CAPÍTULO 8: Parte 2

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Cuando me despierto aún está de noche y estoy en un cuarto que no es el mío y miro mi ropa y tengo una camisa de hombre puesta.

"¡Ay Rayos! Con quien me habré acostado ahora, prometo no volver a beber tanto ". "Aunque sea que el tipo sea lindo". Me percato de estar sola en el cuarto y me siento en la cama posando mis pies descalzos en el suelo, el cuarto es bastante grande y lindo, hay dos puertas y creo que una de ellas debe ser el baño, cuando me voy a parar me doy cuenta que me duele todo el cuerpo y la cara y es ahí donde me doy cuenta que mi mano derecha tiene los nudillos entre una mezcla de rojo y morado y veo que en la mesita de noche hay una pastilla y un vaso con agua, al lado de eso hay una foto que reconozco de inmediato - ¡mierda! Es el cuarto de Can - y ahí me atacan los recuerdos de todo lo sucedido hace unas horas, los tipos que querían abusar de mí, de Can golpeándolos, todos esos recuerdos vuelven a mí y me toco la cabeza por el dolor.

Cuando me veo en el espejo del baño de mi garganta sale un pequeño gritito por la impresión de verme en ese estado, tengo una mejilla roja y la otra morada con un poco de sangre, aparte de los nudillos colorados de mi mano derecha por el puñetazo que le di a uno de los tipos, tengo una rodilla un poco raspada, cuando me toco la mejilla chillo de dolor y no sé cómo, pero pierdo el equilibrio y me caigo saliendo de mi un grito por el impacto; cuando intento levantarme escucho como se abre la puerta del baño de una forma brusca y veo a Can con una expresión que nunca había visto en él, la del miedo y la preocupación.

- Nena ¿estás bien? - dice eso cogiéndome de la cintura y ayudándome a parar. - cuando vi que esos tipos te estaban haciendo daño ... lo vi todo rojo y solo querían matarlos ... pero tú ¿estás bien? ¿Te duele algo? - me dice eso revisando mi cuerpo y atacándome a preguntas que no puedo responder, estoy perdida en sus ojos y extrañada por su preocupación por mí, ¿dónde quedó el tipo que me quiso joder la vida?

- ¿¡Y qué coño hacías ahí afuera sola!? - espeta enojado y gritando. Está más que claro que este tipo es bipolar, ¿cómo de un segundo pasó del miedo a la preocupación y luego al enojo?

- Mira no tengo ganas de pelear ahora, muchas gracias por ayudarme pero ... - y ahí caigo en cuenta de algo. - ¿qué hacías tú por ahí? - Le digo extrañada. - ¿ahora me estas siguiendo? Pensé que te habías ido. -

- Y así lo hice, pero volví ayer y uno de mis hombres me dijo que estabas en una discoteca y le dije que se fuera que yo iba para allá, cuando llegue ten encontré... - y se calla pasándose la mano por sus cabellos. – si no te hubiese mandado a seguir la historia sería muy diferente. – termina diciendo.

- Ya. Gracias por haberme ayudado, pero no me gusta que mandes a alguien a seguirme – cuando digo eso se forma un silencio entre nosotros. – Mm creo que mejor me voy, mis amigas deben de estar preocupadas. – cuando paso por su lado me coge del antebrazo con tanta suavidad como si de un cristal se tratara.

- No te preocupes por eso, Burak ya le dijo a tu amiga lo que pasó y está con ella, además el doctor dijo que debías descansar así que es mejor que te quedes aquí mientras te recuperas. – dice mientras posa su brazo en mi cintura y me ayuda a ir otra vez a la cama.

- ¿llamaste a un doctor? – pregunto extrañada por tantas atenciones que me está brindando.

- Sí, me preocupo que no despertabas y lo llamé. – me dice subiendo los hombros restándole importancia a sus palabras. – ¿tienes hambre? Estaba preparando algo de comer si quieres te sirvo un poco. –

- ¿Tú cocinas? – le pregunto impresionada.

- Si, cuando mis padres murieron me hice cargo de mi hermana ya que solo tenía 10 años y le encantaba que le cocinara. – me dice eso con un toque de tristeza en sus ojos.

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