Abro los ojos con mucha pesadez, estoy en una cama, me incorporo con mucha dificultad y el dolor de mi espalda hace que jadeos se me escapen y lágrimas rebeldes salgan de mis ojos, estoy en una habitación nueva, es poco iluminada y a pesar de estar un poco más limpia las pareces tiene manchas de sangre, trato de evaluarme un poco y el dolor de mi espalda es demasiado insoportable, aún tenga las vendas pero está vez tengo un vestido blanco sobre ellas, lo reviso y tiene gotas de sangre, me levanto con cuidado cuando siento escurrir un líquido sobre mi espalda.
<Te estás desangrando por las heridas> habla esa vocecilla que me mantiene cuerda, o tal vez me está volviendo más loca por estar en este maldito lugar.
Estoy muy agotada, pero quiero salir de este asqueroso lugar, quiero acabar con ese hijo de puta ya mismo, barro el lugar con la mirada y me congelo al ver el cuerpo inerte de un hombre amarrado a una silla en una esquina de la habitación, mi respiración se entre corta cuando lo veo no parece tener mucho tiempo allí y no deja de ser horroroso, miro mis manos y mi pánico aumenta cuando veo mis manos manchadas de un líquido seco color carmesí.
Sangre.
< tú lo hiciste > No se si la vocecilla en mi cabeza me está dando una idea o me está diciendo la realidad.
No... Yo no pude hacerlo.
< No exactamente tú > Me asusta cada vez más lo que se escucha en mi cabeza.
No, No, No...
< De nuevo no lo controlaste>
¡Maldición!
< Pero te estabas defendiendo, tonta>
Hay un punto en donde la ira, el enojo, la rabia todas ellas me dominar, no pienso lo que digo o hago, todo se vuelve un borrón y al final siempre trae consecuencias. Aveces creo que soy otra persona cuando eso pasa.
Desde hace mucho tiempo me pasa pero con paso de los años se volvió peor, todo empezó con pequeñas rabietas y discusiones sin sentido pero todo fue empeorando cuando estaba completamente normal y de repente me enojaba por cosas sin ninguna razón lógica, al punto que llegue fue explotar de formas extrañas ya para ese tiempo no estaba con mis amigos.
Estaba con personas que me trataron de enseñar a controlarme y a desahogarme de distintas formas, pero nunca funciona por completo.
La puerta del lugar donde estoy se habré dejando a mí vista a la única persona que me ha dado verdaderas ganas de matarlo con mis propias manos.
- Te portaste muy mal de nuevo, preciosa - Su voz ronca hace que me enoje y recuerdo cada cosa que me ha hecho desde que estoy aqui y antes, sus palabras hacen que confirme mis sospechas.
Yo mate al hombre que está en la habitación y lo peor es que no lo recuerdo.
- ¿Tendré que castigarte de nuevo, Damara? - Lo pregunta con diversión pero con una mirada de tristeza fingida, ama hacerme sufrir.
- Muérete - Hablo sin reconocer mi voz ni de dónde salió la energía para hacerlo, estoy demasiado débil.
- Preciosa, no te enojes sabes que lo hago porque… - No lo dejo terminar de hablar cuando.una descarga de adrenalina e ira hacen que me levanté y estrelle mi mano contra su cara.
- ¿Por qué? - hablo entre dientes - ¿Por qué debo portarme bien? ¿Por qué me quieres solo para ti, como una maldita sumida? ¿Por qué me amas?
El solo me mira con cautela y mantiene silencio, pero algo se oscurece en su mirada, ya no sé si el miedo me está abandonado o es el simple hecho de que me ha hecho tantas cosas que solo me haría un favor matándome.

ESTÁS LEYENDO
Mañana y siempre.
Mistério / SuspenseTenia que irme, sino ellos hubieran sufrido innecesariamente por mi culpa, eso nunca me lo hubiera perdonado... Pero esta no es mi historia Es de todos nosotros... Un reencuentro. Un escape. Un viaje. Un secreto. Y ¿quien sabe?... Quizás un amor. La...