Capítulo 6

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De alguna manera Sherlyn lograba salirse con las suyas, no entendía cómo es que lo lograba, pero ella incitaba a que uno le hiciera caso, supongo que su influencia como amiga es grande por mi pequeño círculo social, mis amigos eran realmente conta...

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De alguna manera Sherlyn lograba salirse con las suyas, no entendía cómo es que lo lograba, pero ella incitaba a que uno le hiciera caso, supongo que su influencia como amiga es grande por mi pequeño círculo social, mis amigos eran realmente contados, mi situación económica no me ayudaba para tener una vida normal como los adolescentes promedio, a veces me parecía bueno que madurara pronto, pero en otras ocasiones como lo es ésta, me recriminaba por no tener una vida como los demás.

El tiempo que Kelly estuvo en Abaddon, logró enseñarme a maquillarme, al menos lo básico, hoy me ha servido todo ese aprendizaje, además de que también me dió su opinión de un maquillaje y un peinado, una gala como a las que va la familia de Sherlyn no son cualquier gala, son realmente importantes, grandes personas asistían, sus posiciones económicas llegaban por los cielos. Sherlyn pertenecía a una familia de esa categoría, su padre formaba parte de una empresa importante para el estado, no es el dueño, pero sí que se rodea de gente muy importante, la familia Howland no era tan rica, pero si tenía mucho más que mi familia, estaban en esa parte de clase media-alta.

Dorothea me dió el día libre, a pesar de todo no lo negó cuando se lo pedí, creía que aún seguía enojada y distante por lo que le pedí, pero no fue así, si no todo lo contrario, ya que sin pensarlo dos veces, ella me otorgó el día, quizá Julian tuviera algo de razón. Después de ese día, no volví a sacar el tema, y ella creerá que me olvidé de aquello, pero no era así, yo mañana le daría una respuesta a Charlie, y entonces todas las cosas cambiarán drásticamente.

—¡Te ves preciosa, divina! —exclamó Sherlyn tan solo entraba a aquella habitación.

Me encontraba en su casa arreglandome para esa noche, ella misma me había dicho que para ahorrar tiempo podría arreglarme en su casa, además de que mis hermanos no me verían y no se sentirían mal por no poder acompañarnos, ella había pensado en todo, yo ni siquiera me había imaginado que mis hermanos se pudieran sentir así, pero cuando lo mencionó, no dudé en concordar con ella.

—Gracias —respondí con una ligera sonrisa—. Si te soy sincera Sherlyn, te envidio. Eres una pelirroja tan hermosa que con cualquier cosa se ve bien.

—¡Qué va, Marion! Lo dices solo porque eres mi amiga —unas risas nerviosas la delataron.

—No porque seas mi amiga, quiere decir que te voy a mentir con tu físico, realmente te estoy diciendo la más sincera y absoluta verdad, Sherlyn —y no mentía, aquel vestido de satén rojo con tirantes, realmente la hacían lucir espectacular.

—Mejor vámonos Marion, mis padres nos están esperando —respondió mientras salía de la habitación algo sonrojada.

No solía decirle aquellas cosas, y ella misma me había mencionado que varias personas la halagaban, pero también decía que la mayoría de esas personas solo lo decían por quedar bien con ella o con su padre, entonces ella no lo creía. Así que al escuchar eso de mí, de alguien que no es su familia y de una amiga que no ganaba nada mintiendo, ella podía creer que era verdad, que era hermosa. Me sorprendía aún que no lo aceptara, suponía que vivir en una sociedad donde tu físico es esencial, nunca podrás creer lo que de verdad eres. Y eso en cierto motivo, me hacía sentir mal, ella era mi amiga y me importaba muchísimo.

Abaddon, el lugar de perdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora