Epílogo

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Keily zarandeó a Alan varias veces para que despertara. La había asustado porque no paró de llorar ni mencionar su nombre en medio de sueños. Alan abrió los ojos de repente y la observó, aturdido.

—Keily —dijo y tomó su mejilla como si no lo hubiese hecho en mucho tiempo. Alan recorrió con la vista la habitación del hotel confundido, perdido, como si no supiera dónde se encontraba. Agarró un pétalo de rosa de los tantos que había esparcidos—. Fue una pesadilla —susurró ido.

Los rayos del sol se colaban por la ventana. La habitación era amplia, con una cama enorme repleta de rastros de flores al igual que el piso.

Alan la abrazó con fuerza y lloró desconsolado en su cuello.

—Me estás asustando —le dijo ella con dificultad por la presión que estaba ejerciendo.

—No me hagas caso. —Se alejó un poco y sus ojos la miraron con recelo. Le tocó la cabeza y revisó cada parte de su cuerpo como si buscara algo—. Estoy tan feliz de verte, de tenerte aquí conmigo. —Le acarició la mejilla, mirándola con anhelo.

—Te dije que estabas ebrio, Alan. —Sonrió, negando con la cabeza—. Estoy segura de que no recuerdas nada de lo que sucedió anoche. — Él asintió mientras le pasaba una mano por las hebras doradas.

—Me duele la cabeza —se quejó y se dejó caer en la almohada, cubriéndose los ojos—. ¿Cómo pude manejar si estaba tan ebrio como dices?

—Luego de que me pidieras que nos fuéramos de la fiesta, porque estabas caliente —rio al recordarlo—, te subiste en una mesa y empezaste a cantar y a gritar lo mucho que me amas.

—No. —Se sentó de golpe y se frotó los ojos—. ¿Hice un espectáculo?

—Así es. Gian y Justin te bajaron a la mala de ahí y caíste desmayado. Así que tuve que manejar yo y traerte. Si encuentras algún moretón no te asustes, es que eres muy pesado y puede que te haya arrastrado hasta la cama.

—Entonces, ¿no hicimos el amor anoche? — Keily negó con la cabeza-. ¡Dios mío! No hemos consumado nuestro matrimonio. —Ella entornó los ojos, ¿se preocupaba por eso?

—Estabas tan borracho que perdiste hasta la noción del tiempo. —En un movimiento rápido, Alan se posicionó sobre ella.

—Ahora mismo te voy a recompensar por lo de anoche, amada esposa. —La besó con fervor y empezó a quitarle la batita de seda.

—¿No te duele la cabeza? —pregunto entre besos, dejándose llevar.

—Mágicamente se me ha ido.

Tiempo después...

—Y así descubrí el anillo que tenía guardado en el cajón del armario.

—¿Qué hiciste? —le preguntó a Charlotte intrigada.

—Al principio lloré muchísimo porque, seamos sinceras, Keily, nunca pensé que Gian me fuera a pedir matrimonio. —Suspiró como una tonta enamorada.

—Me alegro tanto por ustedes —dijo con sinceridad al ver el aro de compromiso en su dedo.

—Sí, pero no fue como crees. Una noche llegó tarde a casa con la excusa de que estaba haciendo horas extras. No confío del todo en él dado su historial con las mujeres. —Se cruzó de brazos y arrugó la cara, enojada.

—Charlotte, Gian te ama. —La tomó de las manos y la acarició para que se relajara.

—El hecho es que le hice un escándalo y nos peleamos. Aproveché que Isabella estaba en casa de mi papá y le dije todo lo que pensaba y puede que le haya tirado varios adornos que encontré. —Keily abrió la boca, sorprendida. La relación de Charlotte y Gian se volvió muy peculiar desde que decidieron vivir juntos. Sus peleas constantes eran abrumadoras. Ella celosa y él un impulsivo.

—Deben moderar el comportamiento, un día se les saldrá todo de control.

Charlotte la miró avergonzada y asintió. Ella se aprovechaba de que Gian la amaba y le hacía de todo. Él explotaba y se iba. Luego que se calmaba, volvía a la casa y tenían una reconciliación ruidosa.

—Después que nos insultamos, buscó el anillo y me lo aventó. Dijo que yo soy la única mujer de su vida y me pidió que me casara con él. —Suspiró y sonrió con ojos brillosos—. Le dije que era un imbécil y que por supuesto me casaría. Nos besamos y me hizo el amor con rabia. Ese hombre es un salvaje, Kei.

—Demasiada información.

Keily se levantó y caminó a la cocina a buscar algo que comer, pero se tambaleó. Los ojos se le nublaron. La voz de Charlotte se escuchaba lejana antes de que cayera en la inconsciencia.

Flotaba en algo blando hasta que despertó. Sentía el cuerpo entumecido y una incomodidad en el estómago que no la dejaba pensar con claridad.

—Estás embarazada —afirmó Charlotte con los ojos bien abiertos—. Seré tía.

Keily negó, pero fue tanta la insistencia de su hermana que días después compró una prueba. Mientras esperaba el resultado, sopesó que aún no estaba lista. La casa era pequeña y había muchos arreglos pendientes. Sin embargo, esos pensamientos se esfumaron cuando vio que el aparatito decía positivo.

Alan entró a la habitación y sonrió, pero se alarmó a causa de las lágrimas que corrían por las mejillas de su esposa. Keily escondió la prueba debajo de una almohada.

—¿Sucede algo? —Se acercó deprisa e inspeccionó su cara—. ¿Por qué lloras, preciosa? —Keily agachó la cabeza.

—Es que... —Tragó saliva—. Estoy embarazada.

Sacó la prueba de su escondite y se la extendió. Alan la tomó sin poder creerlo. Parpadeó varias veces y su rostro se distorsionó en una mueca que denotaba confusión. Pasó a sorpresa y luego sonrió como nunca antes. Dejó la prueba con cuidado en la cama, se acercó a Keily y le agarró la cara con ambas manos.

—Esto es, ¿estás segura? —preguntó con la voz entrecortada.

Keily asintió con temor, su reacción era muy rara. Alan la soltó y caminó hacia atrás, dándole la espalda. El corazón de ella se estrujó, Alan lo había tomado a mal. Lloró desconsoladamente. Alan se giró y se acercó a ella de nuevo.

—No, mi amor. Yo no sé qué decirte, estoy tan feliz que no sé cómo actuar. —Ahí notó las lágrimas que salían de los ojos de él—. Me has hecho el hombre más feliz del mundo.

Alan la abrazó con fuerza, diciéndole entre sollozos cuánto la amaba. Le correspondió con la misma intensidad y sonrió plena. Sus vidas nunca más serían las mismas a partir de ese momento. 

***

💁‍♀️Ahora sí, hasta aquí llegó Bucle. Muchísimas gracias por acompañarme en este viaje de emociones. Me alegra y a la vez me entristece que haya acabado, pero también muy satisfecha con lo logrado. Espero que les haya gustado y puede que nos leamos luego en otra historia, porque pienso seguir escribiendo. Hasta pronto 😘

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Bucle © [Completa] (Bilogía Inercia: Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora