14. Busan

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El último día que vi a Jimin, después de haber derramado más lágrimas de las que creí que podían existir en mi cuerpo, lleve a mi niño a casa.

En todo el camino a casa, Jimin y yo nunca nos despegamos el uno de otro, en ningún momento. El agarre de Jimin nunca había sido tan fuerte y tan persistente como el de ese día.

Cuando llegue al apartamento de Jimin, ajuma ya se encontraba allí, Jimin se había quedado dormido en mis brazos. Él nunca, en ningún segundo deshizo su agarre de mi, ni por un momento, fue imposible dejarlo recostado en su cama porque él nunca me soltó, se aferro a mi como si de eso dependiera su vida.

Ajuma comenzó a soltar lágrimas cuando vio esa escena y no pude evitar llorar nuevamente. Fue un sentimiento inhumano el de aquel y los siguientes días.

En mi último día con Jimin, fue el primero que dormimos juntos de esa forma, aferrandonos el uno con el otro. Porque eramos vida. El era mi vida y yo representaba una gran parte de su vida también.


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Mi vida en Seúl como representante y dueño legítimo de KYG Entertainment comenzó como lo imagine; después de mis clases de preparatoria en las tardes tomaba clases privadas de administración de empresas y por las noches arreglaba los asuntos más importantes de las empresas de mi difunto padre con ayuda del señor Park Seo Joon.

Nunca tenía tiempo para nada más y muchas veces lo agradecía, el llenarme la mente de tanto trabajo y tanto estudio me hacían no pensar en nada más, no pensar en el dolor, no extrañar Busan, a Jimin ni mi vida anterior.

Las primeras noches en Seúl fueron las peores, siempre soñaba con la misma escena, Jimin estaba llorando sentado sobre el caballito del carrusel en el parque, con una expresión de tristeza total en su rostro y desesperación, me suplicaba:

—"Por favor… no me dejes…"—


Cuando trataba de correr hacia Jimin, él se alejaba de mi con cada paso que daba, su llanto se intencificaba más y más y yo comenzaba a llenarme de una profunda desesperación y un pavor que terminaban por consumirme.

Cuando me despertaba, las lágrimas ya caían solas de mis ojos, respiraba de forma rápida y agitada y un frío sudor bañaba todo mi cuerpo.

Todos los días cuando despertaba sentía como el pecho me pesaba, como si una roca me oprimiera.  Podía ignorar el dolor, incluso olvidarlo pero eso no significaba que el dolor se había ido.

Si bien el trabajo y el estudio me hacían no pensar en mi dolor, nunca olvide a Jimin. Ni por un segundo. Me encargue de darle un ascenso a Ajuma, más días libres y un seguro de vida, ordenaba a los empleados de la compañía en Busan que me informaran sobre la vida de Ajuma en periodos de tiempo. Me aseguraría de que al menos Jimin no sufriera más.

Fue muy difícil para mi mantener de pie y productivas todas las empresas de mi padre, era un niño de 17 años sin experiencia alguna y con un imperio de compañías esperándome, pero aún con todo en mi contra logré tener éxito tras éxito, fui un escándalo para la prensa los primeros años manejando las empresas ya que, siendo tan joven y con un destino tan desastroso, logré triunfar.

Nunca hubiera podido lograr nada sin la ayuda del señor Park Seo Joon, él, como lo fue con mi padre, se convirtió en mi mano derecha arreglando todos los asuntos vitales en los años en que jurídicamente yo no podía hacerme cargo.

Al cabo de mis 23 años, perdí el contacto de Ajuma, un día simplemente dejó de presentarse en la compañía de Busan según los informes de los empleados, contrate a un investigador privado para que me diera información acerca de Jimin y Ajuma pero lo único que encontró fue que, de la nada, un día Jimin y ajuma habían abandonado el edificio en donde solían vivir, Jimin dejó en colegio, parecia que habían abandonado la faz de la tierra.

Mi Pequeña Locura ♥︎ VminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora