parece volverse más pequeña y adorable—. También te amo.
Yuno suspira y muerde sus labios queriendo reprimir una sonrisa, pero es inútil cuando la avalancha de emociones se desborda inundando todo su ser. Sonríe y ríe junto a ella, la envuelve con un brazo mientras el otro sostiene los dulces.
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Esponjosa dulzura | Yuno x Charmy |
FanfictionCuenta la historia romántica de Charmy y Yuno desde que se conocen en el secundario hasta que son adultos. Pareja: Charmy x Yuno. Historia larga. AU. Fluff. Romántica. Final feliz. Misma historia en AO3.