Indomable - Mirame

Capítulo 5

-Buenos días –saludo a Paul con voz alegre cuando paso danzando ante su mesa.

El me mira por encima de sus gafas –una descarada declaración de principio en cuanto a la moda y un esfuerzo por su parte para que se le tome en serio-. Debería recomendarle que se deshiciese de esa camisa rojo rubí y esos pantalones azules que parecen mallas. Quizá así lo consiguiera.

-Parece que alguien ha echado un polvo –dice con una sonrisa malévola-. Bienvenido al club. Que yo estoy exhausto.

-¡Venga ya! Paul, eres un puton –contesto y finjo una expresión de desagrado mientras dejo mis cosas debajo de mi mesa-. ¿Alguna novedad? –pregunto tratando de desviar la conversación de la vida sexual de Paul.

-No. Voy a salir a visitar a la Sra. Johnson para darle un abracito. Anoche me llamo a las tantas para preguntarme si sería posible que terminemos todo esta semana. Me interrumpió en pleno acto de...

-Vale, lo entiendo Paul –digo levantando las manos-. No sigas.

Me siento y giro la silla para ponerme de cara a él.

-Perdona, es que fue magnifico –insiste y me guiña un ojo-. Pero bueno la Sra. Johnson lo lleva claro. Sino para de cambiar de idea que se olvide de su baile de verano a mitad de julio. –De repente, se levanta de su silla me lanza un beso en el aire y dice-: ¡Nos vemos guapo!

-Adiós. Oye. ¿Y Olivia? –le grito mientras se aleja.

-Esta fuera esta mañana, y toda la tarde –grita y cierra la puerta al salir.

Me vuelvo en mi asiento hacia mi escritorio y Sal me deja un café en mi mesa. Lo cojo al instante y le doy un sorbo mientras ella ronda de aquí de allá con nerviosismo.

-Steven ha llamado para recordarte que hoy no vendrá –dice

-Gracias Sal. ¿Qué planes tienes para el fin de semana?

La semana se fue veloz ya estamos en jueves, mañana es la inauguración de la torre Blue.

-Terminare de limpiar todas las ventanas por dentro y por fuera. Será estupendo. –contesta y sonríe mientras se marcha corriendo.

¿Limpiar ventanas? ¿Estupendo? Es una chica encantadora pero vaya mierda. Es muy sosa.

Paso unas horas respondiendo correos electrónicos, limpio la bandeja de entrada. Compruebo que se ha hecho ya la última limpieza en la torre Blue Moon y cojo el móvil cuando este empieza a danzar sobre la mesa. Al ver el nombre que aparece en la pantalla pongo los ojos en blanco. Este tío nunca se da por vencido. Ayer me acribillo a llamadas, al igual que el día anterior sin parar (yo las rechace todas) pero sigue insistiendo. Paso de él, por lo menos lo que queda de semana sé que pronto tendré que hablar con él. Tiene algo que necesito: mi descapotable.

A la una en punto salgo de la oficina para ir a comer con Ed.

-¿Queda alguien con quien salir decente en este mundo? –Pregunta pensativo mientras se limpia la boca-. Estoy perdiendo las ganas de seguir con este rollo de las citas, yo mejor me apunto al de follar y ya.

-No puede haberte ido tan mal.

Su cita de anoche fue un total y rotundo fracaso. En cuanto llego a casa a las diez menos veinte sabía que no había ido bien. Deja la servilleta sobre el plato y lo aparta.