CAPÍTULO 19: Parte 1

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- ¿Sabes qué? creo que tengo ganas de pasar el domingo en parís...mm sí, creo que se me antoja eso hoy. – le digo a Can en broma.

Cuando llegamos a la casa después del momentazo que tuvimos en aquel callejón olvidamos el tema del tal "B" y nos la pasamos el resto de la tarde viendo películas y comiendo comida chatarra, nunca me hubiese imaginado al elegante Can comiendo pizza ensuciándose los dedos y encima de la cama, como si fuera un simple mortal, eso es de no creer, sin embargo, amo a ese Can despreocupado y relajado, me siento tan cómoda cuando estoy con él que hasta me aterra.

Si hace un mes y medio me hubiesen dicho que estaría con un Dios griego arrunchados en la mañana del domingo no me lo hubiese creído, me le hubiese reído en la cara, pero la vida da muchas vueltas y aquí estoy, en el cuarto de Can con él en la cama arropados una mañana de domingo.

- Y yo que creía que a ti te gustaban más las cosas sencillas. – se burla Can.

- Pues es que estando contigo nunca sé qué esperar, cuando pensé que me ibas a llevar a un restaurante normal en Venecia terminamos cenando en Roma – le veo sonreír mientras hablo con la cabeza recostada en su pecho. – y cuando íbamos almorzar terminamos teniendo sexo en un callejón, así que solo me adapto a ti – cuando digo esa última frase me mira con ojos lujuriosos mal interpretando lo que he dicho. – a tu manera de ser, me refiero. – corrijo al instante.

- Pues lamento decirte que para el día de hoy no tengo nada bajo la manga, ni viajes en helicóptero ni revolcones en lugares públicos, aunque si quieres tu solo dime y lo hacemos, todo sea por complacerte. – los dos nos reímos sin parar. – hoy solo quiero pasar todo el día contigo ya que mañana me tendré que ir. – me incorporo en la cama rápidamente al escuchar eso.

- ¿Por qué, a donde te vas? – cuando le pregunto lo veo un poco dudoso por responderme, pero a la final me contesta.

- Solo es un viaje de negocios, nada con importancia, creo que volveré la otra semana. – dice mientras se para de la cama y se organiza, pero algo en mi me hace dudar de que solo sea un viaje sin importancia.

- ¿A dónde iras? – le pregunto observándolo desde la cama.

- A Turquía – dice al fin. – organízate, te espero abajo para desayunar. – y sin agregar más veo que sale del cuarto.

Me pareció muy extraña la situación pero no le di muchas vueltas al asunto, me levanté de la cama me puse ropa más decente y me dispuse a salir de la habitación encontrándome con Zeynep y Can en el comedor desayunando omelette de jamón con queso, pan y un poco de fruta.

- Buenos días Zeynep – la saludo y me siento al lado de Can para desayunar.

- Buenos días Alessia – me responde.

- ¿Dónde está Burak? hace semanas no lo veo. – les pregunto intrigada, hace mucho tiempo no veo a Burak cabreado conmigo por el simple hecho de respirar, aun nuestra relación es un poco complicada.

La última vez que se enojó conmigo fue cuando invité a Can a una exposición de los mejores vinos (según él) ya que sé que le encantan todas esas cosas que no logro comprender aún, el caso es que él dijo que sí, pero lo que yo no sabía era que tenía trabajo que hacer con Burak y en vez de ayudarlo fue conmigo y a Burak le tocó hacer todo solo, así que fue un motivo más para que me odiara, pero en mi defensa yo no tenía ni idea de que tenían cosas que hacer.

- Está de viaje, fue a España para revisar la mercancía que le venderemos a los rusos. – me responde Can.

- Eso dice él, pero yo creo que el ogro y obsesivo en el trabajo anda detrás de una mujer. – dice Zeynep y las dos nos reímos.

- No creí que tuviera tiempo para relaciones. – digo.

Burak es un tipo muy serio, por lo tanto, toda su concentración es en el trabajo y por lo que me ha contado Zeynep nunca ha tenido una relación seria y mucho menos iría tras una mujer ya que "él no tiene necesidad" supuestamente.

Después de un fin de semana con Can, en la noche me voy de su casa, quería llevarme, pero necesitaba organizar las cosas para su repentino viaje, así que decide en que uno de sus choferes me lleve.

- Buenas noches Dante. – me despido del chofer cuando aparca enfrente de mi edificio.

- Buenas noches señorita Salvatore. – me responde.

Cuando me bajo del carro con mi bolso en mano me volteo para ir hacia mi edificio, pero mi camino es obstruido por una persona que no vi y chocamos haciéndole derramar su bebida.

- ¡Oh rayos! Lo siento, no te vi – cuando logro ver mejor a la persona me doy cuenta que es una mujer alta, cabello rubio y está usando ropa deportiva en la cual se derramó todo el líquido de la bebida que consumía y por el choque se derramó.

- Perdóname a mí, yo iba corriendo y fui yo la que no te vio. – dice sonriente, cuando la detallo mejor me doy cuenta de que es la misma chica que vi en el baño de mi club con la cual tuve una extraña conversación.

- Yo ya te he visto – me mira sin entender. – en el baño del club "the luxury" – me sigue mirando sin comprender nada. – me llamaste por mi nombre – le doy otra pista. – por cierto ¿cómo sabias mi nombre? – por fin parecemos hablar el mismo idioma ya que me recuerda.

- Ah sí claro, ya te recuerdo eres Alessia. – me responde.

- Sí, y ¿Cómo sabias mi nombre y a qué te referías cuando dijiste que alguien te había dejado por mí? – le pregunto con ganas de entender la razón de esa extraña conversación.

- Sabia tu nombre porque eres la dueña del club y eres la dueña de la cadena de hoteles Salvatore. – ahora eso tiene sentido. – y lo otro...estaba borracha y no sabía lo que decía y también te pareces un poco a la novia de mi ex y por ella él me dejó. – puedo ver que ese recuerdo le da rabia, lo sé porque me mira con cierta ira y de inmediato el momento se vuelve incómodo.

- Mm ya. ¿Quieres pasar? – le propongo señalando mi edificio. – vivo ahí al frente, te puedo prestar algo mientras se lava tu ropa. – ella asiente con una gran sonrisa.

"es bipolar o qué, hace un rato me regalaba una mirada asesina y ahora me está acompañando a mi edificio muy sonriente." Pienso mientras ingresamos en el ascensor.

"atraes a unas personas bien raritas Alessia." Me habla mi subconsciente.

El ascensor para en mi piso y salimos, la chica me sigue y cuando entramos a mi apartamento le señalo la sala y ella mira para todas partes.

- Puedes esperar aquí mientras voy por algo de ropa o puedes ir al baño y yo te llevo la ropa ahí y me das la tuya para meterla a lavar. – le digo. – ah y por cierto, ¿cuál es tu nombre? – pregunto regañandome mentalmente por no habérselo preguntado antes.

- Bar...Laura – me contesta – e iré al baño. – le señalo donde es y me voy al cuarto a sacarle una sudadera y una camisa, no me demoro mucho, cuando regreso no está en el baño y de inmediato pienso lo peor.

"genial Alessia, ya te robaron por ser tan buena y dejarla pasar a tu casa."

- ¡Laura! – la llamo y la susodicha sale de la cocina con la misma ropa manchada por la bebida.

- Lo siento, quería algo de tomar y no quise molestarte, pero ahora me tengo que ir, fue bueno conocerte y no te preocupes por la ropa, así estoy bien – dice con una sonrisa en la cara y caminando apurada hacia la puerta.

- Espera, ¿todo está bien? - pregunto cuando abre la puerta.

- Sí, nos vemos pronto. – y sin decir más cierra la puerta.


"de verdad que hay mucha gente rara en el mundo."

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