Capítulo XIV

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Sueños de fuga

Se despertó y sigilosamente se levantó de su cama y empezó a caminar de puntillas, abriendo lo más suave y cuidadosamente posible la puerta de su dormitorio tratando de no emitir ningún sonido con la apertura de la puerta hecha de metal y con el sello de el mechanicum. Al estar descalzo se tuvo que tapar la boca con las manos para que no se escucharan sus gemidos de dolor al pasar por los fríos y duros peldaños de la escalera que llevaba al primer piso, perdió la cuenta de cuántas veces había murmurado ya la frase "no te despiertes" mientras trataba con sus mejores esfuerzos de ser lo más sigiloso que pudiera; un temblor recorrió su espalda cuándo escucho el ruido metálico e inhumano que hacía la garganta de su padre al roncar.

El Zirmer que algún día el joven alcanzó a conocer estaba ya a punto de desaparecer completamente de la mente del chiquillo como del espectro físico, Las únicas partes que todavía recordaban a un ser humano eran un par de músculos en la garganta y toda la cara, eran las partes más queridas por el chico ya que desde niño siempre tuvo esa atracción hacia los rostros muchas veces ignorando el cuerpo de los adultos que hablaban con él mientras esperaban a ser atendidos por su papá. Juegos o charlas entre los dos ya eran cosas del pasado lentamente olvidado mientras los años iban pasando, el joven ya tenía miedo de su padre así que la única razón por la que se quedaba con él era más una cosa de respeto por su sangre, y por su madre, que por cualquier lazo que tuvieran.

Ya casi estaba en la puerta de la casa cuando se dio cuenta de algo, no tenía dinero, ni ropa de repuesto para llevar y ni estaba registrado para poder viajar en naves. Tratar de escabullirse hasta el hangar para subir por la parte de carga no le sirvió de mucho ya que habían múltiples guardias del regimiento planetario y estaban muy atentos a cualquier intruso como aprendió a la mala en su primer intento de colarse siendo pillado por uno que se compadeció del jovencito y no lo arrestó o comunicó de su intento de entrar sin permiso, "Vamos vete a tu casa antes que venga alguien más y tenga que detenerte" le dijo el guardia tomándolo de los hombros y dejándolo a la entrada del hangar antes de cerrar la puerta.
Derrotado por esto se dijo a sí mismo que algún día sería lo suficientemente ágil como para entrar; por el camino a su casa se fue pateando piedras hasta que en unos de los muros miró por casualidad un póster de propaganda imperial que anunciaba una nueva oportunidad para aquellos que querían unirse a las legiones de astarte. Despues de todo parecía que había una forma de irse del planeta sin hacer nada ilegal...aunque tendría que esperar un año más para enlistarse....o podía mentir en su postulación poniendo que en realidad tenía 12 años.
Sonriendo apresuró el paso ideando un plan que combinaria su mente "brillante", una de las últimas frases que su papá le dijo antes de volverse lo que sea que era ahora, con su altura más alta de lo normal para un niño de 11 años.

Rechaza las falsas verdadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora