Sex on Fire.

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La ropa me estorbaba y las solitarias calles de seoul parecía pista de carrera, sólo pedía al cielo no chocar, pues la manera en la que estaba conduciendo era muy salvaje, todo el camino una solar lujuriosa, venía besándome el cuello, y entre veces la boca que yo sin tratar de perder la vista correspondía a sus candentes besos, ella tocaba por todos lados, jaloneandome intentando arrancar mi blusa, ella casi encima de mi me era difícil manejar, pero mi sed de sexo era más grande que tener cuidado.
Así que una vez que llegamos y se abrió el portón de mi casa, mal estacione la camioneta, por ahora era lo menos me importaba, bajamos y al abrir la puerta yongsun se volvió a lanzar sobre mi atrapandome en un beso apasionado y voras sentía como comía mis labios yo sin dudarlo correspondi de la misma manera, no sabía que era lo que le habían dado pero en definitiva era una yongsun diferente a la de la oficina, sus juguetonas manos abrieron en un brusco movimiento mi camisa dejando al descubierto mi piel que se había erizado al sentir el contacto de las suaves manos de la contraria, tenía sed de ella, quería probarla sentirla, hacerla mía. Asi que no tarde, en un movimiento hice que sus piernas rodearan mi cintura, la ventaja es que ya conocía más que bien mi casa y apesar de todo con tropezones y golpes subí hasta mi habitación; la mirada de solar se clavó de repente en los míos, no era una mirada común, ésta estaba llena de pasión, su respiración y la mía eran ya  bastante agitadas, sentía mi garganta seca, así que trague saliva, solar se soltó de su agarré me tomo del cuello de la camisa y me empujó hacia atrás.

~moonbyul no sabes cuanto tiempo he esperado esto, he soñado contigo, tu estúpida sonrisa, tus manos, haciéndome tuya una y otra vez. --estaba sorprendida por todo lo que me decía, era tan candente Dios...
No me mires con esa cara ni te hagas la mustia que he observado como me miras y como babeas por mi. --sentía el corazón latir muy fuerte, pase saliva pesado por mi garganta, no era la solar inocente y linda que me traía el café por las mañanas; no me parecía mal, al contrario me estaba calentando...
~Yo quiero y se que tú también quieres. -- eso último lo susurro en mis labios antes de empujarme en la cama, se acomodó a horcajadas en mi y comenzó otro beso apasionado, bajé ambos tirantes de su vestido dejando al descubierto sus majestuosos senos, tomé ambos con mis manos, encajaban perfectamente en estas, eran firmes y suaves, los apretuje un poco escuchando un pequeño gemido escapar de su boca.
En un movimiento la tumbe en la cama, quedándome encima de ella, sus manos apretaban mis hombros con fuerza, ya no podía aguantar más, la ropa me quemaba, estorbaba, sentía todo mi cuerpo arder en un fuego candente de pasión así que comencé a deshacerme de la blusa, solar levantó un poco su cuerpo para besar mi abdomen, lo tense en un instinto al sentir sus húmedos labios sobre mi piel, en un acto reflejo se deshizo de mi sostén, un escalofríos recorrió mi espalda al sentirme semi desnuda, la empuje de nuevo para dejarla acostada en la cama, las caricias que me estaba proporcionando con la yema de sus dedos y uñas me hacían temblar; así que comencé a besar su cuello lentamente, pequeños roces, lamidas y mordidas...

~mgh... agh... --leves y agudos gemidos escuchaba escapar de la boca de mi acompañante, bajé mis besos por su pecho hasta llegar a sus senos, devore ambos con mucha hambre y lujuria, solar no dejaba temblar bajo mi cuerpo y de soltar gemidos que eran música para mi, así que continúe bajando hasta su abdomen donde se había quedado su arremangado vestido, en un ágil tirón quite ambas prendas dejando a mi dulce solar desnuda para mi, me levanté un poco para admirarla, era una diosa, su piel brillaba con la luz de la luna que entraba por la ventana, al verme observarla cerró sus piernas y cubrió sus senos con sus brazos, a mi me parecía encantadora, me límite a sólo sonreír, de nuevo me incline hacia ella, para dejar besos en su rodilla, con ambas manos acaricie la suave piel de sus piernas, sintiendo como la tensión que había provocado en ella estaba desapareciendo, mis besos recorrieron la parte interior de sus muslos dejando un camino besos, lamidas y pequeñas mordidas, al llegar a su centro no pude evitar no lamerme los labios, así que no la hice esperar más y pase la punta de mi lengua desde su cavidad hasta su clítoris, provocando que temblara y espalda se curvara, sabía tan deliciosas, así que me anime más y con mi boca comencé a succionar su clítoris y a dar suaves masajes con mi lengua...

Destiny...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora