Mi Pequeña Locura ♥︎ Vmin

9. Eres Mi Todo

Me puse de rodillas para estar de la misma estatura de Jimin, quedando frente a frente con él. Levante mis manos para colocarlas sobre las mejillas de Jimin y con mis pulgares libres comencé a secar las lágrimas de mi pequeño, lenta y cuidadosamente, de una forma tan delicada que se convirtió en caricias.

TH: No tienes porque llorar por unos peluches, no te los compre con esa intención –Se lo digo a Jimin con un tono de voz suave y tranquilo mientras sigo acariciando sus mejillas– Y tampoco tienes que decir algo como eso...

JM: No lloro porque me haya comprado un par de peluches –Jimin me interrumpe, su expresión y su tono de voz se han vuelto serios aunque sus ojos siguen llenos de agua– y lo que le acabo de decir no es una mentira ni un par de palabras dichas por la emoción. Es real. Y usted también lo siente.

Me paralizó con todo lo que Jimin acaba de decirme pero lo último que menciona definitivamente no lo esperaba. Hace que me quede quieto por completo.

Mi corazón empieza a latir como un caballo desbocado, irrevocable y frenético.

Siento un calor recorrer mis mejillas, se expande por toda mi cara, mis orejas, incluso el calor esta en mi pecho.

TH: Yo... ¿Qué siento yo?

JM: Lo mismo que yo. Usted es la persona más importante para mi en este mundo y yo soy para usted una persona importante también. ¿Por qué compró los peluches, el abrigo y los demás obsequios para mi si no le importara?

Intento hablar pero Jimin me calla.

JM: El obsequio material que usted me regala no es lo que me importa y no es lo que amo, lo que me importa... Y lo que amo es la atención y la calidez que usted le da a esos obsequios. Y no solo los obsequios, el cuidar de mi día a día, el apoyarme con la prueba, el ir a mi colegio, el rascacielos, todo. Usted ha revelado su sentir de muchas formas pequeñas e incontables en muchas ocasiones.

No puedo. Realmente… ya no puedo más. Es una decisión. No lo ocultare más. Ni a mi, ni a Jimin.

Sonrió, con mis manos aún en las mejillas de Jimin, le digo:

TH: Tienes razón. Tienes toda la razón. No se porque trato de ocultarme con un mocoso tan inteligente como tu. Te quiero dar todo lo que te mereces, todo eso y más. Quiero darte todo de mi, Jimin, porque eso es lo que me hace realmente feliz. No pienso ocultarme otra vez de ninguna forma, finalmente termino siendo muy obvio ante ti.

“Estoy apunto de cometer una locura”

Tan pronto como terminó de hablar, acerco mi cara a la de Jimin y le plantó un beso suave en la mejilla.

“No me quiero quitar.”

Desde hace tiempo he querido hacer esto. Siento como el corazón se me va a salir del pecho pero ya no me importa, no me interesa nada. Me tiemblan las manos, mi cara esta ardiendo, mi pecho también, siento como mis tímpanos colapsan pero me siento bien. Tan malditamente bien.

Retiro mis labios de la mejilla de Jimin y cuando veo su rostro no puedo evitar sonreír. Este niño está 1000 veces más nervioso y rojo que yo pero no me pienso detener.

TH: Eres mi todo a partir de ahora, ¿Entendiste?

De los ojos de Jimin comienzan a brotar un sin fin de lágrimas pero comienza a sonreír para posteriormente reír de forma suave.
Rio con él.

Jimin estampa su pecho contra el mío y entrelaza sus brazitos en mi cuello mientras continúa llorando, lo abrazo y lo alzó en mis brazos mientras dejo uno de mis brazos sosteniendo a Jimin, con el otro comienzo a acariciar su cabeza, enredando mis dedos suavemente entre sus mechones de cabello. Jimin enreda sus piernas en mi cintura para mejorar su agarre, hundo mi cabeza en el cuello de Jimin. Huelo su olor. Me encanta.