Capítulo XXXIV

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Tres horas antes.

La ansiedad dentro de aquel azabache era fuerte, tenia una corazonada y el nunca se equivocaba.
Miro su reloj y era medio día, en un intento por calmarse se sentó en aquella silla frente a el, suspiro tratando de alejar aquel sentimiento que no lo dejaba respirar bien.
Madara Uchiha cerro los ojos buscando paz pero no fue así, su celular comenzó a sonar y con ello su histérica personalidad .
Miro de mala gana su telefono pero al ver el nombre registrado lo tomo de inmediato, nada bueno vendria de ello.
Tan rápido como contesto la llamada la voz de ese hombre se escucho,algo andaba mal.

. - Deben salir de ahí, no se que demonios paso pero la policía se está preparando para ir por ustedes. - El policía infiltrado estaba asustado.

. - ¿Qué carajos?, mierda, mierda, mierda.
¿Cuanto tiempo tenemos? . - Trato de mantener la calma y pensar con claridad, esa era su mejor arma.

. - Una hora, van fuertemente armados y el comandante Hashirama los acompaña. -

Apretó ambas manos en forma de puños,no podía dejarse atrapar y menos por aquel maldito de Hashirama.

. - Necesito que me investigues como llegamos a esto, ¿lo entiendes?. - Madara se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia su habitación.

. - Entendido señor, pero por favor, no lastime a mi familia. - La voz suplicante de aquel hombre hizo qué el Uchiha rodará los ojos, era patético.

. - Pues mueve tu puto trasero y haz lo que te digo. -

Madara colgó la llamada y una vez frente a su habitación saco sus maletas, el dinero y las armas no podía arriesgarlo.
Salio de su cuarto y comenzó a tocar en las habitaciones de sus aliados, si no se apresuraban la policía podía llegar en cualquier momento.

. - ¡Salgan de ahí!, es hora de irnos maldita sea. -

Los hombres salieron de sus respectivas habitaciones sin entender lo que ocurría.

. -¿Qué demonios?. - Shisui salio de su habitación con su torzo desnudo.
Tras la discusión de la mañana el se sentía tan cansado qué decidió dormir y así habría sido si los gritos de ese anciano no lo hubieran malestado.

. - La policía esta en camino, así que muevan su culo y suban todo a las camionetas, nos piramos de aqui. -

Tras escuchar las palabras del hombre todos comenzaron a moverse, la casa qué se encontraba en silencio comenzó a llenarse de sonidos de pisadas por doquier.

Shisui entro a su habitación y saco una de sus playeras del armario, acto seguido comenzó a meter en grandes maletas el dinero y sus armamento.
Tomo la poca ropa que tenia y la metió en su mochila, todo se volvía más complicado y las cosas complicadas le encantaban.
Varios de sus hombres se acercaron para ayudarlo pues el tiempo corría y no podían permitirse perder ningún minuto.
Si se demoraba más de lo esperado todo se vendria abajo y eso todos lo sabían.
Camionetas negras blindadas esperaban fuera de la casa, Madara y Óbito se encontraban en la primera, el único que faltaba era Shisui.
Sus hombres dejaron las maletas del azabache en la cajuela,mientras el se subía junto con Toneri a la última.
Vio a atento a por lo menos 10 de sus hombres que se encontraban frente a la casa sin moverse, su cólera aumento al ver que no abordaba ninguna.

. - Muevan el culo y suban de una buen vez. - Los fulmino con la mirada pero ellos lo ignoraron.

. - Deberían irse, si alguien no se queda sabemos lo que ocurrirá jefe. - Uno de los hombres hablo con una sonrisa en su rostro.

. - Los detendremos aquí y usted podrá huir, ganaremos tiempo. - Otro más joven también hablo mientras alzaba un AK-47 con demasiada confianza.

Enseñame a OlvidarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora