Capítulo 6

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No tengo ni una gota de sueño y el despertador aún no ha empezado a sonar. Con un prolongado suspiro de frustración, me obligo a salir de la cama y me dirijo al cuarto de baño para darme una ducha. Me espera un día largo, así que más empezar la mañana de buena manera. No he dormido una puta mierda.

Voy a estar todo el día de pie deambulando por la torre verificando que todo vaya bien así que decido una opción lo bastante cómoda, así que me pongo unos vaqueros anchos desgastados, una camiseta blanca, cojo una gorra y ruego que la maraña de pelo se comporte más tarde, en la inauguración. Como sé que no tendré tiempo de venir a casa preparo una mini-maleta con todo lo que necesito para ducharme en la torre después. Saco una funda para traje meto mi smoking de Tom Ford, lo estiro lo más que pueda con la esperanza de que no se arrugue y luzca bien, por ultimo cojo los zapatos que van con el traje, y el rolex que me regalo mi padre por mi graduación. Lo sostengo un momento y me invade la nostalgia, es mi primera gran inauguración y me gustaría tanto que estuvieran aquí. Sonrío. Y compruebo que en el maletín de trabajo este todo lo que necesito. Va a ser una pesadilla llevar todo esto en metro, pero no hay opción, ya que un tío arrogante sigue teniendo mi descapotable secuestrado. Ed. Deberá llevarse a mate a visitar a su abuela.

Cuando bajo la escalera, veo mi juego de llaves en el felpudo de la entrada. Parece que alguien ha entrado en razón y a liberado mi auto. ¿Habrá desistido ya de la idea de perseguirme a mí también? Es posible que sí, porque no ha llamado, ni enviado mensajes desde que se fue echan do humo anoche. Que rápido se dio por vencido ¿Quería que siguiera insistiendo? Borro ese pensamiento de inmediato.

-¡Me voy! –le grito a Ed-. Ya tengo el coche.

Asoma la cabeza por la puerta de su taller.

-Genial. Que vaya bien. Me paso luego para beberme todo ese prosecco tan caro.

-Perfecto. Hasta Luego.

Me apresuro hacia el coche y me detengo a ver un iPhone hecho mierda en el medio de la acera. Se quien lo ha hecho mierda. Lo meto de una patada en la alcantarilla y continúo hasta mi vehículo. ¡Qué alegría, ya lo extrañaba! Guardo las cosas en el maletero, el traje en el asiento de atrás. Me meto en el asiento del conductor y me encuentro a varios centímetros del volante.

Sonrío y echo el asiento hacia adelante. Para llegar a los pedales, arranco el motor y casi muero de un infarto cuando Justin Timberlake suena a toda bruces por los altavoces. ¡Mierda! ¿Es que por la edad se empezó a quedar sordo? Bajo el volumen y extraigo el CD. ¡Joder! ¿Un CD? En que época se quedó este tío. Saco mi móvil y lo conecto por bluetooth. Los primero acordes de girls like you de Maroon 5 empiezan a sonar me pongo las ray-ban aviador y parto hacia los muelles de santa catalina.

Al llegar al Blue, muestro el rostro a la cámara y las puertas empiezan a abrirse de inmediato. Aparco y, mientras saco mi maletín de trabajo del maletero y me dirijo hacia la torre veo que el servicio de catering está descargando vajillas y copas. He estado aquí cientos de veces, pero me sigue fascinando su lujosa magnificencia.

Al entrar al vestíbulo diviso a Matt, uno de los conserjes, jugueteando con el nuevo sistema informático. El forma parte de un equipo que proporcionara un servicio similar al de un hotel de seis estrellas, se encargaran de cosas como hacer la compra, adquirir entradas para conciertos, reservar mesas en restaurantes, incluso alquilar helicópteros. La torre cuenta con dos helipuertos, ya que el ático cuenta con su propio helipuerto. Avanzo por el suelo de mármol, pulido hasta la perfección, y me dirijo hacia el mostrador de la consejería.

Indomable - MirameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora