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Temprano en la mañana, me disponía a desayunar cuando llamaron a la puerta. Paula fue a abrir, escuché la voz de Shawn, así que me levanté para saludarlo. Traía un enorme ramo de rosas de distintos colores recién cortadas en sus manos.

—Vine a traerte esto.

—Muchas gracias, Shawn. ¿De dónde las sacaste?

—El rey tiene un jardín privado, entré y las tomé prestadas.

—Podrías tener problemas por eso.

—No importa, solo quería darte algo bonito. 

Me alegraron profundamente sus palabras, sonreí sinceramente y le entregué las flores a Paula para que las pusiera en un florero. 

—Debo irme, que tengas buen día, Alessia.

—Muchas gracias por tu regalo, Shawn. 

Me quedé de pie en la puerta viéndolo alejarse. Cuando desapareció de mi vista, cerré la puerta y contemplé las rosas, Paula las había puesto sobre la mesa donde comíamos en un bello florero. 

—Veo a Shawn muy interesado —dijo ella sentándose junto a mí.

—Ha sido muy amable conmigo.

—¿Le llama la atención?

—La verdad, sí, pero nadie debe saberlo.

—No se lo diré a nadie. 

Durante todo el día no dejé de pensar en Shawn. Quería verlo de nuevo, contaba los minutos para ir a buscarlo. Pasadas las lecciones de historia que me estaba dando Charles, decidí ir a las caballerizas. Shawn estaba charlando con un soldado, tenía la armadura puesta, me acerqué despacio, pues no quería interrumpir. Al verme, Shawn sonrió y se acercó con su acompañante.

—Hola, Alessia —saludó— él es Connor, un amigo.

—Hola —saludé— mucho gusto, Connor.

—Encantado de conocerte, Alessia —dijo Connor. 

Era rubio y con ojos verdes, llevaba el cabello corto y el yelmo en la mano. Parecía ser de la edad de Shawn, se veía despreocupado y me habló con amabilidad. Tuvimos una breve charla, donde contó que acababa de volver de una guerra que emprendía el rey en una de la provincias bajo su dominio. Quise preguntarle por el príncipe, pero lo pensé mejor y guardé silencio. De repente llegó Jaime, llamó a Connor y le dijo que el rey quería verlo. Él se despidió y se fue corriendo. 

—¿Son buenos amigos? —le pregunté a Shawn en cuanto nos quedamos solos.

—Así es, desde que éramos niños. Sus padres también trabajan en el castillo.

—¿Y tus padres?

—Ellos...murieron hace años.

—Lo siento.

No pude evitar sentirme mal por él, responder mi pregunta le había incomodado, lo notaba, así que decidí guardar silencio. Shawn tomó mi mano y se acercó mucho a mí. Lo miré directamente a los ojos, eran en verdad muy bellos, parecían guardar tantos secretos. Se acercaba lentamente, hasta que estuvimos a pocos centímetros, sin pensarlo dos veces, rompí la distancia que aún nos separaba y puse mis labios sobre los suyos. Al principio, pude sentir su sorpresa, pero rápidamente tomó mi cintura y me acercó más a él, el mundo entero desapareció mientras nos besábamos. Cuando nos separamos, no sabía qué decir, llevaba tantos días pensando en él, tenerlo tan cerca me hacía sentir segura. No sé cuánto tiempo más pasó, sin mediar palabra, nos besamos algunas veces más, no necesitábamos decir nada. Los besos y el silencio son el lenguaje del amor.

La tarde se convirtió en noche, debía ir a mi habitación pues ya era casi hora de la cena. Hubiera querido quedarme ahí para siempre, hice un gran esfuerzo por despedirme.

—Es hora de irme —dije.

—Espero que te lleves un bonito recuerdo de mis besos.

—Lo tengo, créeme. Nos veremos mañana.

—Adiós, Alessia.
—Adiós, Shawn.

Me fui corriendo a mi habitación con el corazón saltando de emoción dentro de mi pecho. Al llegar, Paula me esperaba sentada en una de las sillas junto a la mesa, la cena ya estaba servida. Cerré la puerta y me senté junto a ella.

—Disculpa —dije— estaba con Shawn.

—Ya iba a ir a buscarla, pensé que le había sucedido algo.

—No, es que...nos besamos.

—¿En serio?

Le conté lo sucedido, ella me observaba con atención y escuchaba sorprendida.

—¿Y el príncipe? —dijo cuando terminé.

—Llevo varios días aquí y no se ha presentado, además, nuestro matrimonio es un arreglo, nunca nos vamos a enamorar.

—De todas maneras él es su prometido, ¿qué pasará si se enteran de lo que está sucediendo con Shawn?

Paula tenía razón, estaba tan absorta en lo que sentía que no había pensado bien las cosas. Me gustara o no, ese príncipe desconocido era mi futuro esposo, debía casarme con él. Mis sentimientos se estaban saliendo de control, me estaba enamorando de Shawn. Cuánto deseé ser libre para poder amarlo, que el contrato que firmaron mis padres nunca hubiera existido, incluso, nunca haber sido una princesa, él también era una persona humilde. Nunca podríamos estar juntos porque tenía que cumplir con algo que yo no escogí. De repente, sentí el peso de mi inevitable destino caer sobre mí. Sentí unos enormes deseos de llorar, salir corriendo y buscar a ese príncipe de quien no conocía ni el nombre, para decirle que no sería su esposa, porque no quería vivir una vida llena de infelicidad al lado de alguien a quien no amaba. Tocaron y me levanté a abrir, esperando que fuera Shawn. Me encontré con los ojos verdes de Connor, traía una pequeña caja en sus manos, sonrió amablemente y dijo:

—Hola, el príncipe te envía esto.

—Hola, muchas gracias.

— Que tengas buena noche.

—Igualmente.

Se retiró y yo cerré la puerta, dentro de la caja venía una hermosa tiara dorada, con brillantes piedras verdes, parecía una rama enrollada en circulo con hojas doradas. Me quedé deslumbrada ante tanta belleza, Paula se acercó y observó el regalo.

—Es un regalo muy hermoso.

—Así es, el príncipe lo envió.

—No lo tome a mal, mi señora, pero usted es una princesa que se casará con un príncipe, algún día será reina, puede que no se escuche muy emocionante casarse por obligación, pero es su destino, aquí está su lugar. Puede que algún día se enamore del príncipe, él le puede ofrecer todas las comodidades, va a vivir como la princesa que es.

—No se trata de comodidades, nunca estuve acostumbrada a ellas, se trata de que es difícil pasar el resto de mi vida con alguien que no amo. Puede que Shawn solo sea el encargado de las caballerizas, pero me siento bien junto a él. No necesitó riquezas para llegar a mi corazón, solo ser él.

Príncipe misterioso || Shawn Mendes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora