Miedo al amor...

Primera cita.

Vi a Johnny sentado en la sala.

— ¿Qué tienes Johnny?— dije al verlo con su cara pensante.

—Nada— dijo sin mirarme.

—Oye— tome su barbilla y lo obligue a mirarme— no porque tenga novio te dejare, recuerda que tú eres mi mejor amigo, mi hermano, sin importar que y por encima de cualquiera. Llámame siempre contestare y estaré ahí para ti— dije con tono dulce.

—lo sé, pero es extraño pensar que él es mi sangre, tu eres mi prometida y su novia— me miro como si estuviera descifrando el enigma de la vida.

—Sí, suena raro, pero ¿qué tiene?— dije sin entender el problema.

—que ante la sociedad somos pareja tu y yo, pero en realidad tu novio es otro— dijo enfadado.

Seguía sin comprender.

—sí, pero pactamos que romperíamos el compromiso, si es que encontrábamos a alguien, y creo que Alan podría ser—

— ¿estas segura de que es él? se lo que pactamos y estoy de acuerdo en de que siga en pie pero ¿estas segura?— dijo levantándose, me tomó de los brazos y me jaloneo.

— ¿qué te pasa Johnny? Cálmate— dije intentando soltarme de su agarre— y si estoy segura de mi decisión hasta el momento ¿por qué de la nada te pones celoso? tú fuiste el que me insistió en que le diera una oportunidad— dije alterada y alzando la voz.

—por qué el llego a quitarme lo que por años ha sido mi único pilar, mi una fuerza, lo único que he cuidado casi con mi vida— comenzó a llorar— eres lo único que me mantiene aquí. Michelle, eres mi único motivo por el cual intentó seguir adelante, si tú te vas ¿qué haré yo? Eres mi hermana— dijo cabizbajo, podía notar como lágrimas resbalaban por sus mejillas.

—Johnny— dije con dulzura. Tome asiento, el coloco su cabeza en mis piernas y comencé a acariciar su cabello— Nadie remplazara el lugar que tienes en mi vida. Alan, es mi primer novio, y no sé qué pasara en el futuro, si saldrá de mi vida o se quedara, pero tú jamás dejarás de ser parte de ella, jamás permitiría eso. Y pues ¿qué harás con tu vida? Es muy simple, vive, conoce a alguien, ten aventuras, viaja, has lo que quieras, lo que te llene— dije tranquila

—Prométeme, que nada entre nosotros cambiara— alzó el meñique.

—cada sábado estaré sin falta en tus partidos, y con helado después, para luego ir a ver a tu madre, tranquilo— dije riendo.— pero prométeme que intentarás llevarte con Alan— vi que rodó los ojos— independientemente de que sea mi novio... Es tu hermano, y quiero que se lleven bien— dije sería buscando su vista que la aparto de mí.

—Tratare— dijo mirándome, y cuando dice algo lo cumple, entre lazamos el meñique.

—Quédate a dormir— dije normal.

—No gracias tengo mucho que pensar. — dijo serio

— ¿Seguro? ya es tarde— dije intentando convencerlo.

—seguro, nos vemos mañana. — beso mi mejilla y se fue.

Al otro día me levanté temprano, me bañe, como estaba corriendo aire, me puse una blusa negra de tirantes y encima una blusa roja tejida que deja un hombro al descubierto, con unos jeans y unas botas cafés. Estaba terminando de arreglarme cuando sube Ángela.

—Michelle, espera el joven Alan abajo— dijo y se retiró.

Fue en ese momento que caí en la cuenta de que esta era mi primera cita. Tome mi bolso café es de tamaño enorme, creo que una caja de pizza entra ahí, guarde el celular, su cargador, el estuche de los lentes, el maquillaje por cualquier cosa, mis llaves y me puse en el cabello una boina roja, que Harriet me trajo de Francia.