ᴏ ᴄ ʜ ᴏ

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Dos semanas después de no hablarse, Lance se encontraba en la escalera de emergencia que daba justo en su ventana mientras miraba recargado con el marco de la ventana hacia abajo. Sumido en sus pensamientos.

Faltaba poco para que fueran las ocho de la noche y el sol estaba a punto de ocultarse completamente por el horizonte.

Suspiró mientras la música en sus audífonos sonaba tan fuerte como su alma gritaba por ayuda. Estaba muriendo y si no se mataba el mismo, lo harían los demás lentamente con sus palabras.

Su blanco cabello se movía cada que el aire lo golpeaba, pero Lance no le prestaba atención a eso. Miraba la distancia entre sus pies y el suelo firme, tan alto que le causaba cosquillas y un impulso involuntario por saltar.

La música en sus audífonos para tener un ritmo feliz, no transmitía esa alegría que es de esperarse. A Lance no le causaba felicidad ya, le frustraba no poder sentir eso.

Sintió una mano en su hombro,  volteó a ver de quien se trataba y ahí estaba el chico. Del cual nisiquiera sabia el nombre, sólo sabía que estaba ahí.

Se quitó un audífono pero no lo miró, continuó con la vista en el suelo tan lejano.

Mientras que el otro chico se sentaba a su lado mientras se frotaba los ojos, tenía sueño y recordaba que habían sido las once de la noche cuando se durmió, pero parecía ser más temprano ahora.

No dijo nada, solo se dedicó a mirar a Lance de perfil con su música de fondo a un volumen bajo. Lo conocía pero no sabía quien era, vaya no sabía ni su nombre.

Miró también hacia abajo y sintió como algo en su estómago se revolvía, estaba muy alto pero no pensó en eso. Mientras jugaba con sus pulgares intentaba decir las palabras que quería decir desde hace algunos días, pero no querían salir.

Por primera vez sintió la verdadera inseguridad de querer decir algo, pero a la vez no, por miedo.

Pasaron minutos, así solamente en silencio mientras la escasa luz de la tarde se convertía en oscuridad. Cuando los monstruos internos son alimentados por el miedo que la noche alimenta.

─Lo siento ─Dijo Henry en un susurro, pero perceptible para Lance.

No eran las palabras que esperaba, pero fueron suficientes para hacerlo sonreír ligeramente.

─¿Milton? ─Le preguntó Lance aún sin mirarle.

Henry lo miró de nuevo miró su sonrisa, no sabía si era un sueño o realmente estaba sonriendo.

─Henry, Henry Milton ¿Y tú?.

─Lance Andrich, un gusto conocerte niño.

─Un gusto ─Respondió.

***

Un suspiro antes de morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora