Tras media hora y un montón de canciones estupendas sigo sin saber nada de Jason. Cliff debe de habérselo llevado o tal vez deben de haberlo echado los porteros. Da igual, el caso es que soy libre de continuar con la noche que tenía planeada. Le indico a Ed que voy al baño y sonrío cuando él me responde con un meneo de caderas y se echa a reír.
Cuando salgo del cubículo busco en mis vaqueros el teléfono y veo que tengo diez llamadas perdidas de Jason. ¿Quién se cree que es? Paso de comerme la cabeza con todo esto borro las llamadas y vuelvo a la pista justo cuando los demás se encaminaban a la barra.
-¡Necesito beber! –dice Paul mientras se agarra la garganta de manera exagerada.
Le toca pagar a Olivia. Mientras espero a que le sirvan la ronda me inunda la ansiedad. Él está aquí. Lo sé.
Mi compañera me pasa la copa y abre la boca exageradamente.
-¡Que fuerte!
Cojo el trago.
-¿El qué?
-Ese tío es el del Starbucks, el de la historia que les conté –explica-. Esta ahí les dije que estaba bueno.
Me vuelvo y veo que se refiere a Cliff pero eso no es lo que más llama mi atención. Todos y cada uno de los vellos del cuello se erizan cuando veo a Jason apoyado en la misma columna contra la que ha aplastado al pobre Greg hace tan solo una hora. Me fulmina con la mirada. Cliff y el otro chico de la casa de campo, David, están ocupados charlando y bebiendo, Jason no participa. No, él está inmóvil. Igual de cabreado que antes y perforándome con la mirada. Me vuelvo de nuevo hacia Olivia cuando la oigo gritar.
-¡Me encanta esta canción, Adams! ¡Vamos!
Victoria se pierde bailando entre la multitud pero yo soy incapaz de moverme. Siento su mirada clavada en mi espalda, sé que debería marcharme pero el efecto es magnético y hace que me vuelva hacia él. Tiene el móvil en la mano y lo sacude en el aire como indicándome que mire el mío. No sé por qué pero lo hago. Saco el móvil de la parte de atrás de mis vaqueros y, como era de esperarse su nombre ilumina la pantalla. Alzo la vista y veo que se lleva el teléfono a la oreja. Quiere que conteste, pues ¡que le den! Lo lleva claro si cree que puede pasar cuatro días desaparecido y venir con exigencia.
Se aparta el teléfono del oído, lo baja y sacude la cabeza en señal de desaprobación. Empieza a caminar hacia mí. Cliff mira en mi dirección al ver que Jason abandona el grupo. Mis sentidos me abandonan. David también se vuelve. Ambos parecen incomodos al ver el evidente destino de su amigo.
Recobro momentáneamente los sentidos cuando veo que Cliff lo agarra del brazo para detenerlo pero Jason se libra de él de un empujón. Rezo para que mis piernas escuchen a la parte racional de mi cerebro y salgan pitando de aquí antes de que la parte idiota me permita terminar con Miller encima de mí. Dejo la copa en la barra y empiezo a moverme con decisión hacia la seguridad de los baños. No debo establecer ningún contacto con él.
Cierro la puerta del cubículo y me peleo con el pestillo mientras el empuja desde el otro lado para anular mis intentos de mantenerlo alejado de mí. La adrenalina me inunda. Durante un segundo creo que he conseguido bloquearle.
-Adams, o sales, o entro yo. Si no dejas de huir derribare la puta puerta –dice con la respiración agitada.
Apoyo la frente en la puerta e intento llenarme los pulmones de aire. Debo dejar de huir. No tengo escapatoria. Doy un brinco cuando el puñetazo que golpea la puerta resuena a través de mí.
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Indomable - Mirame
ActionJason Miller un prestigioso empresario inglés acostumbrado a tener el control absoluto, consigue todo lo que quiere y a quien quiere con una sola mirada. Un hombre frío e impersonal. El mundo de Jason se desestabiliza cuando Adams Mason entra a su...