Con solo una mirada.

capítulo 42

Domingo 20 de abril.

Otro sobre había llegado,para mi sorpresa.Freya fue la responsable en entregarmelo,por suerte su cotilles no floreció esta vez por lo que aún se encontraba cerrado y sin leer.Ya comenzaba a cansarme de quién sea que mandaba las cartas,si tanto valor tenía en amenazarme por qué no enfrentarse a mí? sabía dónde vivía,fácilmente podría llevarme con él.No era impaciencia por ser dañada,era desespero,quería que todo fuese normal de una vez por todas.

Quería preocuparme por cosas simples como que libro leería hoy,que color de uñas debería usar,mis notas o simplemente no preocuparme por nada y tomar fotografías en el jardín mientras pienso lo mal que fue que los protagonistas de un libro fuesen separados en el final y llorar por días como si eso lo fuese a cambiar.No me había dado cuenta del giro que había dado mi vida hasta ahora.

Incluso yo había cambiado.

No culpo a Adam por ello,pero si a las personas que trae consigo.Se que Ryan no tuvo nada que ver con el,pero como si no me bastase tener a un chico con problemas alejado de mí,ahora me envían cartas amenazantes y posiblemente haya una demente planeando como acabar conmigo.Quién lo podría imaginar,dos dementes haciendo mi vida imposible en un mismo año.Solo faltaba que se unieran y acabasen conmigo al mismo tiempo para luego dejar mi cuerpo tirado en la corriente de un río que no sería encontrado sino en cinco días.Eso definitivamente sería el colmo.

Bien,acepto que ver esa película de terror antes de dormir no fue buena idea.Me ha dado mucha imaginación,en lo que va del día me he plantando diez situaciones en la que podría morir.Estaba delirante y talvez exagerando todo.

Adam haría todo por mí,por eso le dije que estaríamos juntos en esto y no huí de su lado.No niego que me asusta,pero si de verdad lo quiero abandonarlo en un primer obstáculo no esta en discusión.Pasaría muchos con el hasta el día que podamos vivir nuestro amor sin drama,algunos dicen que es masoquista,yo digo que es luchar y no rendirse tan fácil.

Después de pensarlo decidí llamarlo para que viniese a casa y así contarle sobre las cartas,el podría ayudarme,ya no soportaba ocultárselo y me siento mal haciéndolo.Una relación basada en mentiras no llegaba a ningún lado,aunque yo ocultaba,no mentía.

Me encontraba aún en pijamas cuando Adam llegó,me había duchado y vuelto a poner otro tomando en cuenta que no saldría de casa y usar ropa cómoda era necesitado para mi.Odiaba sentir trapos apretujar mi cuerpo en todos los sentidos,por suerte a Adam no le importaba lo que llevaba puesto.

La casa estaba extremadamente sola,por lo que la tensión sexual no tardó en florecer y en menos de segundos tenía a Adam sobre mis labios,su manos recorriendo mi cuerpo y las mías al igual que el,descubriendo el suyo.

No habíamos interactuado palabra alguna pero es más que obvio que en este momento no era necesario,me faltaba,yacían días que no disfrutaba de su toque y eso era sin saberlo,una tortura para mi débil piel que había quedado encantada con sus manos y boca.

Necesita que me hiciera olvidar un poco lo que ocurre en nuestro alrededor y sabía que el quería lo mismo.No estaba dispuesta a esperar más,no quería que fuese mágico o grandioso como las películas,lo que más quería era que fuese con el.No importa si resulta en la ducha,en la mesa del comedor o incluso en la piscina.No esperaba adornos y velas,solo que al final de hacerme suya al despertar el día siguiente el siga a mi lado.

__debemos parar ahora porque no pienso detenerme después__ susurró sobre mis labios sin dejar de acariciar mi mejilla con la punta de su nariz,sonreí juguetona.

__ No pensaba hacerlo __ respondí con la respiración acelerada antes de juntar sus labios de vuelta a los míos.

Su lengua abrió paso en mi boca decidiendo jugar con la mía,sujeté su cabello con mis manos alborotadas y gruñi al momento que mordió levemente mi labio inferior.Inconscientemente mi cuerpo se elevó,Adam no lo pensó mucho para tomarme con sus brazos y hacer que mis piernas envolvieran su cintura,aprovechando la situación para manosear la carne de mi trasero con deseo.