Florecer.

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Lucius miró de reojo como Remus jugaba con la pequeña mientras estaban desayunando, la tenía sobre su cabeza y Lucy reía bastante contenta.
Habían sido meses largos. Su magia seguía siendo casi inexistente y eso era demasiado frustrante, a pesar de que seguía las rutinas de ejercicios, pociones aun sentía que nada estaba igual físicamente tampoco. Había pasado días bastante oscuros y a veces había terminado por romper los hilos que la sanadora le daba para que hiciera nudos pero fuera como fuera había tenido un buen éxito en no volcar sus frustraciones en su familia.
La primera vez que Lucy se enfermó fue la primera vez que él y Remus pelearon fuertemente, estaban histéricos y cansados. La pequeña había tenido fiebre toda la noche y no había bajado como dijo que lo haría el medimago y eso solo había logrado ponerlos más ansiosos. Escucharla llorar tanto tiempo había sido una tortura, no solo por el sonido si no por saber que estaba sufriendo y no poder hacer absolutamente nada.
Cuando ella al fin mejoró pareció calmar las aguas.
Y luego el nido se había roto al segundo mes de la pequeña.
A Remus pareció no afectarle en lo absoluto y él trató de ignorarlo pero se sintió como una pérdida total, como que si ya no fuera suficiente, lo que logró empeorar sus sentimientos sobre sí mismo por los cambios físicos y mágicos. Se había sentido totalmente avergonzado de decirle eso a la sanadora pero ella logró ayudarlo.
Luego de que eso sucedió parecía que ambos debían empezar a dormir en habitaciones separadas pero Lucius se había negado a ser él el que cambiara de habitación y Remus había dicho que era su habitación originalmente. Eso había logrado que ambos durmieran enojados uno con el otro pero en la misma habitación y en la misma cama, no habían vuelto a tocar el tema.
Habían empezado a trabajar al tercer mes, Remus solo se iba por tres horas y luego volvía para hacer el resto en casa, manteniendo a la pequeña cerca de él. Lucius había mantenido a Cissy como su intermediaria así que tenía poco que hacer, así que Lucy siempre estaba acompañada de él o de Remus.
Los muchachos venían de visita a menudo y Remus se había llevado a la pequeña a visitar a los Weasley algunas veces cosa que no le había agradado pero se había mantenido callado al respecto. Él seguía recibiendo visitas de Severus cuando le traía las pociones y el ex espía seguía mirando a la niña como que si esta fuera a romperse en cualquier momento, eso lo había divertido pero prefirió no meterse en los nervios del menor.
Con la pequeña de ya cinco meses parecía que ya nada podía pasar, se habían acostumbrado en convivir dentro de su pausa y ella parecía feliz.
—Mi padre vuelve a Londres y lo invitaré a quedarse unos días aquí. — Tosió porque estaba tomando su té y apartó la taza agarrando rápidamente un pañuelo para cubrirse. Lucy lo miró asombrada por el sonido y Remus le lanzó una mirada de preocupación.
Lucius respiró profundo tratando de recomponerse.
— ¿¡Tu padre!? ¿No estaba muerto? — De estar vivo él ya lo sabría ¡Habían pasado cinco meses con la bebé! Y con el enlace y el embarazo eran casi dos años.
—Mi madre falleció, él no. — Y Remus parecía tan tranquilo, Lucius no pudo evitar lanzarle una mirada confundida ¿Qué diablos estaba haciendo el padre del licántropo todo este tiempo? ¿Qué cosa tan importante que no había venido a visitar a su nieta una sola vez? ¡Y Remus no parecía ofendido en lo absoluto!
— ¡La bebé ya tiene cinco meses! — Señaló con incredulidad, la mencionada se llevó su puñito a la boca sonriendo cuando Remus la acurrucó contra su pecho.
—Él estuvo viajando y le dije de su existencia hace poco. — Admitió, Lucius no supo que decir por varios segundos.
¿Le había ocultado la existencia de Lucy a su padre? ¿Por qué?
Pero enseguida la respuesta se le hizo obvia.
Si decía que tenía un bebé debía decir de quien era, no pudo evitar que le doliera saber que ni siquiera en los meses que habían salido el licántropo había pensado en decírselo a una persona tan importante para él. Trató de mantenerse neutral y limpió el té con la servilleta, agradeciendo haber usado anti feromonas esa mañana.
— ¿Me lo dices para que me vaya a Malfoy Manor? — Su voz no tembló ni un poco y se alegró de que transmitiera indiferencia mientras ponía el diario a un lado.
—No… solo pensé en traerlo cuando vas a ver a la sanadora, así cuando llegas ya le habré explicado todo… yo no le dije nada sobre nosotros. Ni cuando nos enlazamos ni cuando rompimos…— Remus no lo miró mientras acariciaba la manito de la bebé, Lucius trató de tragarse la indignación que en ese momento le parecía ridícula.
—Puedo irme a mi mansión. — Aunque no podía aparecerse y pedirle ayuda a Draco podía ser contra prudente, no quería que su hijo mayor se preocupara de más.
—Como quieras. — No pudo evitar sentirse molesto ante la respuesta pero medio sonrió tratando de que pareciera normal.
—Entonces no lo haré. — Dictaminó frunciendo ligeramente el ceño.
—Bien. — Remus le sonrió sentando a la bebé en su rodilla, Lucius no pudo evitar dejar lo que quedaba del té aun sintiéndose aturdido.
El licántropo ni siquiera se había molestado ni había insistido en que no lo quería ahí ¿Acaso planeaba darle un infarto a su padre?
Apretó los labios y llamó a los elfos para limpiar sin saber qué hacer con esa mezcla de emociones.

No te metas con el lobo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora