ᴛ ʀ ᴇ ɪ ɴ ᴛ ᴀ ʏ ɴ ᴜ ᴇ ᴠ ᴇ

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H E N R Y

Iba de regreso. Y no era precisamente de mi agrado volver en tren, era raro volver después de ese viaje porque me sentía extraño, una sensación familar y completamente desagradable.

Por media hora había intentado dormir, pero solo cabezeaba sin lograrlo además de que los asientos eran tan incomodos como las sillas de mi escuela. Además de que tampoco me acostumbraba a las despedidas ya que no siempre me vinculaba en una, además, uno nunca se acostumbra a ellas.

También comenzaba a entender que las personas tenían vida más alla de la que yo conocía, y que hacían cosas más alla de estar conmigo. Lo podía ver más con Lance, que era a quien más tiempo veía, quisiera o no. Era un punto que comenzaba a entender.

Todos parecían tener vidas apartadas, claro eran suyas pero yo quería formar parte de ellas a todas horas, como pensar, que es prácticamente algo imposible de hacer, todos tenían vidas con propósito, pero yo aún no encontraba el mío.

Parecía que mi vida estaba ahí sólo para querer ser parte de otras, era extraño y estúpido. Un estúpido pensamiento que me abrumaba.

Deseando que Lance apareciera, solo para distraerme de estos estúpidos juegos mentales, como si el no tuviera problemas que lo atormentaran, ¿esto es ser egoísta? ¿este tipo de dilemas hacían querer morir a Lance?.

—Odio hacer que esto se trate sobre mí —Lo escuché hablar a mi lado —Pero ¿Con quién se supone que hable?.

Estaba sentado con la cabeza recargada en la cabecera del asiento con los ojos cerrados, luego me ví dentro de un taxi, podía ver el atardecer desde la ventanilla. Pude apreciar la preocupación en su rostro, se veía sumamente cansado.

—¿Que se supone que debo hacer... —Continuó mirando por la ventanilla, parece que no me ha notado —Si no estás tú?.

Esas palabras fueron suficientes para que sintiera un calor por todo mi cuerpo, quizás de emoción o por curiosidad de querer saber a quién se refería. Mi mente comenzó a trabajar en todas las posibilidades de sus palabras. Incluso en que solo fueran dichas al azar.

Voltee a ver del lado de mi ventanilla y ya no estaba la ciudad de Londres, había un paisaje forestal, había vuelto.

Pero no estaba solo, Lance seguía a mi lado mirándome. Sus ojos cansados me hacían creer que las palabras las había dicho por mí, quería que fueran verdad pero temía que lo estuviera malinterpretando y que fueran palabras vacías o que había escuchado en una canción.

—Tengo miedo —Lo escuché susurrar.

Era un espacio en dónde nuestros dos mundos chocaban, en dónde nuestros miedos se encontraban.

—Yo igual —Respondí.

***

Un suspiro antes de morirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora