REUNIÓN.

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[Moonbyul]

Confieso que estaba nerviosa pero no por la Junta con los alemanes ya estaba acostumbrada a este tipo de reuniones, si no por Yongsun, era la primera vez que la traía conmigo y ¿por qué?; quizá el echo de tener aquella amena charla en la cafetería me hizo querer estar más cerca de ella y aparte de que era mi arma secreta, era bastante guapa y sensual, llevaba un vestido negro casual, escotado de atrás claramente se veía que no llevaba sostén, bien, sin saberlo me estaba ayudando a hacer las cosas fáciles.
Verán cuando estás a cargo de un negocio necesitan mucha astucia, elegancia y tener todo fríamente calculado, y que se necesita en este caso "mujeres" los hombres en ocasiones llegan a ser un tanto cavernícolas, sus ojos necesitan ver un trasero bonito y que crean que creemos en su labia, solar era mi As bajo la manga obviamente ella no lo sabía y que mejor que su inocencia y belleza me harían a mi el trabajo más fácil...

~¿Nerviosa?... -- la voz de solar me saco del transe, gire mi rostro para verla instivamente, vaya que era malditamente hermosa, se estaba retocando el brillo labial y me pregunto ¿a qué sabrán sus labios?... trague saliva y gire mi rostro de nuevo a la pista.

~un poco si, pero nada que no haya tenido que pasar antes... Es sólo que... Es la primera vez que vengo con alguien. --dije tratando de sonar lo más natural posible, el camino se me estaba haciendo eterno y el tráfico en soul se estaba poniendo cada vez más pesado.

~¿Enserio?... nunca has venido con tus socios o contratistas... --ella pregunto con inocencia, lo cual hizo que me provocara ternura, y solté una leve risa.

~por lo general siempre me reúno con la persona que es la cabeza del negocio o con tres de ellos, depende de la situación. -Mentira, me avergüenza admitir que soy parte de una "mafia", pero es la vida real, todos tenemos cola que nos pisen, ni uno se salva de los "pecados" que te traen las circunstancias y ¿cuál es el mío?, simple, soy socia de la dueña del bar a donde citamos a los alemanes y cuál es el trato, yo le llevó clientes con capacidades económicas altas que puedan consumir su producto y cuál es su producto "mujeres", aclaró que todas estaban ahí bajo su propia voluntad, algunas ni se acuestan con ellos sólo les sacan dinero, y que obtengo yo a cambio que los extranjeros se vayan felices y contentos a su país y la firma del contrato para seguir asegurando mi empresa como la número 1 internacionalmente... ¿que juego sucio?... Pues no, cada quien hace lo que puede para "subexistir" pero algo que si tenía claro es que no quería que yongsun se enterara así que trataría de llevar todo por debajo del agua y mi socia ya estaba avisada.

Después de un tenso, incómodo y silencioso viaje llegamos al bar, el baletparking se llevó mi auto y nos dirigimos hacia la mesa que habíamos reservado, de lejos vi a la dueña, socia y amiga del centro de entrenamiento donde nos encontrábamos, asenti  y ella sólo levantó la cabeza, era nuestro saludo para indicar que todo estaba listo; observe a solar que miraba todo el lugar.

~¿Te gusta?. -le pregunté con aires de sencillez, tratando de ocultar mi tensión, le sonreí y no pude evitar mirar como el tirante caía de su hombro dejando ver un poco más al descubierto su piel, trague saliva y sentí como esta paso pesado por mi garganta, se veían tan apetitosa, un escalofríos bajo por mi nunca, y  clavícula, centrándose en mi centro, cerré en automático mis piernas y cuando su mirada se fijó en la mía, le sonreí levemente.

~Es... muy... bonito, elegante, sencillo... Y costoso. -- lo último lo dijo en una risa que me contagió, sólo negué y me límite a observarla antes de responder.

~ Por lo general es un lugar que sólo frecuentamos los empresarios, es tranquilo, privado, sin preadultos y adolescentes queriendo tomarse todo el bar, haciendo desfiguros para llamar la atención. -le contesté de manera ya más relajada.

~Ahora entendiendo por que todo está muy tranquilo. -dijo mirando de cuenta nuevamente todo el bar.
De pronto fuimos interrumpidas por la hostess que llegaba con los alemanes riendo y hablando entre ellos, muy elegantes y listos para la noche, los salude con un apretón de manos y una sonrisa, nos acomodamos y una mesera bastante guapa, sexy, con un escote al frente y una falda extremadamente corta nos atendió, le guiñe cuando su mirada se topó con la mía con disimulo y mis socios estaban embelesados con la belleza de mi asistente y la chica que nos atendía, bien, esto sería pan comido.

Las horas pasaron entre risas, preguntas estúpidas y tragos tras tragos, gracias a la inocencia y belleza de mi secretaria y asistente, Mi As bajo la manga, que me estaba ayudando a entretener a 3 de ellos, todo estaba llendo justo como lo había planeado, procuro irme por la vía fácil cuando mis clientes son difíciles.
Me levanté de mi lugar para ir junto a mi nuevo socio, quien estaba muy feliz platicando con la sensual mesera.

~¿Y bien señor Fischer?, cerramos el trato, ¿Que le parece?, ¿a eso venimos, o no? --dije bastante segura, los ojos azules del contrario se clavaron en mí.

~voy a confiar en usted señorita Yi, pero si me falla digale adiós a todo su legado. -- dijo con frivolidad, cerca de mi, apuntandome con su dedo en el pecho picadonme en cada palabra.

~Le aseguró que no se va a arrepentir. --respondi manteniendo mi postura, con la misma intensidad con la de el. ~Ahora solo disfruté, señor Fischer. --le sonreí con picardía, señalado a la mesera con mi mirada, le guiñe de nuevo la cual me respondió con una sonrisa cómplice. Se alejó de mi y hablo con uno de ellos para que le entregará el folder con las firmas, no muy convencido me las entregó, a lo cual yo respondí con gracias y una reverencia.

~Salud... por el hospital. --dije muy entusiasta levantando mi copa, seguida por los demás y mi asistente que no entendía nada, tomé mi bebida de un trago mirando al alemán gruñón.
Me satisface poder lograr todo lo que quiero y como lo quiero, soy una persona grande que no se rinde, que lucha y hace lo posible por conseguirlo, así me enseñó mi padre y así pienso morir haciéndolo.

Destiny...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora