Cap 34. Salida.

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Me doy una ducha y me pongo únicamente mi ropa interior y una bata de baño para organizar mis cosas; al lugar donde vamos no hay nada de nosotros, es una casa de seguridad de la organización pero nosotros lo solemos controlar aquí. Saco todo de las maletas con las que he viajado todo este tiempo, reorganizó todo y guardo la ropa que no llevaré.



Naim entra y se da una ducha, minutos después sale del baño con solo una toalla atada a sus caderas y su parte superior goteando agua al igual que su cabello, me da la espalda mientras busca su ropa en el clóset, no puedo evitar observar detalladamente su espalda, este muy bien formada y los músculos lo hacen lucir fuerte e imponente.

Destapa su perfume y lo rocía por su cuerpo, no puedo evitar resopla, no se cuantas veces le he dicho que no se aplique perfume si no se ha terminado de secar, pero continua haciéndolo, me hipnotiza el olor de su perfume, nunca lo he logrado describir pero es algo como ácido, mentolado y algo oceánico, de verdad que no lo sé pero me encanta.

Continuó organizando mi ropa mientras observó de reojo como se viste Naim, siempre he pensado que sabe que lo observo descaradamente pero no me dice nada más que en broma.


- Amor, ¿Que hora es? - Pregunto cerrando mi maleta y dejándola sobre la cama.


- Seis y media - Responde mirándome mientras se pone los pantalones.


- ¿Ya hiciste tus maletas?


- Está mañana cuando aún dormías - Responde con una sonrisa torcida.


- ¿Ya guardaste las motocross?


- Si.


- Chico organizado - hablo de forma coqueta y a la vez burlona - ich mag.


Naim me observa sonriendo y me guiña un ojo, no puedo evitar devolverle la sonrisa.


Saca su maleta, ya lista, del clóset y la deja a un lado de la mía, luego se lanza a un lado en la cama con la mirada fija en mi; Naim solo trae puestos unos pantalones negros y sus botas de combate, camino hacia la cama y me dejó caer sobre el para abrazarlo, no tarda en reaccionar y devolverme el abrazo.


- ¿Debo preocuparme? - Pregunta sin soltarme con su tono un tanto intranquilo.


- Estoy bien - Murmuró aferrándome más a él - Solo que todo esto es estresante.


Naim sabe que no suelo ser tan cariñosa, si lo soy en ocasiones, pero sabe que en situaciones así es raro, y aveces lo soy cuando mi mente me atormenta con presentimientos.

- No importa que pase, lo vamos a solucionar - Trata de tranquilizarme, agradezco que no me diga "Todo estará bien" como suelen decir las personas en situaciones complicadas, Naim sabe usar las palabras, sabe que decirme y como.


Él me conoce verdaderamente.


Levanto mi rostro y observo sus ojos ámbar, me pierdo en ellos un rato pensando millones de cosas, las manos de Naim abandonan mi cintura y ahora acaricia mis mejillas, acerco mi rostro otro poco y lo besó, el no tarda en corresponderme el beso y profundizarlo, sus manos van de nuevo a mí cintura apretándome contra su cuerpo.


Me gira posando mi espalda sobre la cama, el queda sobre mí y en ningún momento despega sus labios de los míos, sus labios son suaves disfruto el olor de su perfume y tenerlo tan cerca, sus manos acarician uno de mis senos con suavidad y mucha delicadeza, sus dedos están calientes y cuando pellizca mi pezón endurecido se me escapa un jadeo entre sus labios, Naim me aprieta hacia el y puedo sentir su dureza, deja besos cortos sobre mi mandíbula y cuello, siento un dolor repentino en mi cuello haciendo que otro jadeo se me escape.


Mañana y siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora