14

309 22 0
                                    

El día se hizo noche y yo no quería regresar a mi habitación, la desconfianza de Shawn me había herido en lo más profundo, lo último que quería era verlo. Me obligué a volver, subí las escaleras despacio temiendo encontrarlo en cualquier lugar. Cuando entré a la habitación vi que solo estaba Paula. 

— Qué bueno que llegó —dijo al verme— el príncipe ha venido varias veces a buscarla.
— No quiero verlo, Paula. Por favor tráeme la cena, necesito descansar.

Sin hacer más preguntas, Paula se dirigió a traerme la cena. Me quedé sentada en la cama hasta que llamaron a la puerta, me levanté y al abrir vi a Shawn, traía consigo una caja pequeña. La abrió y me dejó ver una hermosa tiara dorada. 

— ¿Y esto?
— Quiero que me perdones.
— No se trata de regalos, Shawn, se trata de que no confías en mí, y eso no lo puedes arreglar con un regalo. Me duele que pienses mal de Connor y de mí. Yo solo fui a verlo porque es tu mejor amigo, me está enseñando a manejar la espada, también lo considero un amigo y es una buena persona. No tengo segundas intenciones con él. Voy a casarme contigo, te quiero. He aceptado todo lo que me ha dicho tu padre, aprendí a comportarme como una princesa, estoy tratando de aprender todo lo posible para ser una buena reina y una buena esposa para ti. Me mentiste, te hiciste pasar por otra persona y te perdoné. Acepté casarme contigo aunque no te conociera, no me importó cumplir con un acuerdo que yo no firmé, y para ti nada es suficiente. Fui a ver a tu amigo y ya estás imaginando cualquier cantidad de cosas que no son. ¿Cómo más quieres que te demuestre que te quiero y que en verdad quiero ser tu esposa? Es mejor que te vayas, Shawn, mañana hablaremos. Ahora me siento demasiado decepcionada como para decirte algo más. Adiós.

Sin decir nada más, Shawn dio media vuelta y se fue. Casi de inmediato llegó Paula con la cena. Comí muy poco y me fui a dormir.

A la mañana siguiente, decidí ir a hablar con Shawn, me sentía mucho más calmada, así que me dirigí a su habitación. 

Al acercarme a la puerta, escuché voces, Shawn estaba hablando con una mujer, al parecer.

— Lady Rosetta, no puedo hacer nada por su padre.
— Por favor, príncipe, yo haré lo que sea.
— No está en mis manos y lo sabe. Lord Gerard conspiró contra mi padre, ya sabe que la traición se paga con pena de muerte.
— No, por favor, que lo destierren o alguna otra cosa. Puedo darle lo que sea a cambio. Recuerde todo lo que sucedió entre nosotros cuando éramos más jóvenes.
— No, mileidy, nada de lo que me dé servirá, estoy a punto de casarme y lo que haya pasado entre nosotros ya no tiene ninguna relevancia, no crea que puede usar eso para convencerme. No intercederé por su padre. Usted no debería estar aquí. Es hora de que se vaya.

Decidí tocar la puerta. Rápidamente, Shawn corrió a abrirme. Ella se quedó mirándome, yo solo la miraba a ella. Era alta y esbelta, con cabello castaño largo y recogido en una trenza que le llegaba a la cintura, grandes ojos azules y piel muy blanca. Llevaba una larga capa sobre el vestido negro. Se acercó a Shawn, tomó su rostro con ambas manos y lo besó. Al verlo no pude hacer más que correr. La puerta de la habitación donde estaba Connor estaba abierta. Entré sin pensarlo y cerré la puerta tras de mí. 

Connor aún dormía, pero al escucharme entrar, despertó y me miró confundido.

— ¿Alessia?
— Perdona Connor, no quería molestarte.
— Una visita tuya no será una molestia nunca.
— ¿Cómo estás?
— Mejor, aunque aún estoy sangrando un poco. Quería preguntarte algo.
— Me alegra que estés mejor. Dime.
— ¿Para qué te necesitaba el rey ayer?
— Quiero que me case cuanto antes con su hijo.
— Eso pensaba. ¿Ya tienen una fecha?
— Acabo de verlo en su habitación discutiendo con una dama que no tengo idea de quién es, y ella lo besó.
— ¿Qué?
— Así es, él la llamó Lady Rosetta.
— No puedo creer que ella esté aquí.
— ¿Sabes quién es?
— Es la hija del lord que trajimos con nosotros. Hace años tuvo una especie de romance con Shawn, su padre era muy cercano al rey, por lo que pasaban mucho tiempo en el palacio. Hacía muchos años no se veían. Ella quería casarse con él, pero todos ya sabían que cuando te encontraran, él debía casarse contigo. Imagino que sigue enamorada. Él no siente nada por ella, por favor no creas que lo del beso fue intención de él.
— Ayer discutimos, Shawn cree que estás enamorado de mí y que pasa algo entre nosotros.
— ¿Qué?
— Vio que vine a verte y pensó lo peor.
— No puede ser.
— Creo que debo irme.
— Está bien, Alessia. Espero que puedas arreglar todo con Shawn, yo hablaré con él en cuanto pueda, no puedo creer que esté dudando de mí.

— Adiós Connor, recupérate pronto.
— Adiós Alessia.

Tomó mi mano y la besó. Salí con sigilo, viendo que Shawn no estuviera cerca. No lo vi, así que bajé las escaleras y me dirigí a esa habitación llena de herramientas de jardinería, necesitaba salir del palacio.
Crucé la pared y me encontré en medio del inmenso bosque, caminé sin rumbo fijo, pensando en que mi príncipe, estaría en su castillo encantado, preguntándose a dónde había ido su prometida. Las cosas no estaban nada bien entre nosotros, quería irme lo más lejos posible de él, asegurarme de que no pudiera encontrarme nunca. Esperaba que el mundo fuera lo suficientemente grande para que no pudiera hallarme.

Príncipe misterioso || Shawn Mendes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora