L A N C E
No estaría tratando el tema sino es porque había vuelto a pasar, después de varios años sin tener una de estas cosas, de volver a tener que ver lugares en los que ni siquiera estaba, lo extraño es que aparecía en Londres y yo ya no vivía en Londres.
Sentí un calor inmenso por todo mi cuerpo, quizás de lo repentino que se dió. Incluso casi me corto un dedo de lo estupefacto que quedé.
—¿Ya estás bien? —Preguntó Maddy mientras me entregaba un vaso con agua.
Asentí mientras bebía, el agua estaba fría y mientras lo hacía regresé nuevamente en Londres, frente a mí se encontraba el puente la torre. No hacía tanto frío como lo recordaba, había de alguna manera a controlar este "poder", a cómo usarlo pero también a cómo evitar desvaríos como estos.
Había visitado tantos lugares sin salir de mi casa, más nadie me visitó de nuevo. Tal parece que había cierta regla en esto que yo denominaba un juego de muerte, ya que uno de los dos terminaba muerto. Ninguna de las personas que había visitado vivía demasiado, tal parecía que yo tras sobrevivir a mi suicidio me había convertido en un ascedor de la muerte.
Y eso que al parecer también yo estaba destinado a morir, que curioso, no había terminado muerto como los demás, quizás no por ahora. Ese era uno de los motivos por los que evitaba un viaje, me sentía un asesino.
—Un gusto verte de nuevo —Dijeron a mi lado.
Quizás me habría asustado ante aquello, pero seguía consternado por lo primero así que solo me limité a mirar a mi costado. Ahí había un hombre, no mayor que yo con uniforme negro mientras sostenía unos guantes blancos.
¿Se refería a mí?
—¿Disculpa? —Cuestioné confundido por día palabras.
—¿Sí?
Era inédito, no estaba totalmente en Londres, Maddy se había dado la vuelta mirándome. Obviamente pensaba que me refería a ella, pero no era así, al parecer nunca me terminaría acostumbrando a esta dinámica que nunca comprendí.
—Una disculpa, pero te recordaba con cabello blanco —Dijo otra vez el chico uniformado, ganándose totalmente mi atención.
Mi cerebro maquinaba demasiado rápido para que mis pensamientos tuvieran sentido, ¿Cabello blanco? Hace más de diez años o quizás más que no me teñía el cabello de ese color, o de uno en particular, ¿Quién era?
—Maddy, ¿Si me puedes acompañar a mi habitación por favor? —Pedí mientras me levantaba lentamente de la acera de la calle, comenzaba a sentirme un poco mareado al respecto.
—Claro.
Todo se reducía, era más sencillo deducir al respecto y de quién se trataba y quien era este chico no tan chico.
—¿Te sientes bien? —La notaba preocupada, no la culpaba.
—No, me siento mareado.
Me acompaño hasta la parte de atrás en dónde se encontraba mi casa, quería encerrarme de una vez y aclarar mis pensamientos.
—Gracias —Dije mientras abría la puerta.
—Oye, ¿Necesitas algo más? —Volvio a preguntar, entendía porque la actitud.
—No, y de nuevo gracias —Me despedí mientras cerraba la puerta y me adentraba hasta mi habitación.
Al llegar comencé a buscar entre mis cajones por un frasco de pastillas, no era para náuseas pero si que intentaría un efecto placebo, en serio me sentía mareado, y además mis manos temblaban un poco.
—¿Henry? —Pregunté, sabía que estaba atrás de mí. Necesitaba confirmar que estaba en lo correcto ya que sentía que no podría dormir.
—Un gusto encontrarnos después de, ¿Seis años? —Dijo, escuché sus pasos pero no quería voltear.
Después de todo no fui el mismo después de mi último intento de suicidio, no había sido uno, sino dos y ambos fallidos en dónde el estuvo presente, que cara daría después de eso.
—Seis y algo desde la última vez que nos vimos, más de diez desde que hablamos—Añadí mientras me sostenía de la cajonera.
—Cierto, es extraño ¿no? —Me di la vuelta, era como ver la esperanza que una vez me acompañó.
Ahora ya no era un niño en pubertad que no conocía casi nada, ahora era un enigma.
—Si —¿Que procedía? —¿Qué haces en Londres?
No me atreví a moverme de mi lugar, sentía que estaba frente a un fantasma, y quizás lo estaba.
—Digamos que soy piloto aviador, este es una de mis rutas —Dijo mientras sonreía, aún sostenía sus guantes —Aunque no es la primera vez que vengo, si es la primera que te logro encontrar.
—Si, he tratado de mejorar un poco mi vida —Me sentí con la obligación de añadir eso.
—¿Te diagnosticaron?
Al final si estaba más presente de lo que yo noté, y abrir nuevamente un capítulo de mi vida que había permanecido oculto era abrumante ya que eran más miedos que recuerdos los que volvían.
—BPD —Dije con un nudo en la garganta.
Nunca deje de considerarlo mi amigo pero igual no quise volver a causar disturbios en su vida.
—¡Henry! —Exclamaron a la distancia, de pronto ya no estaba en mi habitación, sino en esa misma calle frente a ese puente en Londres.
—Me hubiera encantado verte aquí, quizás la próxima semana que vuelva nos encontremos otra vez en persona —Dijo antes de darse la vuelta mientras sacaba su teléfono y se lo llevaba a la oreja —Un gusto volver a encontrarnos.
Añadió sonriendo mientras se alejaba con otras dos personas que parecían estar esperándolo.
Y luego, otra vez en mi habitación. El mareo era menos intenso, pero si que seguía en una especie de limbo mental.
¿Que había sido eso? ¿Acaso había sido real? Que rápido paso todo.
El silencio comenzó a gritar en mis oídos, sin duda alguna había sido extraño pero algo... Ni siquiera puedo explicarlo.
Quizás como despertar de un sueño del que no quería salir, quizás era como una revelación o encontrar después de mucho tiempo algo de valor que había perdido, quizás había sido una epifanía.
Había sido real sin duda.
—La próxima semana —Dije y por última vez me ví en Londres, Henry y compañía pasaban por mi lado.
Lo había dicho lo suficientemente fuerte, ya que volteo a verme un poco desconcertado mientras se alejaba ya con los guantes puestos.
Sonreí, quizás por recuperar algo. ¿Acaso lo había perdido? No creo perder algo que nunca tuve. Si había tenido algo, amistad.
No estaba seguro de si la había perdido, pero si sabía que seguía viva.
—A juntar monedas.
Dije mientras me giraba para volver por las pastillas, tomaría otra por su acaso.
***
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Un suspiro antes de morir
Historia CortaHenry, mantiene una habilidad que le permite visitar a las personas sin estar ahí realmente. Lance, no puede continuar por si solo por lo que recibe la visita inexplicable del otro. Toma aire antes de sumergirte en lo profundo del agua, y cuando no...