Pág 3: Sanadora

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Cuando revisé de nuevo a Izuna este ya no se encontraba en real peligro de muerte

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Cuando revisé de nuevo a Izuna este ya no se encontraba en real peligro de muerte. Pero debo apresurarme a tratarlo si no quiero que muera de deshidratación, insuficiencia sanguínea y falta de chakra.

Por otra parte estaba el hecho de que el Madara Uchiha que tenía a mis espaldas no era realmente el que conocí en el campo de batalla. Aquel Madara era un hombre despiadado y segado.

Al salvara Izuna lograba que Uchiha Madara no se instalara los ojos de su hermano. Y así ese poder maldito que se crea a través del vínculo no existirá.

O al menos es lo que creo...

– Uchiha Madara... — Le llamé esperando que me respondiera. No lo hizo, simplemente se acercó a mi lado. – Izuna no está en peligro de muerte. Más si puede morir al cabo de unos días por varias razones. Ha perdido mucha sangre, y aunque necesite una transfusión aquí no hay ni un donante ni... – pero entonces recordé algo que yo misma acabo de pensar.

Madara Uchiha se implantó los ojos de su hermano menor Izuna estando este en su lecho de muerte. Eso significa que su sangre es compatible... entonces sí tengo al donante... Pero aún me hace falta el equipo...

– Bueno... el caso es que necesito hacer varias cosas con varias plantas que no tengo a la mano. Si tuvieran aquí un huerto medicinal o algo así... – dije pensativa.

– Mujer. —me cortó el ninja –No estamos en el asentamiento. Esto es un campamento temporal. ¿Lo olvidas? — me dijo.

Casi meto la pata...

– Tiene razón. Lo olvidé. Pero las plantas que daré son... básicas. – dije intentando conseguir algo.

– Llamaré a las criadas para que pidas todo lo que quieras.  Si es necesario que Izuna regrese al asentamiento lo hará, y tú le acompañarás. – dijo viéndome con aquellos ojos que en el pasado me dieron pesadillas.

Aunque claro, pasado para mi. Futuro para él. 
Aquel Uchiha Madara que tengo enfrente es mucho más joven al que revivió en la guerra.

Yo asentí sin rechistar. No me iba a poner a pelear con el jefe de los Uchiha.

Cuando llamó a las criadas que se suponía que llamaría me sorprendí al ver a una mujer casi de mi edad, una más joven y dos mayores.
Ninguna en absoluto parecía ninja... ¿Había machismo en que las mujeres fueran ninjas en esta época?

Me pregunté para mis interiores sin saber bien si esto es así.

– Hola... me llamo Fukasa Uchiha y soy... — No puedo decir que soy Jounin de la Aldea de Konoha porque para empezar ni siquiera ha sido fundada. –Soy sanadora... — dije recordándo como me llamó Madara.

Ellas me veían expectantes.

– Les dividiré en dos...  ¿Quién de ustedes cocina mejor...

𝑳𝒂 𝑽𝒊𝒂𝒋𝒆𝒓𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora