Abrir el corazón

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Kim Taehyung amplió muchísimo sus ojos en el instante que sus labios fueron cobijados por el beso desesperado y añorado que Jeon Jungkook, después de correr como loco en la ciudad, le depositó con ternura.

Sus manos se quedaron en el aire, tan perplejas como él, que por culpa del impulso no pudo cerrar sus ojos. Sin embargo, fue difícil no relajar el cuerpo cuando las manos de Jungkook le abrazaron el cuerpo, sosteniéndolo para liberarse de su tensión. Con el recuerdo borroso de un beso en la primavera, sus labios se bañaron de memoria en este nuevo otoño. Sus manos fueron cayendo lento a sus lados, hasta que tocaron la camisa ajena, y se aferraron a su tela.

Jungkook, con poco aire en sus pulmones, se alejó tomando aire con un sonido fuerte y dramático. Su rostro, sudado y sonrojado, miró el de Taehyung, que anonadado, parecía almacenar grandes tomates en las mejillas. Jungkook sonrió leve, aún cerca de él.

—Hola.

Taehyung parpadeó un par de veces y exhaló entrecortado. Sus labios húmedos.

—H-hola.

—¿Dónde estuviste todo el maldito día? —preguntó, amable, aunque sus palabras no lo fueran—. ¿Sabes lo horrible me he sentido con tu ausencia?

Taehyung alzó sus cejas, poniéndose mucho más rojo, y tartamudeó, organizando su boca. —Yo... —reacciona, joder. Se regañó. Pero su corazón, latiendo a golpes secos y fuertes en sus oídos, no lo dejó concentrar. Sus dedos fueron hasta sus labios. Los tocó con las yemas de los dedos, curioso. ¿Esto era real? —. ¿Tú acabas de...?

Jungkook lo miró atentamente. Sus ojos brillantes. —¿Huh? —preguntó, tomándole las manos con cariño y apartándolas de su rostro. No lo soltó cuando se acercó y lo besó de nuevo, ahora más suave. Taehyung soltó un ruidito de sorpresa, y el corazón de Jungkook se retorció de conmoción. ¿Qué había pasado con el semblante seguro y confiado de antes? ¿Era tan sorprendente? Las manos de Taehyung apretaron las palmas de Jungkook, a lo que él respondió con suaves caricias con sus pulgares. Al separarse de nuevo, Taehyung jadeó bajito. Abrieron los ojos que por fluir con el otro cerraron, y se miraron fijo—. ¿Esto? ¿O hablas del... —le dio un beso corto— ...grito dramático de antes?

Los orbes de Taehyung, antes sólo perplejos tras los lentes, se vieron más suaves y vidriosos cuando Jungkook los reparó. Sus manos, juntas, se apretaron más entre ellos. Su corazón acelerado. Taehyung pareció querer mover sus labios y hablar, pero nada salió de su boca. El contrario rio bajito.

—¿Te comió la lengua el gato? —susurró Jungkook frente a él, el cielo mezclándose y danzando en arreboles que comenzaron a brotar en atardecer—. Eso es malo. Porque llegaremos tarde.

El peli-azul, saliendo de su trance elevado, frunció el ceño. —¿Llegar... tarde? ¿A dónde? Oh-

Debió preguntarlo antes de que Jungkook lo tomara sólo de una mano y se echara a correr, llevándolo con él. —J-Jungkook, y-yah. ¿Por qué corremos?

Miró sus manos juntas, y tragó saliva cuando su corazón se sobresaltó. ¡Recupérate, hombre! Pensó. ¡Estabas preparándote para esto! ¡Era justo lo que buscabas! ¡Deja de ser un niñito tímido y nervioso!

Frunció la boca, y respiró profundo. Entonces sólo se dejó llevar. Corrieron un par de calles hasta llegar a sus casas. Su ceño permaneció rígido. —¿Por qué me trajiste aquí? ¿Me llevarás a...? —su corazón se detuvo cuando el hombre lo hizo virar hacia un lugar distinto a su casa—. Jungkook.

El hombre rió. —Dios, déjate sorprender.

Taehyung amplió sus ojos.


Enemigo «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora