🍃One-shots Komahina 🍃

El chico debajo el cerezo.

|Género: Fluff
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|Au/Tiempo: Talentless.
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La academia Kibougamine, una academia común con la única diferencia de que tenía diversos clubes después de clases, cada uno con un poder que tuviera el talento nato para aquello. Fuera de aquello era una academia normal donde nada muy interesante pasaba amenos que prestara la suficiente atención, algunos romances ya fueran demasiado obvios que fueran secretos, o algunos chismes.
Pero esta vez prestaremos atención en 2 estudiantes, Hajime Hinata y Nagito Komaeda. Ambos cursaban el primer año de preparatoria, apesar de eso nunca habían hablado o almenos no lo recordaban más que un intercambiador breve de oraciones.
algo común si consideramos que Komaeda era uno de los ayudantes de los clubes, no pertenecía a ninguno pero siempre hacía su esfuerzo por ayudar en estos.

Ayudaba a algunas jugadas en el club de apuestas que tenía la estudiante Celestia Ludenberg, se ofrecía y asistía al club de enfermería de su compañera Mikan Tsumiki, hacia su intento de ayudar en el club de mecánica de Kazuichi Souda, ayudaba en el club de pintura como modelo o a llevar materiales para la señorita Angie Yonaga, ayudaba a recolectar insectos para el club de entomologia de Gontha Gokuhara, e iba y leía o recomendaba libros en el club de escritura y lectura de Toko Fukawa. Siendo estos solo unos ejemplos, aún así se negaba a ser parte de uno de estos. Lo único que resaltaba además de su hospitalidad era que tenía buenas calificaciones, la razón de esto es por que fuera de clases era demasiado solitario y los deberes al menos lo distraian de aquello.

Y por otra parte tenemos a Hajime Hinata, un estudiante de notas sobresalientes pero no demasiado, su promedio siempre se mantenía entre 8, 9 y 10. Aún así tenía varios amigos como lo eran Chiaki Nanami, Fuyuhiko Kuzurryu y Kazuichi Souda, solo por mencionar a algunos pues apesar de su carácter que podía ser algo tosco al principio le resultaba fácil hacer amigos. Según este no tenía tiempo que perder en los clubes escolares al estar más centrado en sus estudios pues sus padres solían exigirle calificaciones decentes, al igual que Komaeda solía sentirse solo en ocasiones pues sus padres nunca estaban en casa y cuando lo estaban solo era para regañarle por sus calificaciones sin notar el esfuerzo que ponía en aquello, pero a comparación del albino, este tenía amigos.

Aún así esto no duraría mucho pues pa diosa de la fortuna ya había hecho su jugada.

Los alumnos salían hacia el receso después de un examen demasiado largo, tanto que a todo el grado le dieron 3 horas para terminarlo. No eran extraños esos exámenes pues eran los finales del semestre pero seguían siendo agotadores para cualquiera. El albino no tenía nada que hacer pues los clubes estaban cerrados a la hora del almuerzo y más ese día que los alumnos necesitaban descansar así que se dirigió al patio del instituto, siempre me resultó extraño que casi nadie estuviera ahí pues era un lugar con una belleza peculiar gracias a los cerezos que se encontraban en este. Le gustaba pasar el tiempo en aquel lugar, aunque se sintiera solitario, era mejor que ver a todos en el almuerzo riendo y conviviendo como amigos y el ser el sobrante.
Mientras tanto el castaño caminaba hacia aquel lugar, tenía la intención de estar con sus amigos pero tenía un fuerte dolor de cabeza debido al estrés y miedo que había sentido, el ruido de el pelirosado y el rubio no ayudarían mucho a que este desapareciera, no entendía no comprendía como la pelirosada podía dormir con todo el escándalo de la cafetería.

Al llegar el castaño notó como un chico estaba sentado debajo de uno de los arboles, estaba de perfil aún así gracias al esponjado cabello de este no podía distinguir su rostro, sabia que lo había visto pero nunca le preguntó su nombre, el que estuviera  solo logró llenarlo de intriga razón por la que se acercó a este con cuidado antes de notar que se encontraba leyendo, tan concentrado que no se dio cuenta de su presencia así que se hincó a un lado de este.