CAPÍTULO 11: Mentiras dolorosas

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CAN

Despertar al lado de Alessia es maravilloso, tenerla a mi lado con su cabello revuelto y cubriendo gran parte de su cara es lo más tierno y sexy que he visto en mi vida, no quiero salir nunca de esta habitación, no quiero enfrentarme a la realidad, solo quiero estar con ella por un minuto más, pero hay una voz en mi cabeza que me dice que esto está mal, que no debo involucrarme más con ella, ahora sé que no quiero hacerle daño, ella es increíble y así yo pare Burak no parará hasta hacerle daño y no quiero eso, no lo puedo permitir, así que creo que lo mejor es dejarla ir, alejarla lo que más pueda de mí y de este mundo de mierda.

No sé cuánto tiempo ha pasado desde que me desperté, solo me he quedado mirándola como idiota y acariciando su mejilla hasta que se remueve y abre los ojos.

- Buenos días. – digo sonriéndole

- Buenos días. – dice mientras se estira y se acerca más a mi colocando su cabeza en mi pecho y abrazándome.

Nos quedamos así un tiempo, solo escuchamos nuestras respiraciones y disfrutamos del momento, hasta que la separo bruscamente de mí y me siento en la cama vistiéndome.

- ¿Qué pasa? – me pregunta extrañada.

- Lo de anoche fue producto del alcohol y fue... solo fue cosa de una noche – puedo ver cómo me mira decepcionada, confundida y creo que también enojada. – tengo cosas que hacer y creo que deberías irte, en el armario está la bolsa con ropa que te traje la otra vez por lo de... ya sabes – mientras le hablo cortante le señalo con el brazo el armario.

- Y dentro de la bolsa encontraras los papeles en donde dice que tus hoteles y clubs serian míos si los firmara...- y como sé que tengo que ser un rotundo y completo cabron para alejarla de mí, continúo hablando. – ya obtuve lo que quería, eres libre, ya te puedes ir. – cuando termino de decir eso veo como poco a poco se rompe, pero como es Alessia de una se endereza y trata de ocultar cualquier rastro de lo que antes vi y se ríe amargamente.

- Sí, claro, lo de anoche fue un completo y rotundo error – dice mientras busca sus cosas. – digo, no me hubiese acostado contigo si no hubieses impedido que me acostara con Erick – me dice mirándome fijamente. – pero al final del día los dos obtuvimos lo que queríamos – dice mientras sonríe. - tú querías acostarte conmigo y pues yo... ya sabes, él me dejó caliente y tenía que saciarme.

"Uhh golpe bajo." Se burla mi subconsciente.

- Lo estás diciendo solo porque estas dolida conmigo porque pensaste que esto iba a ser algo más, no lo dices en serio. Solo lo utilizaste a él para hacerme sentir celoso. – digo tratando de convencerme a mí mismo de que lo que ella dijo no es verdad, y es que ¡joder! El solo hecho de pensar que se pudo acostar con ese imbécil y que lo deseara me hierve la sangre.

- yo ya me acosté con Erick una vez, no veo por qué no lo haría una segunda vez y aun si ayer lo estuviera utilizando créeme que lo hubiese disfrutado. – y sin más que agregar sale del cuarto.

Una voz en mi me dice que la deje, que no la persiga y le reclame, pero no le hago caso y salgo al pasillo tras ella cogiéndole del antebrazo y haciendo que se voltee y me mire.

- ¿Qué diablos estas diciendo? – digo enojado

- ¿Crees que eres el único que puede lastimar sin importar qué? – me mira con los ojos aguados – si me lastimas, yo también te lastimaré. – se zafa de mi agarre, baja las escaleras y se pierde de mi vista.

De la rabia cojo lo primero que encuentro en el gran pasillo y lo estampo contra el suelo provocando que el jarrón de las flores se quebrara y emitiera un gran estruendo que se escuchó por toda la casa.

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