16

323 24 0
                                    

La mañana del juicio, desperté más temprano de lo acostumbrado. Seleccioné uno de los mejores vestidos que tenía, negro y muy elegante, casi digno de una reina. Por primera vez me presentaría ante la corte del rey. Paula me ayudó a vestirme y arreglarme, peinó mis cabello en un elegante peinado y me puso las más lujosas joyas. Después de desayunar, Shawn llamó a la puerta, se veía radiante, como todo un príncipe, con las ropas más lujosas y una reluciente corona sobre su cabeza. 

— Buenos días, Alessia —saludó— te ves hermosa. 

— Buenos días, Shawn —saludé acercándome para besarlo. 

Me ofreció su brazo, lo tomé gustosa y caminamos hacia la sala del trono. Nunca en mi vida había visto a tanta gente en un mismo lugar. El ruido de cientos de voces inundaba la sala abarrotada de personas. Tan pronto entramos, todos los presentes se inclinaron para saludarnos. Ocupamos nuestro lugar junto al rey. 

— Buenos días a todos —dijo el rey— el prisionero ya viene en camino. Mientras tanto, tengo el gran honor de presentarles a la prometida de mi hijo, la princesa Alessia de Cantabria.

Me levanté y saludé a los presentes que hicieron una reverencia hacia mí, todos, menos una. La joven que vi con Shawn en su habitación esa mañana salió de entre la multitud y se postró ante el rey de rodillas. 

— Por favor, majestad -dijo entre lágrimas— imploro piedad para mi padre. Por favor, no lo sentencie a muerte. 

— Lo siente mucho, lady Rosetta, pero no puedo hacer nada, su padre es un traidor y no puedo perdonarle que haya conspirado para derrocarme después de haberlo acogido en mi casa y haberlo tratado como al mejor de mis amigos. Sé que él nunca perdonó que no haya permitido que su hija estuviera con mi hijo, pero es que él ya estaba prometido a la princesa Alessia de Cantabria desde muchos años atrás. 

— Yo sería una mejor reina que ella, todos lo saben, yo soy de aquí, nací en su reino. Soy mejor que ella en todo, incluso soy mucho más bella. 

— Es la hija de un traidor, su palabra no vale. 

— Lady Rosetta —intervino Shawn poniéndose de pie— no tiene ningún derecho de tratar así a mi prometida, si dice algo más, la ejecutaremos junto a su padre. 

— Mi señor, yo solo decía la verdad, yo sé que ella no será una buena reina. 

— ¿Quién es usted para afirmar eso? —me levanté y dije casi gritando mientras caminaba hacia ella— Mi reinado no ha iniciado, no se me ha dado la oportunidad de demostrar que puedo ser una buena reina. Usted tampoco lo sería, lo siento mucho, lady Rosetta, pero su padre es un traidor y usted muy seguramente también lo es, lo lleva en la sangre. 

Ella guardó silencio, se levantó del suelo donde yacía y caminó hasta volver a su lugar entre la multitud que aplaudía y gritaba mi nombre. Los guardias llegaron trayendo consigo al prisionero, un hombre de la edad del rey llevaba la barba de una semana, en su cabello comenzaban a asomar algunas canas. Lo dejaron frente al trono, él cayó de rodillas en el suelo y rompió en llanto.

— Majestad, le ruego que me perdone. 

— Lord de Revireld, me duele profundamente que usted haya pagado tan de mala manera mis buenos tratos hacia usted. No hay perdón para los traidores, todos lo saben muy bien. 

Lady Rosetta se acercó a alguien que estaba entre el público y le quitó la espada, corrió hacia el trono y gritó. 

— Si lo condena, me arrojaré sobre la espada. 

El rey sonrió, no era un hombre que se dejara manipular fácilmente, sabía que Rosetta perdía su tiempo. La multitud contenía el aliento, la joven se arrojó sobre la espada, tal como lo había anunciado, traspasándose con ella. Su padre cubrió su rostro con sus manos encadenadas gritando y llorando. Dos soldados recogieron el cuerpo inerte de Lady Rosetta y lo llevaron fuera del gran salón. Miré a Shawn, parecía sorprendido, tomé su mano y le di un pequeño apretón. 

— Lord Revireld, yo, el rey Manuel, soberano de Kirtengard, las Islas Esmeralda, el reino de Cantabria y las tierras lejanas y salvajes que se extienden hacia el horizonte, lo sentencio a morir por el delito de alta traición y conspiración contra el rey. Llévenselo guardias. 

Los guardias obedecieron, se llevaron al lord que no dejaba de llorar. La sala se fue vaciando poco a poco. Fuimos los últimos en salir y dirigirnos hacia el lugar donde realizarían la ejecución. Mantuve los ojos cerrados, no pude ver cómo el verdugo cortaba la cabeza de ese hombre y la clavaba en una pica. La multitud se dispersó y quedamos solo Shawn y yo. 

— Siento que hayas visto eso —dijo.

— Es la primera vez que presencio una ejecución.

— Yo lo he visto varias veces ya. No sé si podré ser un rey como mi padre, el pueblo entero lo respeta, desde los nobles hasta los más humildes campesinos. 

— Serás un buen rey, lo sé. 

— Lo seré porque tú serás mi reina. 

Nos dimos un largo beso y regresamos tomados de la mano adentro del castillo. Debía ir a mi habitación, pues una mujer, llamada Lady Marilyn me ayudaría a planear la boda. El rey la había mandado llamar, pues ella misma había planeado su boda con la madre de Shawn. 


Príncipe misterioso || Shawn Mendes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora