Capítulo 24

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Había estado esperando por unos minutos, tiempo en el que me dispuse a pensar exactamente el porqué estaba ahí, tiempo en el que también tuve que meditar lo que diría, la razón por la que había ido a esa hora y con aquél atuendo

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Había estado esperando por unos minutos, tiempo en el que me dispuse a pensar exactamente el porqué estaba ahí, tiempo en el que también tuve que meditar lo que diría, la razón por la que había ido a esa hora y con aquél atuendo...

Había comenzado a cambiarme como Hestia cuando decidí venir, en ese momento me encontraba maquillada y con el cabello totalmente recogido. Lo que más llamaba la atención era el maquillaje, ya que solamente lo utilizaba para eventos especiales y eso muy poco, todo lo contrario a esta situación.

En ese momento un automóvil aparcó frente a mí, uno que conocía a la perfección. Tan solo se detuvo, la puerta trasera se abrió con rapidez.

El joven Henderson salió presuroso, acercándose con decisión hacia mí, por un momento noté la preocupación en su rostro, sus ojos azules me miraban por completo, quizá tratando de comprender qué era lo que hacía ahí y a esa hora o también queriendo entender el porqué de mi apariencia.

-¿Señorita Marion? ¿Qué pasa? ¿Sucede algo malo? -preguntó torpemente al estar frente a mí.

Negué con el rostro. Él se acercó aún más a mí, fue en ese momento donde mi juicio se nubló y olvidé por un instante el porqué me encontraba ahí, lo único que hice fue perderme en aquella mirada azulada.

-¿Qué es lo que pasa? -volvió a preguntar mientras una de sus manos se acercaba a mi rostro.

Su mano hizo contacto con mi barbilla, provocando que lo mirara fijamente. En ese instante me di cuenta que era verdad, él se encontraba realmente preocupado, lo noté, sus ojos azules no podían mentir. Creí solo por un momento que quizá sí le importaba, realmente lo creí.

Tomé valor, no podía quedarme callada, no cuando sus ojos me exigían una explicación, una que los tranquilizara.

-¿Por qué nunca me dijo que adelantaría su chequeo? ¿Por qué no tuvo la gentileza de informármelo? No sabe cómo me preocupé cuando me llamaron para informarme que usted estaba en el hospital... Por un momento creí... Por un momento yo pensé que usted... -no pude terminar de decir la frase, pero él la comprendió, lo supe por su expresión.

El sonrió al escucharme y de sus ojos se evaporó la preocupación.

-Realmente le preocupa mucho mi bienestar, ¿no es así, señorita Kane? -preguntó con un tono de diversión.

Me separé un paso de él mientras bufaba. No lo diría en voz alta, pero sí, dentro de mí me preocupaba, mucho más de lo que quisiera admitir.

-Le recuerdo que usted es mi paciente... O bueno, al menos lo era -rectifique al darme cuenta que realmente yo ya no era más su enfermera personal-. No sabía que usted se haría hoy el chequeo así que cuando me informaron que se encontraba en el hospital, temí lo peor, tanto por usted, como por mí. Si a usted le ocurría algo, iba a ser bajo mi responsabilidad, mi trabajo dependía fuertemente de su salud, así que no podía tomarlo a la ligera. Sí, me preocupo o me preocupaba por usted porque mi trabajo era cuidarlo y no podía fallar en ello.

Abaddon, el lugar de perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora