Capítulo XXXII

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El pelirojo veía con sorpresa al joven frente a el, aquella noticia le había caído como un balde de agua fría.
Miles de preguntas se formularon en su mente,el silencio entre ambos se extendió.
Repaso una y otra vez la posibilidad de morir y aquello no le gustó pero no podía dejar a la Hyuga en aquel problema.

.-No entiendo, Hinata es una buena joven, no puedo encontrar una razón por la qué tenga qué correr este peligro. -

. - Lo se, pero soy el menos indicado para explicarte todo.
Así que si valoras más tu vida sal de aquí y olvidate de ella. - Nagato se puso de pie, quería ir por un vaso de limonada pues aquel calor infernal lo estaba matando, su trabajo estaba hecho.
Cón aquellas palabras alejaría a aquel tipo supuestamente enamorado de la Hyuga y ella no tendría que ilusionarse una vez más con un imbecil pero para su sorpresa aquel joven hablo.

. - No, no puedo irme.
Ahora que se del peligro qué corre Hinata tengo más motivos para quedarme a su lado.
Voy a protegerla aunque me cueste la vida. - Aquel joven se puso de pie, necesitaba saber en realidad qué sucedía al rededor de aquella joven.
Tal vez era una locura pero al verla nuevamente el amor que se encontraba en el emergio con tal fuerza qué lo único en lo que pensaba era en estar junto a ella.

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La Hyuga se encontraba en su habitación, después de la platica con Ino y de la caminata con Mikoto se encontraba muy cansada.
Las ventanas estaban abiertas dejando pasar el refrescante aire,la luz del sol iluminaba toda la habitación, el silencio era tranquilizador mientras ella descansaba en la cama.
Cerro los ojos tratando de dormir pero el golpeteo en la puerta la interrumpió.
No tenia las ganas de abrir personalmente así que con un tono mayor de voz accedió a aquella persona a pasar.
Vio como al abrirse su puerta dio paso a su antiguo amigo, le sonrió y ella también respondió con el mismo gesto.

. - ¿Te sientes bien?, ¿Quieres que te revisé?. - Gaara se acerco a la joven preocupado, el delicado rostro de la ojiperla demostraba lo cansada qué sé sentía.

. - Estoy cansada, eso es todo, así que no te preocupes. - Trato de levantarse pero sus brazos no le respondieron, era la primera vez que se sentía de esa manera.

. - No, eso no es normal Hinata.
¿Te estas alimentando de forma correcta?. - Insistió aquel doctor mirándola fijamente.

. - Si,también e tomado las vitaminas de manera correcta.
Tal vez sea por la caminata qué e dado esta mañana,con un poco de descanso se pasará. - La Hyuga sonrió con pesadez, en esos momentos le estaba costando mantenerse despierta.
Sus párpados le pesaban y su cerebro parecía necesitar descansar, dio un gran bostezo, quería dormir.

. - No lo se Hinata,no me fio de eso.
Dejame ir por mis cosas y te tomaré una muestra de sangre, así podré asegurarme qué todo va con normalidad. -

El pelirojo salio con rapidez de aquella habitación, estaba preocupado por la salud de esa joven.
Una vez en su cuarto tomo lo necesario y salió, entro a la alcoba de la joven dándose cuenta que ahora se encontraba dormida.
Ese cansancio excesivo le preocupaba, tal vez estaba actuando de manera histérica pero no le importaba.
Verla tan frágil, descansando en aquella cama lo hizo sonreir, la amaba, nunca la había dejado de amar y ahora que la tenia frente a el podía reafirmar aquel sentimiento.
Cón cautela se acerco a ella, la movió con suavidad mientras susurra el nombre de aquel a joven, debia despertarla para que no se asustarla al tomarle la muestra.
La Hyuga después de algunos segundos abrió los ojos, sonrió al ver que aquel joven tenia un rostro preocupado.

Enseñame a OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora