Prólogo

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Todo comenzó aquél 8 de abril de 2021, luego de encender un enorme fuego dentro de la chimenea para soportar la noche helada y oscura que había, puesto que las nubes se habían encargado de tapar por completo las linternas que adornaban el cielo, en conjunto con aquello que, mientras se pudo ver, parecía ser una brillante luna llena.

Diez amigos habían decidido, como cada año (desde hacía cuatro años), reunirse en el refugio de la familia Jeon, situado en las montañas nevadas de Nueva Zelanda. Era una costumbre que habian tomado poco después de hacerse amigos; escapar de todo en ese momento del año, sin que nadie más sepa de su estadía allí.

—No es una buena idea— susurró Jimin, tratando de hacer entrar en razón a sus amigos.

—Vamos, Jimin, estamos acá para divertirnos, ¿no es así?— cuestionó Hyejin alzando una ceja, pero agregó divertida— además, no es algo que no merezca.

—No, no lo creo— mantuvo su postura— ¿no les parece cruel? ¡No es su culpa haberse enamorado! No es algo que ella pudiera decidir.

—¿Podrías pensar en mí, por lo menos?— cuestionó Seokjin, uniéndose a la discusión— Tae es mi novio, no tengo que estar viendo como ella le coquetea frente a mis ojos, necesita que alguien le ponga los puntos.

—Estoy segura de que no hay mejor forma que esta para hacerlo— respondió Hyejin entre risas— ¿qué mejor que dar una lección y divertirse a la vez?

Jimin suspiró sabiendo que, por más que lo intente, no podría hacerles cambiar de opinión.
La voz de Taehyung llegó a sus oídos, y eso fue lo único que necesitó para entender que tenía que encontrarla antes de que ellos la vieran.

—¿Qué tan lejos creen ustedes que llegaremos?— fue lo que dijo— seguro está tan necesitada de todo esto—se señaló a sí mismo, sonriendo orgulloso— que apuesto a que va a querer hacer algo más que hablar.

Bebió un sorbo de café, haciendo una mueca al sentir su amargura por olvidarse agregarle azúcar. Su mirada recorría el bosque con curiosidad, y el ambiente le alentaba a pensar en las leyendas que alguna vez le contaron acerca del lugar, cuestionándose si tendrían algo de cierto.

La sensación de que alguien la observaba desde que llegó al lugar era algo que le ponía los pelos de punta, pero no podía hacer más que ignorar ese presentimiento porque era una zona protegida. Nadie además de ellos podría estar allí, ¿verdad?

Jeon Somin no tenía una relación tan fuerte con todos los que estaban allí. De hecho, ni ella ni su hermana la tenían. Se podría decir que sus lazos se habían visto más forzados cuatro años atrás, cuando ambas se enteraron de que el grupo iría a ese refugio, y rogaron porque su hermano las llevara con ellos o sino le contarían a sus padres. Sí, una trampa sucia pero funcionó. Sus amigos tampoco se negaron a que ellas vayan, después de todo, no tenían mucha diferencia de edad y mientras más fueran, más se divertirían. Eso dijeron, pero nunca supo si hablaban enserio o sólo lo decían para convencerlas de que la salida siguiera siendo un secreto.
De todas formas, todos las habían tratado muy bien y por ello sintieron confianza en seguirles en cada escapada que hicieron.

Somin se giró sobre sus talones para mirar a su hermano y al mejor amigo de éste dormir apoyados en la mesada de la cocina. Sabe que en ese momento tienen más alcohol que sangre en el cuerpo, pero no tiene de qué preocuparse. Cuando piensa volver a mirar por el ventanal, hay algo más que llama su atención y le es imposible no acercarse a ver el contenido de aquél papel perfectamente doblado. Deja la taza casi vacía sobre la mesada, frunciendo el ceño al leer la nota.

"Jiwoo: Te ves tan malditamente bien con esa camisa, pero apuesto a que luces mucho mejor sin ella.
Ven a la habitación de invitados a las 2 a.m.
-Taehyung♡"

Until Dawn; hasta el amanecer❅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora