Indomable - Mirame

Capitulo 8

    Camino junto a Miller y salgo de la cocina y me dirijo a la enorme sala de estar donde aún hay varios invitados charlando y sonriendo amistosamente. Vuelvo la vista y observo a Tim hablar con un hombre árabe. Nuestras miradas se encuentran y siento que me fulmina con ella.

Me lo merezco. Pienso.

Debo irme a casa y latigarme por ser tan débil y fácil.

-¿Te vienes a casa conmigo? –inquiere Jason. Aunque lo hace a modo de pregunta parece más una afirmación.

Noto que se tensa ligeramente mientras me estudia con la mirada.

-No. –le contesto. Lo que he hecho ya es suficiente. Como para encima pasar la noche con él.

-Por favor, Adams.

-¿Por qué? –le pregunto.

Necesito saber a qué se debe su fascinación por mí. No puedo ir por ahí teniendo aventuras sexuales en extremo satisfactorias con hombres mayores y comprometidos. Aunque bueno...

Me acerca a su cuerpo y me tenso de inmediato. Siento que todo al alrededor se vuelve lento. Me atrapa la cara entre sus manos y me acaricia la mejilla con el pulgar.

-Es lo correcto. Debes estar conmigo, cielo. –lo dice como si fuera algo natural.

-¿Y Tim, con quien debe estar Tim?

-¿Qué tiene que ver el en todo esto? –ahora parece muy confundido.

-Es tu novio. –le recuerdo. Está claro que no tiene ningún respeto por su relación.

Abre los ojos de par en par.

-Por favor, no me digas que has estado pasando de mí, porque pensabas –me suelta y da un paso hacia atrás-. Pensabas que Tim y yo... -se pasa la mano por el cabello- ¡Para nada, joder!

Ahora sí que no entiendo nada. Ese tío no podría haber dejado más claro cuál era su territorio solo le ha faltado mearle.

-¿Qué te ha hecho pensar algo así?

¿En serio?

-Pues no lo sé, déjame hacer memoria... -sonrío sarcásticamente-. Puede que fuera la forma en la que tomo en la casa de campo. O que viniese a buscarte en la habitación. O lo borde que se muestra conmigo. –Tomo aire-. O puede que simplemente sea que cada vez que te veo, él está contigo. –no puedo creer que me he estado comiendo la cabeza sin razón alguna-. ¿Quién es? –pregunto completamente cabreado.

Me coge de la mano y entrelaza nuestros dedos.

-Adams, solo es un tío simpático.

-¿Simpático? –me mofo-. De eso nada Miller.

-Es un colega. –dice tranquilamente.

Me acaricia la mejilla con la mano que tiene libre.

-Ahora, salgamos de aquí. –dice tirándome de mi.

Nos acercamos al ascensor del ático en introduzco el código. Lo cambiaran mañana para que solo el propietario lo sepa. Yo dejo escapar una carcajada. Ha sido un día muy largo.

-¿Ya te marchas?

Se me tensan los hombros y me estremezco al oír la fría y desagradable voz de Tim. Recobro la compostura y me vuelvo para mirarlo. Se dirige a Jason.