Capítulo 19

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Me despido de Jason con un beso casto y lo dejo con una expresión de inquietud en su maravilloso rostro.

-Te llamaré -digo con tono de indiferencia, y salgo de su coche.

Tengo prisa por marcharme. Cierro la portezuela del vehículo y me apresuro a recorrer el camino hasta casa de Ed. No me vuelvo. Cierro la puerta rápidamente al entrar y me dejo caer contra ella.

-¡Hola! -Ed aparece en lo alto de la escalera envuelto en una toalla-. ¿Estás bien?

Ya no puedo seguir fingiendo.

-No -admito. No estoy bien para nada.

El me mira con una mezcla de confusión y compasión.

-¿Quieres un té?

Asiento y me despego de la puerta.

-Por favor, no seas demasiado amable conmigo -le advierto.

Las lágrimas amenazan con brotar, pero estoy decidido a controlarlas.

Sabía que esto iba a pasar. No creía que tan pronto, pero este desagradable dolor de corazón era algo inevitable. Él sonríe con complicidad y me indica con la cabeza que lo siga. Me arrastro hasta el piso de arriba y lo encuentro en la cocina preparando el té.

Me dejo caer en una de las sillas.

Se echa tres cucharadas de azúcar en su taza y, aunque me da la espalda, sé que está sonriendo.

-¿Qué tal la noche?

Se vuelve, entrecierra los ojos azules y sonríe ampliamente, su sonrisa es falsa.

-¡Esa tía es una bestia!

-Yo resoplo ante su descripción. Sé de otro que también encaja en esa definición.

-¿Bien, entonces?

-Vierte agua hirviendo en las tazas y añade leche.

-No está mal. -Se encoge de hombros-. Pero basta de hablar de mí. ¿Por qué te has ido esta mañana con aspecto de haber tenido una noche similar a la mía y vuelves unas horas después como si te hubieran pegado una paliza? -Se sienta y me pasa mi té.

Suspiro.

-No voy a volver a verlo.

-¿Por qué? -grita.

Su rostro pálido refleja estupefacción. ¿Por qué le sorprende tanto mi decisión?

-Porque sé que voy a salir hecho mierda de esto, Ed. Jason no es bueno para mí.

-¿Cómo lo sabes? -pregunta con incredulidad.

Muy sencillo.

-Es un hombre de negocios, maduro, rico a más no poder y muy seguro de sí mismo. No soy más que un juguete para él. Se aburrirá, me tirará a la basura y se buscará a otro. -Resoplo con sarcasmo-. Y créeme... no faltarán tios que se le echen a los pies. He visto las pasiones que despierta. Las he experimentado. Es increíblemente salvaje en la cama, y tremendamente bueno, lo que significa que tiene a sus espaldas un buen número de conquistas sexuales. -Respiro hondo mientras Ed me mira con la boca abierta-. Es un imán para los hombres, y es probable que un infiel. Ya he tenido que soportar la reacción de Tim. -Me dejo caer en la silla y cojo mi taza de té.

-¿Quién es Tim?

-Un amigo, el que confundí con su novio. No me tiene ningún aprecio, y me lo ha dejado bien claro.

-¿En serio piensas saltar del barco sólo por unas cuantas palabras resentidas de un vejete imbécil despechado? ¡Mándalo a la mierda!

-No, no es sólo eso, aunque no me apetece nada que me clave las garras en la espalda.

Indomable - MirameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora